Manuel Chaves: "La ¨²nica reforma de la Seguridad Social que quiero hacer es mejorar su gesti¨®n"
Declaraciones del nuevo ministro de Trabajo y Seguridad Social
Manuel Chaves, 41 a?os, el nuevo ministro de Trabajo, es s¨®lo una sorpresa a medias. Vinculado hasta ahora por igual a la UGT y al PSOE, de cuyas ejecutivas ha formado parte, su nombramiento ha dado lugar a m¨²ltiples interpretaciones. Sonr¨ªe cuando se lo comentan y reconoce que ha o¨ªdo de todo. "Para unos he sido colocado aqu¨ª para controlar a la UGT; para otros, mi tarea consiste en controlar como hombre de UGT al Ministerio de Trabajo". Afirma que no quiere perder su "sensibilidad sindical", y que tratar¨¢ de ser ecu¨¢nime en sus relaciones con todas las organizaciones sindicales y patronales.
Cuando se le pregunta por una futura reforma de la Seguridad Social, Chaves replica que la ¨²nica reforma que ¨¦l quiere es mejorar su gesti¨®n. No quiere aventurar cifras sobre la evoluci¨®n del paro, pero asume el compromiso de su antecesor, Joaqu¨ªn Almunia, de elevar las tasas de cobertura por desempleo. Sobre su mesa, la cartera de piel negra con las letras doradas de su cargo. Fuma rubio, y ahora apura un caf¨¦ con hielo. Sonr¨ªe, sonr¨ªe mucho, y piensa cada palabra.Pregunta. Dicen, se?or ministro, que usted es un hombre de UGT. Hasta hace escasas horas formaba parte de su comisi¨®n ejecutiva. Dicen que ha sido puesto aqu¨ª para controlar al sindicato.
Respuesta. He o¨ªdo en estos d¨ªas las cosas m¨¢s peregrinas. Hay gente que tiene, efectivamente, esa idea. Otros afirman que es al rev¨¦s. Que con mi nombramiento es UGT quien ha dado un golpe de mano para controlar el Ministerio de Trabajo. Ambas ideas son err¨®neas. Este es un ministerio dirigido hacia la clase obrera, y su misi¨®n es mejorar sus condiciones de trabajo, a la vez que apoyar el fortalecimiento de las organizaciones sindicales y empresariales.
P. ?Cree, entonces,como afirma el secretario general ?le UGT, Nicol¨¢s Redondo, que el Ministerio de Trabajo tiene algo ole contrapeso social a la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno? No s¨¦ si recuerda esas palabras de Redondo.
R. Claro, claro que las recuerdo. Ver¨¢ usted: yo creo que el Ministerio de Trabajo no tiene que hacer de contrapeso de la pol¨ªtica econ¨®mica, porque, si as¨ª fuera, significar¨ªa que no ha contribuido a plasmar, con criterios sociales, esa pol¨ªtica. La dureza del ajuste ya se ha realizado, y eso nos permitir¨¢ profundizar m¨¢s no s¨®lo en el mensaje, sino en la misma pol¨ªtica social
P. Parece que su nombramiento ha ca¨ªdo bien en UGT. En caso de conflicto, ?qu¨¦ primar¨¢, su procedencia sindical o las razones de Estado?
R. Esas cosas no se preguntan (sonr¨ªe). Naturalmente que he tenido en cuenta que puede haber diferencias, no s¨®lo con UGT, sino con otros sindicatos. Yo conf¨ªo en que las discrepancias ser¨¢n menores que las coincidencias. No quiero perder mi sensibilidad sindical, y me resisto a olvidar que he sido sindicalista (duda un momento y reflexiona en voz baja). La verdad es que esto de ser ministro es una sensaci¨®n extra?a que no he podido eliminar. Espero que durante este mes de agosto consiga reciclarme... Tengo fe en que las relaciones con los interlocutores sociales sean buenas, que no se rompa la comunicaci¨®n.
P. ?Esa comunicaci¨®n incluye a CC OO, que se queja de trato discriminatorio?
R. Mi intenci¨®n es que el Ministerio de Trabajo sea estrictamente neutral en su trato con todos los sindicatos, no s¨®lo con UGT o CC OO. Y en esa neutralidad tambi¨¦n incluyo a las organizaciones empresariales.
La ley de huelga
P. Hay varios puntos de su departamento que a¨²n no han sido desarrollados. Por ejemplo, la ley de huelga, el Consejo Econ¨®mico Social, el patrimonio sindical...
R. La ley de huelga tiene que salir en esta legislatura. Mi intenci¨®n es que sea una ley corta, muy elemental, y que sirva, sobre todo, para regular los servicios m¨ªnimos. De todas formas, no hay fecha prevista, a¨²n no me he marcado plazos. En cuanto al Consejo Econ¨®mico y Social, el problema es mucho m¨¢s complejo. Se corre el riesgo de crear una tercera c¨¢mara, muy numerosa y poco operativa. Tenga en cuenta que, si se da participaci¨®n a todas las entidades; -autonom¨ªas, sindicatos, patronales, consumidores...-, el consejo puede acabar en algo muy vistoso y poco eficaz. Mi opini¨®n es; que para que esta instituci¨®n sea eficaz, ha de ser reducida, y hay, que dar preferencia en cuanto a representaci¨®n a sindicatos y organizaciones empresariales. Creo que: debe ser un ¨®rgano de consulta, que centre gran parte de su actividad en la negociaci¨®n colectiva, en la concertaci¨®n, sin olvidar el mandato constitucional en lo que se refiere a ser consultado en materia de pol¨ªtica econ¨®mica.
P. ?Podr¨ªa servir como modelo el consejo asesor del presidente del que se hablaba en el AES y que no lleg¨® a constituirse?
R. Son cosas distintas, pero, el consejo asesor hubiera sido un buen antecedente, y su funcionamiento nos hubiera permitido corregir posibles errores en la puesta en marcha del Consejo Econ¨®mico y Social. De cualquier modo, mi deseo es que en esta legislatura se elabore la ley correspondiente.
P. ?La devoluci¨®n del patrimonio sindical ir¨¢ m¨¢s r¨¢pida?
R. ?se es un tema que se va a solucionar con car¨¢cter inmediato. Espero que a lo largo del mes de agosto se constituya la comisi¨®n consultiva prevista en la ley y se proceda al inventario de los bienes del patrimonio acumulado. Por lo que se refiere al patrimonio hist¨®rico, el proceso se ha venido desarrollando normalmente. Queda un asunto pendiente en esta ¨¢rea: definir cu¨¢l de las facciones de CNT tiene legitimidad, porque, aunque existe una sentencia al respecto, ha sido recurrida. Lo ideal para dar una soluci¨®n r¨¢pida al patrimonio sindical acumulado ser¨ªa que hubiera un acuerdo entre las dos grandes centrales y la CEOE.
P. Entre los temas pendientes habr¨ªa que incluir la concertaci¨®n social y su continuidad.
R. La concertaci¨®n social debe continuar. Desde luego, ¨¦se es mi deseo. Y creo firmemente que en cualquier acuerdo que se plant¨¦e debe incluirse a CC OO.
P. ?Y al Gobierno?
R. No excluyo la participaci¨®n del Gobierno, pero creo que son los sindicatos y las organizaciones empresariales los que deben tomar la iniciativa en cuanto a la definici¨®n del tipo de acuerdo, su naturaleza y su contenido. ?sta es una tarea que han de abordar cuanto antes, en este oto?o, a pesar del factor distorsionador que suponen las elecciones sindicales.
P. ?Cree posible un acuerdo semejante al AES?
R. Cualquiera de las f¨®rmulas
ensayadas con anterioridad son v¨¢lidas. Pero, honradamente, veo muy dif¨ªcil que pueda repetirse un AES en 1987. Y el lo porque los contenidos de un pacto de este tipo est¨¢n pr¨¢cticamente agota dos, aunque queden materias que todav¨ªa pueden ser objeto de negociaci¨®n. Tambi¨¦n he de decir que, tanto si el Gobierno participa o no en un futuro acuerdo, s¨ª tiene la intenci¨®n de mantener contactos y consultas con los interlocutores sociales.
P. ?En esas negociaciones incluir¨ªa usted una nueva reforma de la Seguridad Social y una mayor flexibilidad de despido?
R. La ¨²nica reforma de la Seguridad Social que yo quiero es Ia de mejorar, racionalizar su gesti¨®n y acercarla a los trabajadores. Que las prestaciones se cobren con prontitud y que los servicios se presten con eficacia. La Seguridad Social es algo muy serio, y hay que estudiar a conciencia y con calma cualquier decisi¨®n. En cuanto a la flexibilidad del mercado de trabajo, mi opini¨®n, como ministro, es que la actual legislaci¨®n y la normativa sobre contrataci¨®n es lo suficientemente holgada para los empresarios. Cuando se habla de flexibilidad de plantillas hay que explicar qu¨¦ se: entiende por flexibilidad.
Flexibilidad de despido
P. Los empresarios no ver¨ªan mal una soluci¨®n como la francesa, que permite el despido colectivo sin previa autorizaci¨®n administrativa.
R. En Espa?a no es posible una soluci¨®n como la que ha impuesto Chirac en Francia. En el AES se dio facultad a UGT y a CEOE para que presentaran su opini¨®n sobre la adaptaci¨®n de la legislaci¨®n espa?ola a la normativa comunitaria. El Gobierno resolvi¨® en consecuencia. Eso no quita que, si llegan a un acuerdo sobre despido, ¨¦l Gobierno no lo tenga en cuenta.
P. Su antecesor en el cargo, nada m¨¢s tomar posesi¨®n de esta cartera. se mostr¨® pesimista sobre la evoluci¨®n del paro. El tiempo termin¨® d¨¢ndole la raz¨®n. ?Cu¨¢les son ahora las perspectivas?
R. En los pasados cuatro a?os nos ha tocado realizar una pol¨ªtica de saneamiento, y eso ha condicionado necesariamente la labor del Ministerio de Trabajo. A pesar de todo, desde aqu¨ª se ha configurado casi definitivamente un marco democr¨¢tico de relaciones sindicales, promulgando leyes como la de libertad sindical, la. jornada de 40 horas o la reforma del Estatuto de los Trabajadores. Y, adem¨¢s, se ha firmado un Acuerdo Econ¨®mico y Social que ha sido un instrumento fundamental para salir de la crisis. Todo el esfuerzo realizado hasta ahora desde el Gobierno, y desde este ministerio en concreto, permite mejores expectativas. Las medidas sobre nuevas contrataciones han demostrado ser eficaces. Y la contrataci¨®n temporal, con no ser la mejor soluci¨®n, ha permitido un cambio de tendencia en la evoluci¨®n del desempleo. Yo no soy amigo de aventurar estimaciones, pero parece que se detectan signos favorables de recuperaci¨®n. En cualquier caso, vamos a continuar en la l¨ªnea de aumentar la cobertura por desempleo, que es un comprorniso que, naturalmente, asumo. Ello, sin olvidar que la lucha contra el paro va a seguir siendo el objetivo prioritario del Ministerio de Trabajo.
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