Los espa?oles, acudieron a las urnas en un clima de optimismo
Los ciudadanos espa?oles acudieron a los colegios electorales disfrutando de la jornada festiva, saboreando el inicio, del verano y con la esperanza de revivir por la noche los goles de Butrague?o en el Mundial de M¨¦xico. Todo hac¨ªa pensar que votaban inmersos en un clima de optimismo. Era la primera vez que la fiesta democr¨¢tica de unas elecciones legislativas coincid¨ªa con una fiesta del calendario laboral. Esta circunstancia habr¨¢ influido en el ¨ªndice de participaci¨®n, situado en cerca del 68%, seg¨²n los datos provisionales de que se dispon¨ªa a primera hora de la noche. El sol luci¨® en toda Espa?a, excepto en Asturias y Galicia. Los ciudadanos de Baleares, Alicante y Catalu?a sumaban otro motivo de alegr¨ªa: el puente de Sant Joan, que provoc¨® un aumento de los votos por correo.
Precisamente, los primeros en votar fueron 60 excursionistas gerundenses. Ten¨ªan prisa por irse a la playa y consiguieron introducir sus papeletas 10 minutos antes de la apertura de las 42.770 mesas electorales dispuestas para un censo de casi 29 millones de personas. Gracias a la benevolencia del presidente que les cay¨® en suerte, hicieron compatible la disyuntiva que acababa de exponer el jefe del Gobierno catal¨¢n, Jordi Pujol: "Es m¨¢s importante votar que ir a la playa". Los 60 excursionistas, que ten¨ªan esperando su autob¨²s desde las 8.30, estaban seguros de que ir a la playa era importante, pero, con tales consejos, prefirieron viajar con la conciencia tranquila.El puente en Catalu?a ocasion¨® que los votos por correo aumentasen geom¨¦tricamente. En el refer¨¦ndum sobre la OTAN utilizaron el servicio postal 10.000 barceloneses y ahora lo han hecho 45.000, que habr¨¢n podido disfrutar as¨ª del largo fin de semana sin interrumpirlo para desplazarse hasta la urna. En toda Espa?a emiti¨® su voto por correo medio mill¨®n de personas, lo que supone un 5%. del censo electoral.
En general, los votantes fueron menos madrugadores que en otras ocasiones al no tener las prisas de llegar al trabajo. As¨ª, a las diez de la ma?ana, el ¨ªndice de participaci¨®n se situaba en un 6%, cuatro puntos por debajo de las elecciones de octubre de 1982. A las doce, en cambio, la diferencia se hab¨ªa reducido fuertemente. Los votantes eran ya un 23% del censo, cifra casi similar a los precedentes comicios legislativos. A las. dos de la tarde, el porcentaje se situaba por encima del registrado en 1982: un 41,31 %, frente al 39,96% de las anteriores legislativas.
Los l¨ªderes pol¨ªticos votaron muy temprano, quiz¨¢ para que su ejemplo y sus declaraciones en favor de la participaci¨®n sirvieran de est¨ªmulo. Manuel Fraga, candidato de Coalici¨®n Popular a la presidencia, tuvo incluso que esperar a que se abriera su centro electoral. Se hab¨ªa personado all¨ª con varios minutos de anticipaci¨®n. Suerte que no le correspondi¨® un colegio como el que se deb¨ªa haber constituido en Torrelavega (Cantabria) y en el que no se present¨® ninguno de sus integrantes. Los ciudadanos que hac¨ªan cola, enfadados y expeditivos, constituyeron ellos mismos la mesa.
Joaqu¨ªn Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid, fue uno de los muchos que salt¨® de la cama para votar y uno de los pocos que volvi¨® a ella. Ten¨ªa gripe.
Algunas personas a?adieron motivos personales a la m¨²ltiple celebraci¨®n festiva. El voto de Mar¨ªa Luisa Guti¨¦rrez Herreros fue voto en blanco: acudi¨® a votar vestida de novia. Se cas¨® en Madrid a primera hora de la tarde e inmediatamente despu¨¦s de la ceremonia deposit¨® su papeleta.
Vestido de monta?ero
Tambi¨¦n el presidente de la Asociaci¨®n Espa?la de la Banca (AEB), Rafael Termes, vot¨® con el traje de faena de ese d¨ªa. En este caso, una vestimenta de monta?ero. Termes se iba de campo esa misma ma?ana y se present¨® ante su mesa electoral, poco despu¨¦s de las nueve, con la indumentaria adecuada para su excursi¨®n, muy diferente de los severos trajes que le distinguen a diario. Hubo m¨¢s disfraces. Las comisiones de las fiestas de San Juan, en Alicante acudieron a votar con los trajes t¨ªpicos para no perder el ritmo folcl¨®rico local iniciado el viernes anterior. Y lo mismo hizo incluso el alcalde de la ciudad, el socialista Jos¨¦ Luis Lasaleta, ataviado de foguerer.
Dos millones de espa?oles tu vieron acceso al derecho al voto tras cumplir la mayor¨ªa de edad. Pero uno de los nuevos votantes tuvo unas causas distintas: Antxon Alcocer, alias Zapatones, ex miembro de ETA Pol¨ªtico-militar, reinserto en la sociedad y puesto en libertad hace seis meses. Zapatones deposit¨® su papeleta en Algorta (Vizcaya). Curiosamente afirm¨® que hab¨ªa votado a Euskadiko Ezkerra para el Congreso y a Herri Batasuna para el Senado Antxoi. Alcocer hab¨ªa permanecido seis a?os en la c¨¢rcel por su participaci¨®n en 1980 en el intento de secuestro del diputado de UCD Eulogio G¨®mez Franqueira.
En todas las convocatorias electorales desde 1977 se han registrado irregularidades curiosas, pero han ido en descenso tanto la ruptura de urnas como las papeletas de senadores marcadas previamente, las incomparecencias de los miembros de las mesas, la falta de llaves para abrir el colegio o el reparto de propaganda durante la jornada de votaciones. No obstante, siempre hay casos como el del presidente de una mesa electoral de Torrevieja (Alicante), que fue a ducharse despu¨¦s de constituir la mesa, a las ocho de la ma?ana, y volvi¨® antes de que se abriera el colegio, sobre las nueve; o como una vecina de Feria (Badajoz) que intent¨® introducir todas las papeletas. "Ning¨²n partido me convence del todo", explic¨®.
El f¨²tbol y el d¨ªa de fiesta a?adieron color a estas cuartas elecciones legislativas. Un vocal de mesa en Zaragoza solicit¨® permiso para abandonar el recuento a las ocho de la tarde con intenci¨®n de ver el partido Argentina-Inglaterra. Como no se le concedi¨®, origin¨® una verdadera zapatiesta.
La mayor¨ªa de las denuncias presentadas se refiri¨® a las chapas y pegatinas que portaban los interventores de los partidos. La Junta Electoral las hab¨ªa autorizado siempre que se tratara de siglas o anagramas, pero sin frases que pidiesen el voto para una determinada opci¨®n. Otros conflictos fueron causados por el trabajo de los encuestadores que preguntaban a qu¨¦ partido hab¨ªan votado. En este caso, las normas se?alan que tal actuaci¨®n est¨¢ permitida si se produce tras la votaci¨®n y en un lugar que no est¨¦ pr¨®ximo al colegio electoral.
Izquierda Unida impugn¨® en Madrid las papeletas de la coalici¨®n que envi¨® la Junta Electoral por la defectuosa impresi¨®n de su anagrama. La junta admiti¨® que la calidad no resultaba del todo perfecta, pero entendi¨® que los defectos carec¨ªan de importancia.
Los peque?os incidentes no empa?aron la normalidad general. El Gobierno hab¨ªa puesto en guardia a todas las fuerzas de seguridad con la Operaci¨®n Aurora: 150.000 hombres. Un polic¨ªa por cada 193 espa?oles con derecho a voto.
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