Explosivo
Era bella y mort¨ªfera. Bailaba. Bailaba. En el centro de la pista, aquella espl¨¦ndida chica de carne tostada bailaba y todos la miraban fascinados, pero nadie sab¨ªa que esa mu?eca llevaba una bomba de relojer¨ªa en las entra?as. ?C¨®mo una criatura pod¨ªa ser tan hermosa y da?ina? Parec¨ªa de pl¨¢stico. En efecto, la bomba que tra¨ªa incrustada en la tripa era de pl¨¢stico. No estaba amasada con tornillos, sino con cadenas de oro y piedras preciosas. Cuando la fiesta se hallaba en la cumbre, aquella muchacha hizo explosi¨®n de repente y se produjo una gran carnicer¨ªa en la discoteca. El primer acto terrorista de este estilo tuvo lugar en Marbella y cosech¨® 14 muertos y un centenar de heridos entre la gente m¨¢s hermosa de la noche.Unos d¨ªas despu¨¦s, otra chica de semejante dise?o, y tama?o bailaba en un local nocturno de Ibiza. Iba desnuda, con unas telas de lino blanco. Ten¨ªa la naricilla graciosa. Bailaba en medio de la pista y su belleza causaba admiraci¨®n, pero nadie advert¨ªa el trozo de cable que le asomaba por el ombliguito de n¨¢car. A su alrededor hab¨ªa una densidad de m¨²sica, carcajadas y licores. En el instante preciso algo hizo contacto en su interior y entonces la chica estall¨® en pedazos. El techo de la discoteca se vino abajo y parte de la guap¨ªsima clientela qued¨® enterrada, aunque muchos murieron ametrallados por una r¨¢faga de alta joyer¨ªa. Atentados como ¨¦ste se repitieron en diversos locales de moda, tanto en la costa como en las islas, y ninguna organizaci¨®n los reivindicaba. Simplemente, en las salas de fiesta m¨¢s concurridas, de pronto una joven bell¨ªsima y an¨®nima se convert¨ªa en un explosivo de gran potencia que reventaba en mitad del baile. Estas matanzas no despertaban en los amantes de la noche ninguna clase de terror. M¨¢s bien al contrario. Aquellas chicas bomba se hab¨ªan convertido en la atracci¨®n del verano. El ¨²ltimo juego consist¨ªa en descubrir entre la concurrencia femenina cu¨¢l era la muchacha m¨¢s hermosa que transportaba una bomba mortal en las entra?as. El ¨²ltimo lujo era la posibilidad de morir a causa de un estallido de carne bajo las estrellas del Mediterr¨¢neo con una copa en la mano.
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