Juan Pablo II pide a los prelados que hagan de las indulgencias "objeto privilegiado de su magisterio"
El papa Juan Pablo II acaba de pedir a todos los obispos del mundo que hagan de las indulgencias "objeto privilegiado de su magisterio y de su pr¨¢ctica pastoral". Tal deseo aparece en la carta enviada por la Secretar¨ªa de Estado del Vaticano al episcopado cat¨®lico, como introducci¨®n y presentaci¨®n del nuevo Enchiridion indulgentiarum, una especie de manual de las indulgencias.?ste es un asunto que Pablo VI hab¨ªa cambiado profundamente tras el Concilio y que ahora Juan Pablo II ha actualizado a la luz de las normas del nuevo C¨®digo de Derecho Can¨®nico y de dos decretos recientes suyos, con los que se ampl¨ªa, por ejemplo, la indulgencia plenaria a quienes reciban la bendici¨®n apost¨®lica de un obispo por radio o televisi¨®n y a quienes recen el rosario completo en una capilla privada.
En esta edici¨®n se define la indulgencia como la remisi¨®n ante Dios de las penas temporales contra¨ªdas por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que el fiel debidamente dispuesto y en determinadas condiciones adquiere por intervenci¨®n de la Iglesia, la cual, como administradora de la redenci¨®n, dispensa y aplica el tesoro de los m¨¦ritos de Cristo y de los santos".
El nuevo Enchiridion indulgentiarum fue presentado el martes con gran solemnidad en una conferencia de prensa, en la que participaron el penitenciario mayor de la Santa Sede, el cardenal Luigi Dadaglio, ex nuncio en Madrid; el experto en Sagrada Escritura Salvatore Garofalo y el regente de la Penitenciar¨ªa Mayor, De Magistris.
Para Garofalo, lo de las indulgencias es "un problema de fe dif¨ªcilmente comprensible", y de hecho, durante la conferencia de prensa apareci¨® claro que hasta ahora pr¨¢cticamente los cat¨®licos no han entendido lo que son las indulgencias.
Entre otras cosas, se explic¨® en la conferencia de prensa que se equivocan quienes piensan que cuando la Iglesia concede, por ejemplo, un d¨ªa de indulgencias ello significa que se descuentan 24 horas de purgatorio. Lo que quiere decir realmente es que la pena quitada de purgatorio equivale a "la gracia que se obtiene por un d¨ªa entero de ayuno o de oraci¨®n". Claro, que lo que nadie explic¨® es cu¨¢nto descuento de pena corresponde a un d¨ªa de ayuno.
El cardenal Dadaglio intent¨® explicar la preocupaci¨®n del papa Woujtyla por las indulgencias y su deseo de que los obispos de todo el mundo hagan de ellas un punto firme de su apostolado, diciendo que est¨¢ creciendo en toda la Iglesia el inter¨¦s por las indulgencias y que cada vez se piden m¨¢s indulgencias a Roma con motivo de fiestas y ceremonias.
Subray¨® el cardenal que, parad¨®jicamente, quienes m¨¢s se interesan hoy por las indulgencias son los cat¨®licos de lengua alemana; es decir, los mismos que con Lutero hab¨ªan roto con la Iglesia de Roma por el esc¨¢ndalo de las indulgencias. Y despu¨¦s de los alemanes y austriacos, quienes m¨¢s piden indulgencias son los polacos, los italianos, los espa?oles y los brasile?os.
Oraci¨®n mec¨¢nica
El cardenal Dadaglio, en una entrevista concedida a Radio Vaticana, ha dicho tambi¨¦n que ahora, de alg¨²n modo, es m¨¢s dificil obtener las indulgencias, ya que no basta una oraci¨®n mec¨¢nica, sino que es necesaria tambi¨¦n "la conversi¨®n del individuo". Y explic¨®: "No es que recitando una oraci¨®n se obtenga ya el billete para entrar en el para¨ªso y que todo lo que se ha hecho (los pecados cometidos) quede anulado. Ahora, adem¨¢s de dichas oraciones con las que se ganan las indulgencias, son necesarias acciones como, por ejemplo, la asistencia a los pobres y la ayuda a los necesitados".En cuanto al problema ecum¨¦nico que puedan plantear las indulgencias, el jesuita Abell¨®n, te¨®logo de la Penitenciar¨ªa Vaticana, afirm¨® que "es irrenunciable que los protestantes acepten los principios que est¨¢n en la base de las indulgencias, ya que tras Mart¨ªn Lutero ¨¦stas fueron negadas no por razones pastorales, sino tambi¨¦n doctrinales".
Salvatore Garofalo ha explicado, adem¨¢s, que las indulgencias siguen sirviendo tambi¨¦n para los difuntos, ya que, dijo, "cuando se atraviesan los l¨ªmites del tiempo y se pasa la aduana uno se queda bloqueado en la situaci¨®n en que estaba". En dicho caso, la indulgencia, explic¨® el biblista, puede darle un empuj¨®n al alma purgante a¨²n por sus pecados.
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