Guadalquivir 92
El protagonismo que en el V Centenario tendr¨¢ el Guadalquivir, considerado. "eje de la Expo 92", en palabras del comisario regio, no debe ser en 1992- el obst¨¢culo que hist¨®ricamente impidi¨® la comunicaci¨®n directa Huelva-C¨¢diz.Nadie tiene derecho a separar en el tiempo lo que la naturaleza uni¨® en el espacio. El r¨ªo Guadalquivir abri¨® su cauce en la marisma y luego este cauce esclaviz¨® su curso, pero las comunidades humanas que habitan ambas orillas no tienen por qu¨¦ ser esclavas del r¨ªo, que detiene su cultura, turismo y desarrollo al separar en el tiempo -cuatro o cinco horas- el espacio de 500 metros que fisiogr¨¢ficamente une ambas orillas a lo largo de los 18 kil¨®metros de l¨ªmite interprovincial.
El protagonismo del Guadalquivir 92 no debe ocultar el leg¨ªtimo protagonismo de Palos, La R¨¢bida y la orilla-de-las-tres-carabelas, hu¨¦rfana de comunicaciones entre Huelva-Saril¨²car-C¨¢diz, ciudades que vieron partir las primeras expediciones colombinas y pioneras en el ranking internacional de las comunicaciones intercontinentales, que medio rnilenio despu¨¦s se encuentran incomunicadas entre s¨ª, cuando pueblos que no conocieron la rueda se enlazan por jumbos y Tupolevs.
Cuando el puente sobre el Guadiana es ya una inmediata realidad por el reciente acuerdo hispanoluso, la Junta de Sevilla no debe obstaculizar el deseo onubensegaditano de comunicarse a trav¨¦s del abra del Guadalquivir, terminando con el aislamiento al Este y al Oeste que imponen a Huelva estos cursos fluviales, ¨²nicos r¨ªos espa?oles que carecen de puente en su desembocadura.
Si la Exposici¨®n Iberoamericana 29 construy¨® el puente levadizo Alfonso XIII en el puerto de Sevilla, la Expo 92 deber¨ªa construir el puente Juan Carlos I en el puerto de Bonanza o, en su defecto, poner en'servicio los transbordadores aprobados por el MOPU y presupuestados en su d¨ªa en 75 millones de pesetas, poniendo fin al sagrado tab¨² de la navegabilidad del Guadalquivir y a la protohist¨®rica incomunicaci¨®n Huelva-C¨¢diz
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