"Los agresores estaban llenos de odio", dice el patr¨®n del barco ametrallado por el Polisario
"Durante hora y media aquello fue un infierno; reconoc¨ª que los agresores estaban llenos de odio y con su violencia estaban dispuestos a todo; salvamos nuestras vidas porque nos escondimos y, tras terminar el asedio, creyeron que ya todos est¨¢bamos muertos", manifest¨® ayer tarde en Las Palmas de Gran Canaria Marcelo Beceira, patr¨®n del pesquero gallego Andes, ametrallado por el Frente Polisario en la madrugada del pasado martes cuando faenaba a seis millas de la costa africana. El cad¨¢ver del engrasador, Jos¨¦ L¨®pez P¨¦rez, muerto en el ataque, fue desembarcado del buque-hospital Esperanza del Mar.
Los 19 supervivientes del pesquero ametrallado llegaron al Puerto de la Luz con retraso debido a las condiciones del mar, que dificultaron la navegaci¨®n. En la base naval les esperaban diversas autoridades civiles y militares, as¨ª como algunos familiares, que no pudieron contener la emoci¨®n al bajar los tripulantes a tierra.En torno a la agresi¨®n, el patr¨®n del pesquero afirm¨®: "Ser¨ªan las 11 de la noche del martes cuando al llegar a las 12 millas de la costa hicimos la operaci¨®n de virar para tomar rumbo norte; a los 15 minutos fuimos asaltados por dos lanchas con gente armada con metralletas y armas de fuego de mayor calibre". A?adi¨® que no pudo determinar el n¨²mero de hombres que iban en las lanchas, porque el asedio fue "brutal" a lo largo de una hora y media: "Las bombas ca¨ªan sobre el barco en las zonas vitales, como en las m¨¢quinas y el puente. Fue un espect¨¢culo dantesco".
Todos los supervivientes coinciden en que el n¨²mero de agresores era de cuatro a seis personas, aunque dicen que es imposible especificar por la oscuridad de la noche y sobre todo porque al producirse el ataque los marineros se pusieron a cubierto. "Es falso", afirm¨® el patr¨®n, "que llev¨¢ramos bandera marroqu¨ª; solo ondeaba la bandera espa?ola en la popa, con dos proyectores bien visibles".
Con respecto a la muerte del engrasador del Andes, el patr¨®n coment¨® que fue "una verdadera desgracia", pues al cogerlos de sorpresa el ataque, Jos¨¦ L¨®pez recibi¨® el primer impacto de una de las granadas cuando se encontraba en la puerta de la sala de m¨¢quinas, falleciendo al instante. "Los dem¨¢s nos pusimos a salvo, aunque yo y otro compa?ero nos quedamos en el puente", dijo el patr¨®n.
Se?al¨® a continuaci¨®n que lo primero que hizo fue cortar los cables de estribor, y luego permaneci¨® tumbado en el suelo ante la lluvia de balas y las bombas que ca¨ªan sin cesar sobre el pesquero. "Entonces", afirm¨®, "el barco comenz¨® a dar vueltas en c¨ªrculo navegando a toda m¨¢quina y aunque intent¨¦ rectificar el rumbo fue imposible".
Seg¨²n Marcelo Beceira, todas las zonas de Marruecos hasta Mauritania son peligrosas. "Yo no tengo conocimiento de haber recibido comunicaci¨®n alguna de la Armada espa?ola de que est¨¢bamos en zona peligrosa; pero al estar fuera de las aguas jurisdiccionales creemos que estamos protegidos suficientemente por las lanchas espa?olas y por ello desarrollamos nuestro trabajo con toda tranquilidad", dijo.
Afirm¨®, por ¨²ltimo, que los pescadores no ten¨ªan medios para repeler la agresi¨®n, ya que s¨®lo disponen de la fuerza de las m¨¢quinas del barco: "No estoy dispuesto a instalar metralletas en el barco ni tampoco que acompa?en soldados a las tripulaciones".
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