Hunosa presenta al INI los estudios para negociar su plan de reestructuraci¨®n hasta el a?o 2000
Hunosa ha presentado al INI los estudios que servir¨¢n para. establecer el plan de reestructuraci¨®n a largo plazo de la compa?¨ªa p¨²blica minera. La negociaci¨®n del futuro de Hunosa, que se har¨¢ en el marco de la reconversi¨®n del sector del carb¨®n, se iniciar¨¢ en septiembre. El presidente de la empresa, Juan Tesoro, declar¨® que se mantiene el objetivo, fijado, en '1984, de lograr un acuerdo consensuado con la Administraci¨®n y los sindicatos que fije la dimensi¨®n de las explotaciones hasta el a?o 2000. IA conflictividad de la miner¨ªa asturiana hace impensable una reestructuraci¨®n sin aquiescencia sindical.
Los estudios previos realizados por la empresa, enviados al INI el pasado 24 de julio, no presentan m¨¢s que hip¨®tesis de trabajo, sin tornar opci¨®n por ninguna de las variables posibles de futuro. La soluci¨®n sobre el futuro de la empresa para los pr¨®ximos 15 a?os ha de ser adoptada a tres bandas, con el consenso del INI, la propia empresa y los sindicatos. El incumplimiento de los objetivos marcados en el contratoprograma con el Estado y los dos planes; trienales puestos en marcha desde 1981 hacen imprescindible "un pacto social" para asegurar el cumplimiento de los planes futuros para la empresa, seg¨²n han declarado fuentes de la direcci¨®n de Hunosa.El plan comenzar¨¢ a ser negociado en septiembre y las previsiones son que los primeros contactos con los sindicatos se realicen ya en la segunda quincena de ese mies. Sin embarg¨®, fuentes de la Administraci¨®n no descartan que como consecuencia de los cambios experimentados al frente de Industria y del INI y por la coincidencia de las elecciones sindicales en octubre las negociaciones puedan sufrir alg¨²n retraso t¨¢ctico. Al Gobierno no se le oculta la incidencia que este tema puede: tener en la representatividad sindical de una empresa con graves conflictos, en la que los dos; sindicatos mayoritarios, CC OO y UGT, tienen una presencia muy igualada.
Las hip¨®tesis contempladas en los estudios elaborados por la propia empresa y otros expertos van desde el cierre: total de los yacimientos de carb¨®n de Hunosa al mantenimiento de la situaci¨®n actual. En medio se contemplan otras posibilidades que pasan por el aumento de la mecanizaci¨®n del 30% actual al 50%, la integraci¨®n de los pozos existentes, la evaluaci¨®n de niveles de reservas de hulla, la mejora de la automatizaci¨®n y la reestructuraci¨®n de las plantillas.
La empresa no se pronuncia sobre la necesidad de una reducci¨®n de plantilla, que actualmente es de 20.957 trabajadores. S¨ª contempla la readecuaci¨®n de puestos y la amortizaci¨®n de algunos empleos mediante bajas incentivadas. En todo, caso, el actual n¨²mero de picadores (4.600) se considera m¨ªnimo en cualquiera de las disyuntivas que se ofrecen para el mantenimiento de la empresa.P¨¦rdidas crecientes
El plan a largo plazo es consecuencia del compromiso adquirido por el Gobierno ante las Cortes en 1984, pero tambi¨¦n se inscribe en la reestructuraci¨®n de la miner¨ªa del carb¨®n anunciada para el pr¨®ximo a?o. Hunosa produjo el a?o pasado 3,7 millones de toneladas de carb¨®n (un tercio de la producci¨®n nacional de hulla), el 76% destinado a centrales t¨¦rmicas. Un 18% de la hulla extra¨ªda se vende a Ensidesa, y el resto se emplea, en consumos dom¨¦sticos, cerrenteras u otras industrias. Del total producido, s¨®lo 532.000 toneladas lo fueron a cielo abierto y el tope est¨¢ calculado en 650.000. La gran mayor¨ªa de la hulla tendr¨¢ que seguir siendo extra¨ªda de los pozos subterr¨¢neos, la actividad minera m¨¢s costosa.
La empresa perdi¨® en el pasado ejercicio 8.399,8 millones de pesetas, que sumados a los 26.033,3 millones de subvenciones recibidas da un coste total para el Estado de 34.433 millones de pesetas. Las soluciones econ¨®micas para una empresa cuyo coste por termia extra¨ªda duplica la media nacional y supone el triple de los precios internacionales no existen. Las p¨¦rdidas de Hunosa son estructurales, derivadas de la calidad y dificultad de los yacimientos, y las ¨²nicas soluciones son reducirlas. Pero en medio est¨¢ el papel que desempe?a la empresa p¨²blica en Asturias, cuyos m¨¢ximos representantes son Hunosa y Ensidesa. En esta comunidad aut¨®noma, cuyo presupuesto es muy inferior a las p¨¦rdidas que tiene que asumir el Estado cada a?o en sus empresas, uno de cada dos trabajadores de la industria est¨¢ en la n¨®mina del INI y toda la econom¨ªa regional es extremamente dependiente del holding.
Cuando en 1981 se inaugur¨® la nueva gesti¨®n a trav¨¦s de la figura del contrato-programa con el Estado y se iniciaron los planes trienales pareci¨® que se hab¨ªa encontrado la piedra filosofal para reflotar una empresa que hab¨ªa nacido en 1967 con los desechos mineros que hab¨ªa dejado de lado el sector privado. Ese a?o los beneficios fueron de 70 millones de pesetas, si no se cuentan las subvenciones. En 1982 las p¨¦rdidas superaron los 1.000 millones, los 2.000 al a?o siguiente y los 4.000 millones en 1984. Al margen, en estos tres ¨²ltimos a?os las inversiones han sumado 23.000 millones de pesetas. Pero desde que CC OO se descolg¨® del plan trienal, el reto de reducir las p¨¦rdidas al monto de las subvenciones se convirti¨® en un objetivo imposible.
La alta conflictividad laboral de la empresa, amparada en el alto grado de solidaridad que existe entre los mineros que trabajan en el interior, tiene cifras reveladoras. En 1985 se celebraron 2.017 reuniones sindicales en los 24 pozos de Hunosa, y la empresa asumi¨® el coste de 329.000 horas sindicales. Sin embargo se registraron 101 conflictos diferentes, se perdieron 150.000 jornadas de trabajo y s¨®lo hubo 157 d¨ªas en todo el a?o de normalidad laboral. A los trabajadores esta conflictividad que es r¨¦cord en el mundo les cost¨® 900 millones de pesetas; a la empresa, en los ¨²ltimos cinco a?os, 2.547 millones. En los 100 primeros d¨ªas de este a?o, s¨®lo hubo siete de completa paz sindical.
La cadena de p¨¦rdidas crecientes tiene otras causas esgrimidas por la empresa. La revisi¨®n de los precios del carb¨®n por debajo del ¨ªndice de subida de precios ha minorado los ingresos en el ¨²ltimo quinquenio en 1.898 millones de pesetas. Otros 3.049 podr¨ªan imputarse a la reducci¨®n de horas de trabajo establecida por el Estatuto Minero. En los ¨²ltimos cinco a?os la jornada anual ha pasado de 257 a 2,27 d¨ªas. Tambi¨¦n los gastos financieros derivados del retraso en la asunci¨®n de las p¨¦rdidas por parte del Estado han ascendido a 2.600 millones,
Hay otra raz¨®n coyuntural que agrava la situaci¨®n. La fase actual de explotaci¨®n de Hunosa coincide en gran manera con el trabajo en yacimientos marginales, de peor calidad, lo que hace que el porcentaje de cenizas y fierras en los carbones extra¨ªdos se haya elevado al 60%. Dentro de cinco a?os se alcanzar¨¢ el momento m¨¢s rentable del actual ciclo de inversiones.
Una reconversi¨®n a escala nacional
El plan de reconversi¨®n de la miner¨ªa del carb¨®n est¨¢ por hacer, pero en los despachos de Industr¨ªa y del INI existen ya los papeles de las orientaciones b¨¢sicas sobre esta reestructuraci¨®n pendiente, que presenta amenazas de gran conflictividad, pero que se quiere llevar a cabo sin graves traumatismos.El carb¨®n est¨¢ asociado a la energ¨ªa. La miner¨ªa nacional (hulla, antracita y lignitos) produjo el pasado a?o 39,6 millones de toneladas, aunque el consumo total necesit¨® de otros 4,3 millones de toneladas importadas de Sur¨¢frica, EE UU, Canad¨¢., Polonia, Australia y otros pa¨ªses. Asturias produce cinco millones de toneladas de carb¨®n y consume nueve.
El bajo precio internacional en comparaci¨®n con los costes internos es la gran tentaci¨®n para un cierre de otras dimensiones, pero hay otras razones que compensan el peso del economicismo puro. Por un lado, el valor estrat¨¦gico de tina producci¨®n que est¨¢ destinada mayoritariamente a la producci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica. Por otro, las razones sociales. En la miner¨ªa del carb¨®n trabajan actualmente 50.668 personas. La mayor¨ªa, 33.292, en el interior de las galer¨ªas subterr¨¢neas.
En el predise?o de la reconversi¨®n del carb¨®n est¨¢ fijado el mantenimiento del empleo, aunque las hip¨®tesis de trabajo dan un resultado de sobrantes que var¨ªa entre 10.000 y 14.000 trabajadores. En todo caso, las reducciones de plantilla no est¨¢n descartadas, porque de lo que se trata es de mantener 9a actividad en las cuencas", que puede ser lograda con empresas y empleos alternativos.
Otro de los objetivos es el alineamiento de los precios nacionales en la l¨ªnea de los de la CE. De ah¨ª el impulso que se quiere dar a las explotaciones a cielo abierto -las m¨¢s rentables-de Teruel y Puertollano. El tercer eje, definido en la necesidad de aprovechar "las disponibilidades de energ¨ªa aut¨®ctona", conecta con la revisi¨®n del PEN. Las orientaciones primeras son las de aumentar la producci¨®n nacional en cinco millones de toneladas en 1987-1996.
El eje del problema del carb¨®n es la miner¨ªa subterr¨¢nea. En primer lugar, Hunosa y Minas de Figaredo, las dos fuentes, principales de p¨¦rdidas. La soluci¨®n elegida en ambos casos; es el plan a largo plazo "que permita su supervivencia en las mejores condiciones para la econom¨ªa espa?ola". Para m¨¢s adelante queda la reestructuraci¨®n de la miner¨ªa de antracita de la comarca leonesa de El Bierzo.
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