Maria Antonietta Macciocchi: "El nacionalismo excesivo en la CEE bloquea la cultura"
La escritora y profesora italiana Maria Antonietta Macciocchi apela a los intelectuales y pol¨ªticos espa?oles para que impulsen los proyectos de crear una unidad cultural europea, bloqueados por la burocracia administrativa y la "hipertrofia nacionalista" de la Comunidad. Macciocchi considera prioritario que se active la Fundaci¨®n Europea, inoperante desde que se decidi¨® crearla, en 1978, para fomentar la comprensi¨®n rec¨ªproca y el conocimiento del patrimonio cultural com¨²n. La escritora representa a Italia en esta organizaci¨®n. Macciocchi estuvo en Madrid la semana pasada para preparar el lanzamiento editorial en castellano de su libro 2.000 a?os de felicidad.
Maria Antonietta Macciocchi lamenta que la Comisi¨®n Europea de Bruselas, a la que competer¨ªa impulsar los encuentros de intelectuales, ha comenzado a poner trabas para proseguir el trabajo emprendido, primero, en Venecia (1984), y luego, en Madrid (1985). Precisamente en Madrid, bajo la denominaci¨®n de El espacio cultural europeo, se plantearon iniciativas como la redacci¨®n de una historia de Europa y el compromiso de proseguir los encuentros en Cambridge y en Gotinga, en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), encaminados a reflexionar y conseguir una unidad cultural europea, ya que Europa, debe ser algo m¨¢s que un Mercado Com¨²n.
En este proyecto est¨¢ inmersa la escritora, profesora y periodista italiana, que fue diputada del Parlamento italiano con el partido comunista, y despu¨¦s, del Parlamento Europeo con los radicales, aunque en el curso de su mandato cambi¨¦ al Grupo Socialista. Estuvo en Madrid la semana pasada para preparar el lanzamiento editorial en castellano de su libro 2.000 a?os de felicidad, traducido por Esther Ben¨ªtez y que editar¨¢ en el oto?o Espasa-Calpe: un ensayo autobiogr¨¢fico enriquecido con los testimonios de las numerosas personalidades que ha conocido como periodista y, como pol¨ªtica, desde Curzio Malaparte -a quien Macciocchi envi¨® como corresponsal a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y a China, en 1956-1957, para escribir en la revista que entonces dirig¨ªa, Vie Nuove, poco antes de la muerte del novelista- hasta sus m¨²ltiples encuentros con Sartre y Simone de Beauvoir, Pasolini, Moravia y su ¨²ltima militancia con los radicales de Marco Pannella. Los dos milenios de felicidad son el deseo que le expres¨® a ella y a todas las mujeres italianas el l¨ªder de la revoluci¨®n china, Mao. Un t¨ªtulo que en las ¨²ltimas p¨¢ginas ironiza sobre la suerte que ha tenido la mujer en este largo y convulso paisaje de la cultura occidental.
Macciocchi es ahora presa de cierto desencanto y escepticismo, ya que el aparato burocr¨¢tico, el supernacionalismo europeo y la concepci¨®n de la unidad como una mera f¨®rmula de proporcionalidades aritm¨¦ticas de los pa¨ªses miembros son obst¨¢culos para llevar a cabo el proyecto de la cultura com¨²n.
Ar¨ªtm¨¦tica
"Algunos dirigentes de la Comisi¨®n de la CE entienden que estos encuentros deben respetar una estricta proporcionalidad aritm¨¦tica entre los representantes de los distintos pa¨ªses; nos critican que hab¨ªa pocos daneses, que faltaban holandeses y luxemburgueses o que entre los intelectuales brit¨¢nicos hab¨ªa demasiados periodistas. En el fondo son pretextos dilatorios. Creo que el esp¨ªritu de Venecia y de Madrid era de gran libertad e independencia de la cultura. Pero creo tambi¨¦n que la cultura es concebida, al igual que las armas, como una forma de defensa y de agresi¨®n, y resulta err¨®neo confundir la cultura con las distintas banderas nacionales. Me siento realmente perturbada por esa hipertrofia nacionalista de la propia Comunidad, ese ultranacionalismo europeo que ha absorbido a los distintos nacionalismos de los Estados que la integran. Nosotros queremos preservar las caracter¨ªsticas de independencia y de libertad de la cultura, y el peligro est¨¢ en esas tenazas de la burocracia, que parecen cerrarse sobre nosotros y querer imponer cierto dirigismo cultural; el peligro est¨¢ en ese intento de querer impregnar de patrioterismo nacionalista a la cultura".
Macciocchi est¨¢ consternada porque los proyectos en los que ha estado trabajando han sido con ducidos a una v¨ªa muerta.
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