Izquierda Unida, la alternativa que hace falta
La escasez de tradiciones democr¨¢ticas y la herencia de 40 a?os de franquismo pesan a¨²n lo suyo en una Espa?a que pas¨® de la dictadura a la democracia sin ruptura con el viejo sistema de poder. Modificar esta situaci¨®n para dar lugar a una sociedad con h¨¢bitos democr¨¢ticos m¨¢s s¨®lidos y participativos es tarea ardua que requerir¨ªa, ante todo, del empe?o prioritario de todas las fuerzas democr¨¢ticas: en mayor medida, de las que m¨¢s medios tienen para influir; en particular, de las que ejercen el poder.Una ocasi¨®n interesante para impulsar esa renovaci¨®n y aprendizaje democr¨¢ticos colectivos lo constituyen los procesos electorales, a condici¨®n de que en ellos se estimulen los debates entre las distintas propuestas program¨¢ticas, los diferentes modelos de pol¨ªtica exterior, econ¨®mica..., las distintas concepciones del desarrollo democr¨¢tico y la modernizaci¨®n del pa¨ªs.
Al constituir Izquierda Unida con la voluntad expl¨ªcita de demostrar que es posible y necesaria otra pol¨ªtica, basada en los principios m¨¢s profundos de la izquierda, tradicional y emergente, la libertad, la justicia, el trabajo y la paz; al presentar m¨¢s tarde un programa electoral basado en los citados principios desgranados en multitud de propuestas regeneradoras, innovadoras y transformadoras, estamos contribuyendo a la tarea colectiva de enriquecer la vida democr¨¢tica. Por ello cre¨ªmos, quiz¨¢ con ingenuidad, que las cr¨ªticas, ataques, incluso descalificaciones, a IU vendr¨ªan por la razonable y constructiva v¨ªa de la r¨¦plica rigurosa a sus propuestas. Esper¨¢bamos que se demostrara que no es necesaria ni buena una alternativa de izquierda en profundidad; que se nos argumentara por qu¨¦ es absurdo, o quiz¨¢ obsoleto, dise?ar una pol¨ªtica exterior inspirada en la neutralidad; o que la denuncia del tratado bilateral con EE UU no es la mejor forma de reducci¨®n de la presencia militar americana; o que la firma del TNP no es la mejor garant¨ªa para la no nuclearizaci¨®n militar de Espa?a; o que se probara que no hay siquiera opci¨®n a plantear una pol¨ªtica econ¨®mica distinta a aquella que ha hecho feliz a los banqueros y empobrecido a¨²n m¨¢s a los trabajadores, sin que se haya reducido sustancialmente la inflaci¨®n; o que no es razonable reformar los aparatos del Estado en ruptura con los residuos franquistas que coexisten en ¨¦l; o que no es aplicable un apol¨ªtica de libertades m¨¢s avanzada que la del se?or Barrionuevo...
Pero no, es m¨¢s c¨®modo soslayar el programa de Izquierda Unida para no verse obligados a desentra?ar el suyo. As¨ª es que los ataques a IU no han venido por ese lado, no se intenta explicar que es mejor para el progreso la vigente pol¨ªtica de centro-derecha protagonizada por el Gobierno Gonz¨¢lez, ni demostrar con rigor que, efectivamente, no hay alternativa a ella. En realidad no se puede demostrar. Se ha preferido una v¨ªa. de ataque basada en la descalificaci¨®n aprior¨ªstica. Me interesa destacar ante todo que ello encierra. una lamentable pobreza en la visi¨®n de la vida pol¨ªtica democr¨¢tica. Se prefiere apoyarse en la falta, de tradiciones democr¨¢ticas para eternizarla que corregirla. Se prefiere destruir el debate pol¨ªtico serio y la confrontaci¨®n de programas para reducir la campa?a electoral a un esperpento, si ello sirve a estrechos intereses de perpetuaci¨®n a toda costa en el poder. ?No es realmente lamentable e injustificable que el secretario general del PSOE, Felipe Gonz¨¢lez, se niegue una y otra vez a debatir con los dem¨¢s l¨ªderes pol¨ªticos los programas electorales? ?Qu¨¦ es lo que teme? En toda Europa existen esos debates.
Se reh¨²sa el debate de las ideas y se intenta descalificar, por ejemplo, a IU intentando ridiculizar hasta el insulto el esfuerzo de unir componentes y fuerzas diversas en un programa y proyecto com¨²n de izquierdas. "Promiscuidad", "batiburrillo", "gazpacho", "ensaladilla rusa", "mezcla antihist¨®rica" son algunos de los adjetivos dedicados a nuestra coalici¨®n por Alfonso Guerra y alg¨²n otro candidato. (Claro que aqu¨ª habr¨¢ que recordar aquello de "si ladran es que cabalgamos".) Como se ve, esos ep¨ªtetos son expresivos del talante pol¨ªtico de quien los pronuncia. Se olvida que las grandes fuerzas pol¨ªticas son siempre el resultado de un proceso de articulaci¨®n y s¨ªntesis de componentes distintos con or¨ªgenes diversos. ?Acaso no cohabitan en el PSOE actual anti
guos dirigentes de al menos una veintena de insignificantes grup¨²sculos que: poblaban el dividido panorama de la socialdemocracia en 1976, con. Fern¨¢ndez Ord¨®?ez (ex franquista, ex ministro de UCD), con el democristiano Peces Barba, con la mayor parte de los dirigentes de la desaparecida ORT, mao¨ªsta y radical con ex dirigentes del PCE, trotskistas, anarquistas. ?No :resulta que tal disparidad de or¨ªgenes e identidades no merma un ¨¢pice en la coincidencia de todos ellos en un programa de centro-derecha en el PISOE?
Lo que importa hoy del PSOE, valga por ejemplo, es constatar que todos ellos, independientemente de sus trayectorias u or¨ªgenes, sostienen con coherencia un modelo derechizante con renuncia expresa a la transformaci¨®n progresista de Espa?a. Nuestro inter¨¦s con cualquiera de ellos es debatir sus propuestas y las: nuestras, enriquecer la democracia y la izquierda con el debate racional. ?Por qu¨¦ entonces la actitud no es rec¨ªprocamente compartida viento en Izquierda Unida un proyecto, acertado o no, pero en cualquier caso con propuestas distintas que hay que estudiar, replicar y eventualmente aceptar o asumir? (?sta es la invitaci¨®n o el reto que formulamos a cuantas formaciones concurren a estas elecciones, y en primer lugar al partido en el Gobierno.)
M¨¢xime cuando es evidente un fen¨®meno que est¨¢ en la base del surgimiento de IU: el enorme foso ,que la acci¨®n del PSOE en el poder ha creado entre la base social de la izquierda y su expresi¨®n pol¨ªtica y parlamentaria. Esa base social que apoy¨® ilusionadamente el anunciado cambio en 1982 se halla hoy decepcionada. A esos, millones de ciudadanos/as se les transmite desde el poder un mensaje que no intenta ya entusiasmarles como en 1982, ni siquiera motivarles; intenta simplemente resignarles, sumirles en la impotencia. Se persigue un voto masivo al PSOE desde los sectores progresistas cuya motivaci¨®n no sea ni la convicci¨®n ni la esperanza, sino la fatal constataci¨®n de falta de alternativas. EI PSOE pretende ocultar que la situaci¨®n pol¨ªtica de hoy es muy distinta a la de 1982: no hay ning¨²n peligro, en absoluto, de que la derecha pueda ganar las elecciones; existe la experiencia negativa de que un solo partido acumule tantos votos; ha nacido una alternativa novedosa, Izquierda Unida... Lo progresista hoy es, pues, recomponer en forma m¨¢s plural el mapa pol¨ªtico.
Estimulando mecanismos como lo hacen Alfonso Guerra y Felipe Gonz¨¢lez obtendr¨¢n ¨¦xito en su prop¨®sito inmediato de consolidar un poder omn¨ªmodo en el Estado. Pero se desperdiciar¨¢ la ocasi¨®n hist¨®rica que sigue habiendo, no ya s¨®lo para emprender una transformaci¨®n de izquierda en Espa?a, sino incluso para desarrollar el sistema democr¨¢tico y superar las lacras heredadas del franquismo.
En cualquier caso, IU proseguir¨¢ su campa?a ahondando en la convicci¨®n de que otra pol¨ªtica es necesaria y posible, desarrollando con rigor y con la participaci¨®n ciudadana de sectores y movimientos sociales su programa alternativo, y profundizando en la convergencia, desde la pluralidad, de distintas corrientes en un proyecto com¨²n de izquierda, para la renovaci¨®n y transformaci¨®n de Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.