El debate de investidura

( ... ) Hubo ayer novedades con relaci¨®n al pasado cuatrienio, y entre ellas el estreno de Gerardo Iglesias -quien hizo el discurso m¨¢s pol¨¦mico y agresivo, actuando como conciencia cr¨ªtica de una mayor¨ªa que dice ser de izquierdas- como portavoz de Izquierda Unida, la presencia de Su¨¢rez al frente de un importante grupo, la novedad de I?aki Anasagasti como buen portavoz del Grupo Vasco y la voz aislada de ?scar Alzaga, escindido de Coalici¨®n Popular. Sin duda alguna, Iglesias, que mezcl¨® la cr¨ªtica leg¨ªtima con el trallazo destemplado; Bandr¨¦s, que llam¨® a la conciencia democr¨¢tica de la C¨¢mara, y los tres portavoces de centro, Su¨¢rez, Roca y Alzaga, fueron la verdadera expresi¨®n del dinamismo social, de la voz de la calle, y sus intervenciones fueron las que despertaron a un Parlamento que hab¨ªa bostezado hasta entonces.Manuel Fraga cumpli¨® discretamente con su papel de oposici¨®n principal. El eje de su intervenci¨®n estuvo en el fracaso patente en la lucha antiterrorista, para la que propuso una serie de 10 medidas, sobre las que el diputado Joseba Azc¨¢rraga coment¨® acto seguido que "a Fraga le ha vuelto a traicionar el subconsciente". En efecto, si bien algunas de ellas pueden ser tomadas en consideraci¨®n, el esp¨ªritu de la propuesta, que incluye la degalizaci¨®n de HB, resulta inaceptable, por cuanto convertir¨ªa al Estado en un represor. (...)

(...) En cualquier caso, y pese a lo anodino en general de las sesiones, s¨®lo las minor¨ªas han reflejado el pulso del pa¨ªs real en el Parlamento. Resultar¨ªa lamentable por ello mismo que no se facilitara, y cuanto antes, su representaci¨®n.

Madrid, 24 de julio