El hotel Mar¨ªa Cristina quiere devolver a San Sebasti¨¢n el esplendor de anta?o
El hotel Mar¨ªa Cristina de San Sebasti¨¢n abri¨® sus puertas en la noche del jueves a "una nueva etapa y un nuevo modelo de ciudad so?ado desde hace tiempo". Este es el mensaje que transmiti¨® el alcalde de la ciudad, Ram¨®n Labayen, convencido de que esta oferta hotelera puede atraer a la capital guipuzcoana a un turismo de lujo que pase¨® por sus calles en una ¨¦poca de esplendor olvidado. A la presentaci¨®n en sociedad, asistieron cerca de 600 invitados, hombres y mujeres de la cultura, pol¨ªtica, econom¨ªa y espect¨¢culo.
El alcalde de la ciudad cort¨® la cinta con los colores de la ikurri?a que hab¨ªa sido colocada en la entrada principal del hotel, frente a las es caleras que dan acceso a las habitaciones, mientras en el exterior un grupo de personas profer¨ªa gritos contra la polic¨ªa, cruzaba coches en la calle y lanzaba piedras contra las cristaleras del hotel y la banda de m¨²sica del Conservatorio Municipal de San Sebasti¨¢n tocaba una de las piezas de su repertorio.Los invitados, entre copa y copa, paseaban por los salones y entre los comentarios, admirativos en su mayor¨ªa, que se pod¨ªan escuchar destacaba el calificativo de elegante. Paredes, alfombras, columnas, colores, todo era comentado, incluso los muchos detalles que a¨²n quedaban por terminar, ya que m¨¢s de un cable el¨¦ctrico sobresal¨ªa en las altas paredes sostenidas por columnas de gran altura, recubiertas con una perfecta imitaci¨®n a m¨¢rmol.
El m¨¢s atento a los comentarios era el arquitecto encargado de la reforma del hotel, Jos¨¦ Miguel Mart¨ªn, que reflejaba satisfacci¨®n en su rostro, una vez pasado el primer examen por parte de los asistentes. Los salones de la primera planta mostrados a? p¨²blico contin¨²an iluminados con algunas de las magn¨ªficas ara?as de cristal y bronce compradas en 1912 en una f¨¢brica de Baviera. Las l¨¢mparas son algunos de los elementos que quedan del hotel, inaugurado un 9 de julio de principios de siglo por la reina Mar¨ªa Cristina, que asisti¨® al acto oficial en un coche descubierto que parti¨® del palacio de Miramar.
La entrada principal de este hotel de cinco estrellas no es la misma que hab¨ªa tenido hasta ahora. La recepci¨®n a los clientes ha sido trasladada a la calle de Oquendo, una zona m¨¢s espaciosa y rodeada de jardines. Cuando el visitante asciende por las reci¨¦n pulidas escaleras de piedra y cruza las puertas de cristal se encuentra frente a ¨¦l un retrato de la reina Mar¨ªa Cristina que preside la estancia, en cuyo honor se puso nombre al hotel que hab¨ªa de convertirse en la expresi¨®n m¨¢s lograda del lujo y esplendor del verano donostiarra.
El color del pasado
Las habitaciones, qu¨¦ se abrir¨¢n por primera vez al p¨²blico con toda probabilidad en septiembre coincidiendo con el festival de cine -¨¦ste es al menos el deseo que tiene el alcalde-, no desmerecen en absoluto con la planta baja anteriormente descrita. Grandes y espaciosas, con el mismo mobiliario que ten¨ªan, transmiten la sensaci¨®n de elegancia que hab¨ªa perdido el hotel. Los colores de las paredes son de tonos p¨¢lidos, as¨ª como las colchas y cortinas, combinados perfectamente con el tapizado de las sillas y butacas. Las paredes de los cuartos de ba?o est¨¢n recubiertas de m¨¢rmol.Esta nueva etapa del hotel Mar¨ªa Cristina dio sus primeros pasos hace cinco a?os, cuando el alcalde de la corporaci¨®n anterior, Jes¨²s Mar¨ªa Alkain, inici¨® los tr¨¢mites para la compra de las acciones.
En junio del pasado a?o se estamp¨® la firma para la explotaci¨®n del hotel entre el alcalde de la ciudad, Ram¨®n Labayen, y el presidente de la cadena CIGA, el pr¨ªncipe Amin ag¨¢ Jan, cuya presencia era esperada por muchos de los asistentes a la recepci¨®n.
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