Ascensi¨®n y pinchazo del globo
DOS SEMANAS despu¨¦s de las elecciones, en Espa?a ya casi ni se oye hablar de la operaci¨®n reformista. Los dirigentes pol¨ªticos se dedican estos d¨ªas a hacer y deshacer sus estrategias para la pr¨®xima legislatura con la sonora ausencia del Partido Reformista Democr¨¢tico (PRD), que ha optado por darse unas vacaciones que durar¨¢n por lo menos hasta el pr¨®ximo mes de septiembre.La operaci¨®n, primero, no pudo resistir la prueba de fuego de las urnas; despu¨¦s, sus l¨ªderes no han sabido encajar la derrota con compostura. Antonio Garrigues, que en la hora de los protagonismos fue relegado en las listas electorales por un oscuro personaje -que siguiendo el ejemplo inaudito de Roca tampoco se afili¨® al partido por el que era principal¨ªsimo candidato-, ha sido el ¨²nico de los vinculados a la operaci¨®n que ha afrontado la derrota con dignidad personal y pol¨ªtica. El distanciamiento que inici¨® Miquel Roca la misma noche de su clamoroso fracaso -como si aquello no fuera con ¨¦l-, la falta de elegancia de los aliados del PRD -que se precipitaron a desentenderse de sus dificultades financieras- y el silencio que mantienen quienes dieron fabulosos recursos econ¨®micos al proyecto o los que con sus paneg¨ªricos en la Prensa alentaron hasta el rid¨ªculo el proyecto, han dado la ¨²ltima y definitiva medida de lo que realmente era: apenas un tinglado oportunista sin basamento social. La puesta en ¨®rbita de un globo.
Antes de buscar el olvido de la opini¨®n p¨²blica adelantando las vacaciones, el PRD efectu¨® una petici¨®n dram¨¢tica a Roca. El comit¨¦ directivo del partido le solicit¨® que salvara los restos del naufragio demostrando la humildad personal que todos cuantos aspiran a ser gobernantes deben saber demostrar. Se le ped¨ªa abandonar su militancia en Converg¨¨ncia, afiliarse al PRD y pasar al Grupo Mixto del Congreso para mantener desde all¨ª la presencia p¨²blica reformista. Eso lo hab¨ªa hecho ya Adolfo Su¨¢rez en su d¨ªa y le dio buenos resultados. Roca lo ha considerado "una broma", sin duda porque s¨®lo considera seria la pol¨ªtica cuando la vislumbra desde el poder. Sin embargo, sus anteriores cuentas de la lechera, seg¨²n todos los indicios, habr¨ªan decidido el salto de la Minor¨ªa Catalana al grupo que esperaban formar los hipot¨¦ticos electos del PRD. O sea, que nadie puede considerar a estas alturas que lo que le impide dar hoy ese paso sea un pudor por separarse t¨¢cticamente de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU). Pero este candidato a presidente que no tuvo empacho alguno en arremeter contra la honorabilidad de quienes elaboraban los sondeos de opini¨®n que auguraban el fracaso del PRD hab¨ªa previsto un escenario diferente para su abandono de Converg¨¨ncia. La operaci¨®n reformista aspiraba secretamente a sumar en el Congreso la veintena de esca?os directos que pretend¨ªa, otra veintena de Converg¨¨ncia i Uni¨®, m¨¢s una treintena larga del PDP y el PL, hasta rozar los que, en ese caso, le hubieran quedado a Manuel Fraga. No hab¨ªa nada m¨¢s que eso: Roca pod¨ªa ser la otra alternativa de la derecha espa?ola, y en ese caso s¨ª que hubiera estado dispuesto a abandonar el grupo nacionalista.
No se puede decir que Roca le haya hecho ning¨²n favor a la alternativa de la derecha espa?ola ni tampoco al nacionalismo catal¨¢n de signo conservador. Ha sembrado en aqu¨¦lla toda la confusi¨®n posible y arrastrado hacia el ¨²ltimo un buen pu?ado de votos de cu?o centralista que acabar¨¢n por dividir y confundir el significado propiamente catal¨¢n de Converg¨¨ncia. Por si fuera poco, ha puesto en el disparadero de la demagogia a su inmediato jefe pol¨ªtico, que declar¨® tras esta derrota suya por correspondencia que el equivocado no era Roca, sino los electores. Seg¨²n Pujol, la sociedad espa?ola, del Ebro para abajo, no estar¨ªa preparada para un mensaje que era el adecuado, un l¨ªder que era el debido y una pol¨ªtica de signo inequ¨ªvocamente m¨¢s europeo que las que triunfaban en detrimento del reformismo. La explicaci¨®n de que Roca hab¨ªa perdido por ser catal¨¢n no se hizo esperar tampoco en las filas de Converg¨¨ncia. Y la agitaci¨®n m¨¢s barata del nacionalismo ha comenzado, al amparo tambi¨¦n de la querella del fiscal contra Pujol por el caso de Banca Catalana.
Por lo dem¨¢s, el globo de la operaci¨®n reformista y su l¨ªder ha sido ya pinchado. Todo su horizonte se limita ahora a Antonio Garrigues. Su principal tarea no es ya pedirle al pueblo espa?ol que conf¨ªe en el PRD, sino pedirlo, hasta ahora sin ¨¦xito, a la persona a quien el PRD pretend¨ªa llevar a la presidencia del Gobierno. Como dir¨ªa Larra, "ya el hombre globo no es nada; un poco de humo, una gran tela, pero vac¨ªa, y, por supuesto, en Hegando arriba, no hay direcci¨®n. ?Es posible que nadie descubra el modo de dar direcci¨®n a este globo!".
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