Richard Benjamin

El nombre de Steven Spielberg se ha convertido en un sello lacrado no s¨®lo sobre las pel¨ªculas que dirige -E.T. o En busca del arca perdida-, sino tambi¨¦n sobre las que produce -Retorno al futuro o Gremlins-. Del sello Spielberg se descuelgan los h¨¦roes, las aventuras y los buenos sentimientos. "Los filmes que le gustan a ¨¦l le gustan luego al p¨²blico", dice Richard Benjamin, un cineasta al que Spielberg ha producido su cuarta pel¨ªcula, Esta casa es una ruina. S¨®lo conoc¨ªa al director de E. T. de haberlo saludado en alguna fiesta. Ahora son amigos. Benjam¨ªn ha pasado por la factor¨ªa y no le importar¨ªa repetir la experiencia.

Antes de convertirse en director de cine, Richard Benjamin fue actor durante a?os. Unas 20 pel¨ªculas, varias obras de teatro y series de televisi¨®n cubren su trayectoria como int¨¦rprete.Su aspecto f¨ªsico se corresponde m¨¢s al de un actor jud¨ªo e intelectual de Nueva York -all¨ª naci¨®- que al que pudiera ofrecer cualquier gal¨¢n californiano. Viste pantal¨®n ajustado y corbata y americana desajustadas. Los rasgos de su cara son abruptos. No as¨ª su trato, que es amable.

La actriz Paula Prentiss, su mujer, ha sido pareja suya en la televisi¨®n. Cuando Benjam¨ªn empezaba como actor pas¨® momentos dif¨ªciles. Fue disc-jockey, relaciones p¨²blicas y gu¨ªa tur¨ªstico. Ahora es un cineasta respetado por la cr¨ªtica.

Su primer filme lo realiz¨® en 1982 y se titulaba Mi a?o favorito. Luego hizo Adi¨®s a la inocencia y Ciudad muy caliente, pero el que le gust¨® a Steven Spielberg fue el primero. De ah¨ª que le encargase dirigir Esta casa es una ruina, que pronto se estrenar¨¢ en Espa?a.

Sobre cu¨¢l es la intervenci¨®n de Spielberg en las pel¨ªculas que produce explica: "En este caso ley¨® el gui¨®n de David Giler, le gust¨® y me llam¨® para dirigirlo. Mientras lo hac¨ªa, ¨¦l estaba rodando El color p¨²rpura, as¨ª que no intervino para nada en mi trabajo, ya que adem¨¢s cree en la capacidad de los directores. Cuando termin¨¦ el montaje hizo algunas sugerencias, pero el conjunto le pareci¨® bien".

Benjamin advierte que esas sugerencias se refer¨ªan precisamente a dudas que ¨¦l ten¨ªa. Esta casa es una ruina narra las aventuras de un abogado y su mujer, que compran una mansi¨®n barata de apariencia perfecta. Cuando la habitan, todo se viene abajo. En una de las escenas Benjam¨ªn rod¨® un plano de un suelo resquebraj¨¢ndose bajo el peso de una ba?era. Luego cambiaba de escena y despu¨¦s volv¨ªa a la ba?era, que ca¨ªa al piso de abajo con su ocupante incluido.

Spielberg le sugiri¨® que prescindiese del plano que avisaba de que la ba?era iba a hundirse. "Quiz¨¢ no sea necesario para el espectador", le dijo. Siguiendo las leyes de la comedia cl¨¢sica ambas f¨®rmulas eran correctas, pero Benjamin lo pens¨® mejor y cort¨® el plano.

Cuando pone este ejemplo el director deja claro que la an¨¦cdota no debe interpretarse como una servidumbre. "En compa?¨ªa de Spielberg no hay interferencias ni presiones", dice. "Yo he trabajado para ¨¦l como lo hubiese hecho para cualquier otro".

El hecho de que su pel¨ªcula, como la mayor¨ªa de las que dirige y produce Spielberg, busque lo positivo del mundo exterior y evite los conflictos internos, a Benjamin le hace recordar una frase: "Las pel¨ªculas tienen que ser lo que no es la vida". De todas formas, de volver a dirigir una comedia le gustar¨ªa equilibrar la sonrisa y la amargura. "Pero para ello", reconoce, "tienes que ser un maestro, como Wilder o Bu?uel".