El 'Sirius', barco de Greenpeace, persigue a cuatro buques coraleros en el mar de Albor¨¢n
El buque Sirius, de la organizaci¨®n ecologista Greenpeace, intercept¨® ayer en el mar de Albor¨¢n, frente a las costas almerienses, a los cuatro barcos coraleros que poseen el permiso especial para llevar a cabo este tipo de pesca en aguas espa?olas con la utilizaci¨®n del m¨¦todo de arrastre denominado barra italiana. Seg¨²n un t¨¦lex enviado desde el Sirius a la Comandancia de Marina de Almer¨ªa, tres de esos barcos estaban faenando en aguas con profundidades de 60 metros, por lo que presuntamente infring¨ªan el Real Decreto 1212/ 1984, en el que se establece que s¨®lo puede pescarse el coral que se encuentra a m¨¢s de 120 metros de profundidad.Greenpeace ha solicitado al presidente del Gobierno la apertura de una investigaci¨®n sobre el incumplimiento por parte de algunos organismos oficiales de la ley que regula la pesca de esta especie.
El Sirius detect¨® cuatro barcos en el mar de Albor¨¢n, el Cala Iris, el Beatriz y Paula, el Ricornar y el Punta Almira, que dieron por terminada su faena e iniciaron el regreso a sus puertos bases. Jonnan orden¨® que las Zodiac del Sirius iniciaran la persecuci¨®n. En esta maniobra participaron Xavier Pastor, presidente de Greenpeace Espa?a, Zoa Jim¨¦nez, Teresa P¨¦rez y Cecilia Franceschetti, quienes desplegaron una pancarta con el texto Prohibici¨®n barra italiana. Xavier Pastor, uno de los tripulantes, ya hab¨ªa abordado el Ricomar el pasado mes de mayo, cuando Greenpeace inici¨® su campa?a del Mediterr¨¢neo 86.
Aplicar la ley
El capit¨¢n del Sirius, tras ordenar el regreso de las canoas, envi¨® un t¨¦lex al comandante de la Comandancia de Marina de Almer¨ªa comunic¨¢ndole la hora de llegada aproximada de esas embarcaciones a sus puertos bases.En el t¨¦lex tambi¨¦n se denunciaba la presunta actividad ilegal de esos pesqueros y se solicitaba al comandante del puesto que iniciara las gestiones necesarias para determinar si los buques coraleros interceptados deb¨ªan ser sometidos a sanciones por haber violado la legislaci¨®n.
Seg¨²n un portavoz de este grupo ecologista, "el hecho de que los barcos coraleros huyan en cuanto nos ven indica que su actividad no se realiza dentro de la legalidad". Para Greenpeace, "es vergonzoso que a pesar de haber denunciado hasta la saciedad las irregularidades de las empresas coraleras, sea una organizacion ecologista y no las autoridades la que tenga que ocuparse de la vigilancia y de la aplicaci¨®n de la ley".
Nicol¨¢s Linares, propietario de dos de los barcos coraleros interceptados, declar¨® ayer: "Los patrones de mis barcos me han dicho que el Sirius estaba navegando en la zona, y yo, antes de que hubiera problemas, les he ordenado que regresaran a casa". A las seis de la tarde, el Ricomar y el Beatriz y Paula estaban en su puerto base, en Adra, al oeste de Almer¨ªa. Linares neg¨® que sus barcos faenaran en aguas de 60 metros de profundidad y agreg¨® que Greenpeace no podr¨ªa demostrar lo contrario.
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