Jos¨¦ Manuel Cervino

Jos¨¦ Manuel Cervino, actor conocido dentro y fuera de la profesi¨®n como hombre de izquierdas y con fama de bondadoso, es un verdadero experto en papeles de malo de derechas o, en su defecto, hombre de derechas malo. Cervino lleva tantos a?os en la profesi¨®n de actor "que casi no se pueden decir". No obstante, su edad no es nada escandalosa y a sus 45 a?os mantiene el aspecto, seguramente ayudado por una delgadez no muy acusada, de joven entrado en a?os o de madurito de buen ver.

Con Bardem de director fue el inspector Hinojosa en El Jarabo, al que detiene; polic¨ªa de la Brigada Pol¨ªtico-Social en Color¨ªn colorado, de Garc¨ªa S¨¢nchez; jefe de los funcionarios de prisiones en La fuga de Segovia, de Imanol Uribe; asesino de los abogados de Atocha en Siete d¨ªas de enero, de B rdem; juez porrero en Maravillas, de Guti¨¦rrez Arag¨®n. En su ¨²ltimo trabajo, Adi¨®s, mu?eca, de Imanol Uribe, viola a uno de los s¨ªmbolos m¨¢s respetados de la izquierda espa?ola, la actriz Ana Bel¨¦n, a la que ya hab¨ªa propinado una paliza, como polic¨ªa, en Son¨¢mbulos, de Guti¨¦rrez Arag¨®n. Sus pr¨®ximos compromisos siguen en la misma l¨ªnea: junto con ?lvaro de Luna protagonizar¨¢ La guerra de los locos, de Manolo Matgi, donde Cervino es un pirao que lleva la idea de la guerra y del exterminio hasta las ¨²ltimas consecuencias. Luego ser¨¢, en Lorca, la muerte de un poeta, el comandante Vald¨¦s, que toma el mando militar en Granada en 1936, ordena la ejecuci¨®n de Lorca y es nombrado gobernador."Pienso que me escogieron para dar una imagen de intransigencia. Son papeles que no podr¨ªan interpretar hombres de derechas porque terminar¨ªan compadeci¨¦ndose del personaje".

Cervino humoriza, no sin raz¨®n, sobre esta circunstancia, arropado por la seguridad que le da saber que todos estos directores conocen su car¨¢cter alejado de agresividades o violencias. R¨ªe abiertamente cuando comenta: "No han sabido ver nunca la verdad que hay en m¨ª". Pero no se siente sorprendido. "En estas cosas no s¨®lo influye la casualidad, sino la propia din¨¢mica del cine, ya que una vez que se te ve desenvolverte en un papel es l¨®gico que te llamen para cosas similares".

Si se le define como un hombre de izquierdas Cervino se lamenta hacia sus adentros de estos alias. "No s¨¦ muy bien qu¨¦ es ser de izquierdas; las definiciones son muy duras y deber¨ªamos buscar otras nuevas. Claro que, hasta que se encuentren, yo por la izquierda, que es mi camino. Tengo el coraz¨®n en la izquierda, porque creo en la humanidad, en el hombre y en todas esas cosas que creemos las gentes de izquierda".

Aunque reacio a conjeturas psicoanal¨ªticas sobre "desdoblamientos y alter ego", no puede evitar un comentario, m¨¢s cargado de l¨²cida iron¨ªa que de profunda reflexi¨®n: "Tengo ganas de hacer de bueno, porque significar¨ªa que en mi vida privada me hab¨ªa vuelto malo y todo funcionar¨ªa". A continuaci¨®n confiesa en tono de orgullosa compasi¨®n: "Soy incapaz de hacer nada de lo que hago en las pelis".

Estos persoriajes no le afectan cuando est¨¢ enfrascado en ellos: "Me preocupa no comprenderlos, como ocurri¨® en Siete d¨ªas de enero, ya que no entiendo las razones humanas del t¨ªo que lo hace".

Este canario, aficionado a la lectura y a la pesca, "si no es en aguas dulces", confiesa que le gustar¨ªa hacer comedias y trabajos de humor y, que su destacada participaci¨®n asamblearia en los conflictos de actores "es porque me l¨ªa Juan Diego".