'La pechuga de la sardina', un arranque del realismo social
Cuando Lauro Olmo estren¨® La camisa (1962) se produjo un acontecimiento teatral. No faltaban en Espa?a grandes modelos de realismo social -Sastre, Buero...-; pero Lauro Olmo era implacable en el uso de su mecanismo y de su literatura. Al a?o siguiente, La pechuga de la sardina, estrenada en el Goya, redujo el alcance del descubrimiento. La cr¨ªtica, ya alerta del car¨¢cter duro de ese nuevo teatro, fue m¨¢s reticente, y el p¨²blico menos asiduo. Sin embargo, rele¨ªdas ahora las dos obras -independientemente del resultado que d¨¦ su interpretaci¨®n en TVE, con el realizador Francisco Abad-, se ve que no desmerece una de otra, y hasta podr¨ªa ser que tuviera m¨¢s afinidad con situaciones actuales.Cambian los ambientes, pero no la dureza acerada ni lo que ha sido siempre la caracter¨ªstica de Lauro Olmo: la honradez intelectual, la manera de enjuiciar -el realismo no le impide la participaci¨®n personal y el punto de vista-, el sentido de lo popular. Algunos de sus cr¨ªticos han visto una mezcla aleg¨®rica en los personajes de las mujeres que centran el drama, y una condici¨®n secundaria en los hombres que dan la r¨¦plica y estimulan la acci¨®n; se puede, f¨¢cilmente, prescindir de ese car¨¢cter aleg¨®rico posible y quedarse con los caracteres y con el ambiente de ¨¦ste ha dicho el propio autor que es "el gran personaje" de la obra.
Si somos capaces de remontarnos al a?o 1963 -y cada vez parece que hay menor capacidad para ese tipo de evocaci¨®n- comprenderemos la importancia que tiene el enfrentamiento con el ambiente: con la miseria -material y mental-, con la opresi¨®n, con lo que es en el escenario la lucha entre v¨ªctimas -tambi¨¦n son palabras de Lauro Olmo- a las que una forma de sociedad reduce y obliga a la concurrencia entre ellas mismas.
La literatura de realismo social -poes¨ªa, novela, teatro- fue desafiada inmediatamente de aparecer; no tanto por la derecha establecida a quien se dirig¨ªa la cr¨ªtica amarga, sino por una izquierda intelectual que buscaba otra est¨¦tica. Fue tambi¨¦n una batalla entre v¨ªctimas, una concurrencia entre sistemas literarios que pod¨ªan convivir entre s¨ª perfectamente. Entre algunas sinrazones de la historia literaria espa?ola ocurre que esta forma de escritura y de dramatizaci¨®n fue barrida, aun siendo necesaria -y lo sigue siendo- como forma de llegar al p¨²blico popular. Hoy mismo se la tiene muy poco en cuenta; o se la sigue teniendo miedo.
La batalla empez¨® por el tiempo del estreno de esta obra de Lauro Olmo, y da?¨® seriamente su carrera de escritor: no s¨®lo por el regateo a su expresi¨®n, sino por la confusi¨®n que pudieran crear al autor. Esta forma de repetir su obra en televisi¨®n est¨¢ cuajada de peligros, porque la pantalla, en Espa?a, ha ido creando un p¨²blico acostumbrado a otro estilo. Sea cual sea el resultado, Olmo tiene su puesto en la historia teatral de la inagotable posguerra espa?ola, tanto por su grito de aquel momento como por su tenacidad en proseguir la lucha perdida.
La pechuga de la sardina se emite hoy a las 22.30 por TVE-1.
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