Fern¨¢ndez-Asis, un esc¨¦ptico ante el futuro de la televisi¨®n
Victoriano Fern¨¢ndez-As¨ªs naci¨® en La Coru?a hace m¨¢s de 70 a?os. Empez¨® a ejercer el periodismo a los 18. Aunque sus comienzos se desarrofiaron en la prensa escrita, la mayor parte de su carrera la ha realizado en la radio y la televisi¨®n. Junto a su trayectoria profesional ha realizado una intensa labor docente. En 1981 le fue entregado como reconocimiento a su vida profesional el Premio Rodr¨ªguez Santamar¨ªa. Ya jubilado, ha dedicado estos ¨²ltimos a?os a la redacci¨®n de su obra Las inc¨®gnitas de los medios electr¨®nicos, dos gruesos vol¨²menes de reciente aparici¨®n. Unos medios ante cuyo futuro se muestra esc¨¦ptico.
Los medios audiovisuales siguen siendo hoy todav¨ªa un enigma para Fern¨¢ndez-As¨ªs. Su libro se basa precisamente en esta constataci¨®n. "El medio televisi¨®n", afir ma, "tiene s¨®lo 60 a?os de vida mientras que el medio Prensa tiene varios siglos. Los soci¨®logos, los profesores y los profesionales nos estamos todav¨ªa preguntando qu¨¦ es la radio y qu¨¦ la televisi¨®n Los medios audiovisuales son to dav¨ªa un misterio para nosotros".Sobre el futuro inmediato de la televisi¨®n en Espa?a. Fern¨¢ndez
As¨ªs prefiere no especular: "Cada vez que pienso en las veces que he visto a Daniel Vindel en su programa haciendo pron¨®sticos y des pu¨¦s ha vuelto del hip¨®dromo sin un duro en el bolsillo me he convencido que no se puede profetizar ni en materia de caballos ni en ma teria de televisi¨®n. "Personalmen te, como profesional y como es pectador, no espero grandes avan ces desde el punto de vista de la traslaci¨®n de informaci¨®n al p¨²blico".
El problema mayor ser¨¢ a su juicio el intentar compaginar el negocio y la calidad de los espacios. Llegado a este punto, Fern¨¢ndez As¨ªs se saca de la manga los que ¨¦l denomina como aforismos b¨¢sicos del profesional de televisi¨®n americano. El primero de ellos dice as¨ª: "Hay que tener verdadero talento para perder dinero con una emisora de televisi¨®n". Ante esta afirmaci¨®n cabr¨ªa dudar de la calidad de muchos de los programas. Por eso ellos mismos dicen: "Si los programas son tan malos y ganamos tanto dinero, para qu¨¦ vamos a perturbarnos haci¨¦ndolos mejores".
Las relaciones entre el poder pol¨ªtico y los medios audiovisuales estatales las analiza con el escepticismo que da la experiencia: "Yo soy muy amigo de un hombre que es eminente aunque tiene unos trajes realmente deplorables, que es Pierre Schaffer. Este hombre afirma en uno de sus ensayos algo que es totalmente verdadero. Dice que el poder p¨²blico siempre acaba confiscando los medios audiovisuales, y esto en nuestro pa¨ªs parece que no ofrece la menor duda", concluy¨®.
Sobre el momento actual a?ade: "Desde luego hoy se informa m¨¢s mejor y m¨¢s verazmente que hace 40 a?os. Pero tampoco quiere esto decir que hoy se asegure la absoluta honestidad de todo lo que aparece por estos medios que son te¨®ricamente m¨¢s libres".
El trabajo televisivo de Victoriano Fern¨¢ndez-As¨ªs es a¨²n recordado por muchos por sus entrevistas a las primeras figuras del r¨¦gimen anterior.
Este contacto directo con la clase pol¨ªtica de la ¨¦poca dio lugar a buen n¨²mero de an¨¦cdotas provocadas por la inexperiencia televisiva de aquellos hombres y por la fuerte presi¨®n pol¨ªtica a que estaba sometido el medio.
Pol¨ªticos de ayer y hoy
"Con todo el respeto por el ejemplo taurino que pongo", explica al referirse a las diferencias televisivas entre los pol¨ªticos anteriores y los de ahora, "los pol¨ªticos hace a?os estaban menos ahormados, aunque hoy no dicen cosas m¨¢s importantes que hace 30 a?os. Antes la disciplina pol¨ªtica era muy fuerte, pero ahora esta disciplina sigue pesando mucho sobre los l¨ªderes cuando aparecen en radio o televisi¨®n".
Las an¨¦cdotas con las que Fern¨¢ndez-As¨ªs adorna sus comentar¨ªos no hacen sino ilustrar esta narraci¨®n de un peculiar per¨ªodo de nuestra historia reciente. "Una vez", recuerda, sin querer revelar el nombre del personaje en cuesti¨®n, "llam¨¦ a uno de los hombres m¨¢s poderosos del pa¨ªs, y este hombre, que mandaba much¨ªsimo, no ten¨ªa ninguna soltura para hablar ante las c¨¢maras. Entonces me pidi¨® que en el autocue [el aparato que permite leer un texto mientras se mira a la c¨¢mara] se copiaran todas sus respuestas. Pese a ello, segu¨ªa tan dominado por su cortedad de expresi¨®n que mientras preparaba sus contestaciones me pregunt¨® si en un momento determinado pod¨ªa beber un poco de agua. '?Pues no faltaba rn¨¢s!', le respond¨ª. Entonces, el que era jefe de informativos de RNE se arrodillaba para poder dibujar en el rodillo del autocue una copa. A continuaci¨®n, este ilustre personaje pens¨® si en otro momento no pod¨ªa fumar un pitillo.'?C¨®mo no!', le contest¨¦. Y de nuevo hubo que dibujarle un cigarrillo en el margen del texto de su respuesta. Tal era la naturalidad con la que algunos de nuestros pol¨ªticos se comportaban".
De su etapa docente, Victor¨ªano Fern¨¢ndez-As¨ªs mantiene el orgullo que supone haber conocido como alumnos a la mayor parte de los periodistas que hoy son alguien en Espa?a. El punto m¨¢s negativo quiz¨¢ sea ver el descr¨¦dito en el que ha ca¨ªdo la ense?anza del periodismo en Espa?a.
"En general", explica, "la preparaci¨®n de los periodistas es escasa. Pero adem¨¢s ha surgido otra cosa que perjudica a los alumnos, y es que el nacimiento de la facultad de Ciencias de la Informaci¨®n atrajo la atenci¨®n de muchos catedr¨¢ticos provincianos, no relacionados con la informaci¨®n, que quer¨ªan venir a trabajar a Madrid. As¨ª se acomodaron los planes de estudios a las necesidades de esos catedr¨¢ticos, por lo que todav¨ªa hoy los chicos est¨¢n sometidos a unos planes de estudio que en conjunto no sirven para la finalidad profesional a la que est¨¢n llamados".
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