Los militares arbitran la situaci¨®n filipina
Crece la figura del general Ponce Enrile y se debilita la de la presidenta Aquino
Los hechos ocurridos hace una semana en el hotel Manila, donde Arturo Tolentino se encerr¨® con un grupo de unos 500 militares y un millar de seguidores, en un intento de derribar el Gobierno de la presidenta filipina, Coraz¨®n (Cory) Aquino, han demostrado la debilidad pol¨ªtica de la popular presidenta y el fortalecimiento de los militares -y, en particular, del ministro de Defensa, Juan Ponce Enrile- como nuevos ¨¢rbitros de la situaci¨®n.
La mayor¨ªa de los diarios filipinos consideran el caso Tolentino, minimizado por la presidenta Aquino, que lo calific¨® de "incidente", como una clara rebeli¨®n". Y se interrogan sobre el nuevo protagonismo del ministro de Defensa, Juan Ponce Enrile. El editorialista del Manila Chronicle se pregunta cu¨¢l habr¨ªa sido la posici¨®n de Enrile si el asalto al hotel Manila hubiese movilizado a medio mill¨®n de filipinos.La foto de Juan Ponce Enrile, sonriente y con el brazo en la espalda del general Jaime Echevarr¨ªa, uno de los amotinados en el hotel Manila, es una imagen llena de simbolismo y sugiere a varios editorialistas de la Prensa filipina a sugerir que la presidenta Aquino ha quedado prisionera de los militares.
Los militares sublevados en el Manila Hotel, media docena de generales sin mando retirados por el Gobierno Aquino por sus anteriores conexiones con el r¨¦gimen de Ferdinand Marcos- junto a unos 500 soldados, alegaron que acudieron al hotel Manila "porque les dijeron que Enrile y el general Ramos, jefe de las fuerzas armadas, estaban en peligro".
?Ignoran los militares filipinos, en su sibilina excusa, que el comandante en jefe de las fuerzas armadas es la presidenta de la naci¨®n? Este es otro de los argumentos que destaca Ninez Cacho-Olivares, influyente columnista del diario del mundo de los negocios Business Day.
"Es fundamental mantener la unidad del Ej¨¦rcito", justific¨® Juan Ponce Enrile, el nuevo hombre fuerte de la pol¨ªtica filipina, que ha demostrado poder controlar a las fuerzas armadas. Significativo igualmente que para el coronel Gregorio (Gringo) Honasan -l¨ªder de los j¨®venes militares reformistas y figura nacional por su participaci¨®n en la sublevaci¨®n militar que contribuy¨® a derroca al r¨¦gimen de Marcos-, "los loyalistas" (es decir, los sublevados) dijo Gringo Honasan en relaci¨®n con Tolentino y sus seguidores, "no son nuestros enemigos; s¨ª, en cambio, lo son los comunistas a quienes les gustar¨ªa ver que nos tiroteamos entre unos y otros". En nombre del peligro de un r¨¦gimen procomunista basan su actuaci¨®n Enrile y sus militares, al perdonar a los rebeldes del hotel Manila. La presidenta, entretanto, debe de hacer frente a las divisiones dentro de su Gabinete entre progresistas -como su secretario de la Presidencia, Jocker Arroyo; el ministro de Agricultura, Ram¨®n Mitra, o el de Trabajo, Gonz¨¢lez- y los ministros m¨¢s conservadores, como Enrile.
Este contin¨²a afirmando en p¨²blico su lealtad al Gobierno, pero no constituye ning¨²n secreto en Manila la existencia de serias diferencias entre muchos miembros de la Administraci¨®n Aquino y el que fue durante 20 a?os ministro de Defensa del r¨¦gimen dictatorial de Ferdinand Marcos.
Disensiones
Estas diferencias de criterios se han venido materializando en varios temas durante estos primeros cuatro meses y medio de Administraci¨®n Aquino. Principalmente en el cap¨ªtulo de negociaciones con la guerrilla comunista, pero tambi¨¦n en la redacci¨®n de la futura Constituci¨®n, las bases militares estadounidenses instaladas en Filipinas o en la amplitud que est¨¢ tomando la intervenci¨®n y confiscaci¨®n de muchas empresas por parte de la Comisi¨®n Presidencial para el Buen Gobierno.Cory Aquino acord¨® abrir negociaciones con la guerrilla comunista del Nuevo Ej¨¦rcito Popular al cumplirse los 100 primeros d¨ªas de su Gobierno, el pasado 5 de junio. Nombr¨® a Ram¨®n Mitra, ministro de Agricultura, y al presidente de la Comisi¨®n para la Investigaci¨®n de Violaciones de Derechos Humanos, Jos¨¦ Diokno, como representantes oficiales. Los comunistas -que no est¨¢n reconocidos legalmente como partido- escogieron al ex periodista del Manila Times Saturnino (Satur) Ocampo para la negociaci¨®n.
Juan Ponce Enrile no oculta su opini¨®n de que las negociaciones " no conducir¨¢n a nada". Entre tanto, contin¨²an los combates y cada semana se suman nuevas decenas de muertos entre guerrilleros y militares. Los medios castrenses se oponen tambi¨¦n firmemente a que la Comisi¨®n de Derechos Humanos investigue sobre casos de tortura o violaciones por parte de las fuerzas armadas.
En el tema de las bases estadounidenses, Enrile, en contra de otros miembros del Gabinete o de la ambigua postura de la propia presidenta, que garantiza s¨®lo el estatuto de las instalaciones hasta 1991, es tambi¨¦n el ministro que repite con frecuencia que la continuidad de las dos bases militares (la naval de Subic y la a¨¦rea de Clark) es importante no s¨®lo para la defensa occidental del sureste asi¨¢tico, sino tambi¨¦n para Filipinas.
En definitiva, los militares filipinos parecen considerar a Cory Aquino como una interina -la propia Aquino ha dicho en varias ocasiones que no ser¨¢ candidata a su reelecci¨®n- y quieren dejar claro, con Enrile a la cabeza, que cualquier situaci¨®n de futuro pasa por sus manos.
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