El valor de un bosque
Pertenezco a un extra?o y me temo que raro grupo zool¨®gico que se asombra (ya no me escandalizo por nada) cada vez que ve a un pol¨ªtico acusar a otro de politizar determinado problema, porque estoy convencido de que todos los problemas son pol¨ªticos.He escuchado estupefacto el discurso de un hombre que aspiraba (y lo ha conseguido) a ocupar el puesto de presidente de nuestro Gobierno.
Aun consciente de mi paranoia, yo le habr¨ªa sugerido a este se?or que al final de tan insoportable sarta de mediocridades hubiera zarandeado un poco, que nos hubiera divertido algo, en defintiva, realmente serio. Seg¨²n este se?or, los problemas de 40 millones de espa?oles son, en primer lugar, la fan¨¢tica y demencial guerra que un reducido grupo de est¨²pidos tiene declarada al Estado, y a continuaci¨®n el paro, el desarrollo econ¨®mico y dem¨¢s.
Todo esto lo dec¨ªa este se?or y era contestado por otros important¨ªsimos se?ores mientras media Espa?a ard¨ªa y miles de hect¨¢reas de bosque desaparec¨ªan ante mi referencia a este problema.
Mentir¨ªa nuestro renovado presidente si dijera que su Gobierno hace lo que puede, y, si lo dijera convencido, estar¨ªa demostrando, una vez m¨¢s, la ya cr¨®nica falta de imaginaci¨®n de todo su Gabinete y grupo de asesores.
Como ciudadano responsable de mis obligaciones, sugiero a nuestro Gobierno las siguientes medidas:
1. Incluir en el plan de ense?an
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za de la Academia General del Aire el aprendizaje obligatorio del manejo de los aviones cisterna a todos nuestros pilotos.
2. Comprar 100, 1.000, 10.000 aviones cisterna. Nuestro principal enemigo no son los marroqu¨ªes, para defendernos de los cuales hemos gastado 400.000 o 500.000 millones de pesetas en el negocio FACA, sino el fuego que nos est¨¢ arrasando.
3. Cada vez que haya un fuego, no env¨ªen solamente a los soldados y voluntarios a apagarlos con una rama y a jugarse: la vida. Env¨ªen 10, 100, 1.000 aviones cisterna y los apagar¨¢n r¨¢pidamente.
4. Endurecer hasta el m¨¢ximo l¨ªmite posible, dentro de la Constituci¨®n, las penas para aquellos que intencionadamente (para m¨ª mucho m¨¢s peligrosos que los etarras) o por negligencia provoquen un fuego.
En un mundo insolidario en el que diariamente mueren de hambre miles de personas, resulta un sarcasmo intolerable o¨ªr cosas como "ardieron 10.000 hect¨¢reas de bosque, pero afortunadamente no hubo que lamentar p¨¦rdidas humanas". ?Qu¨¦ vale realmente un bosque en Espa?a? -
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