El hijo del sha quiere para Ir¨¢n una monarqu¨ªa constitucional que siga el modelo de la de Juan Carlos en Espa?a
Piloto de formaci¨®n, amante de la poes¨ªa y de la m¨ªstica, quiere separar su vida privada de la pol¨ªtica
, Reza Pahlevi, pretendiente a la sucesi¨®n mon¨¢rquica de su padre, el Sha en Ir¨¢n, tiene un porte distinguido. Con sus l'83 metros de altura y sus 78 kilos de peso, presenta un aspecto casi atl¨¦tico. Es el producto de una educaci¨®n esmerada. De cabello negro muy oscuro, nariz t¨ªpicamente persa, piel cetrina y mirada a veces simp¨¢tica y a veces triste, este joven codicia la idea de regresar cuanto antes a Ir¨¢n como monarca constitucional. Se confiesa rnusulm¨¢n shi¨ª pero, por otra parte, asegura que la religi¨®n y la pol¨ªtica son dos do minios distintos. Quiere alejar del poder al ayatollah Jomeini y al r¨¦gimen revolucionario isl¨¢mico que destron¨® a su padre, el sha Momamed Reza Pahlevi, en febrero de 1979, tras un cuarto de siglo de re? nado en el que los errores pol¨ªticos del sha y de sus colaboradores no fueron una cuesti¨®n, secundaria.
Aunque tose con frecuencia, parece un hombre sano. Es el primog¨¦nito de su dinast¨ªa, instalada en Ir¨¢n en 1926 por su abuelo, Reza Jan, un capit¨¢n de cosacos que apart¨® del poder a la dinast¨ªa precedente, los Qadjar. Conserva el gesto de su padre y la mirada c¨¢lida de su madre, Farah Diba. Otro hermano var¨®n, Al¨ª., y dos herma nas, Faralinaz y Leila, componen la familia del pretendiente al trono.
"Me considero a m¨ª mismo como un hombre amante de la paz, de la poes¨ªa de los poetas iran¨ªes Saudi, Hafez y Ferdowsi, y de la m¨ªstica. Tengo una fuerte inclinaci¨®n por las artes. Si yo pudiera optar personalmente, seguir¨ªa esta inclinaci¨®n", asegura. "Sin embargo, la Constituci¨®n de mi pa¨ªs, promulgada en 1906, que yo desrestaurar para democratizar Ir¨¢n, me asigna un cometido y unas responsabilidades que yo debo asumir. Para ello, he estudiado la teor¨ªa y la pr¨¢ctica pol¨ªticas", a?ade.
La imparable revoluci¨®n iran¨ª le expuls¨® al exilio junto con su familia en 1979. En 1980, su padre, el sha Reza Pahlevi, muri¨® de un c¨¢ncer linf¨¢tico en El Cairo tras una peregrinaci¨®n en busca de un asilo que se troc¨® muy inc¨®modo para los dirigentes de muchos pa¨ªses. Despu¨¦s de una estancia en Rabat y largas temporadas en la capital cairota, el primog¨¦nito de los Pahlevi march¨® a Estados Unidos donde ha finalizado, tras algunas interrupciones derivadas de su actividad p¨²blica, sus estudios de Ciencias Pol¨ªticas en una universidad privada de Williainstown, en el Estado norteamericano de Massachusetts.
El exilio en Marruecos, Egipto y Estados Unidos, donde reside habitualmente, parece haber fraguado sobre ¨¦l un car¨¢cter paciente. A trav¨¦s de los libros y de sus viajes ha llegado a la convicci¨®n de que es posible restaurar la monarqu¨ªa en Ir¨¢n, un pa¨ªs decisivo en el Medio Oriente por su potencia demogr¨¢fica, por su situaci¨®n estrat¨¦gica, fronteriza con la URSS y los pa¨ªses ¨¢rabes del Golfo, y por su riqueza petrolera. En la distancia entre el difunto sha y los iran¨ªes, el joven Reza Pahlevi sit¨²a una de las causas de la ca¨ªda de su padre. "Quiero una monarqu¨ªa para Ir¨¢n, no un Ir¨¢n para la monarqu¨ªa", asegura.
Reza Pahlevi presenta a¨²n esa suerte de imagen flotante que acostumbran mostrar los reci¨¦n casados. El pasado 11 de junio contrajo matrimonio con una joven iran¨ª, Yasmine Etemade Amini, con la que mantuvo un noviazgo de un a?o. Se muestra muy tajante respecto a su vida privada.
P. ?Han pensado ya en los hijos?
R. Como he dicho a mis coinpatriotas, no deseo mezclar mi vida privada con mi actividad pol¨ªtica. El matrimonio, para m¨ª, es una experiencia muy positiva. Es un apoyo emocional, moral y humano de gran importancia. La mayor¨ªa de los iran¨ªes que conocieron la noticia de nuestra boda, sobre todo del interior de Ir¨¢n, se sinti¨® muy feliz por ello. A¨²n no hemos pensado en los ni?os. Por otra parte, es todav¨ªa muy pronto, en las actuales circunstancias, para aumentar nuestra familia. S¨¦ que este aspecto tiene connotaciones pol¨ªticas evidentes en mi persona, pero deseo conservar en el plano estrictamente personal mi intimidad privada.
P. ?Es Usted un apasionado de la aviaci¨®n?
R. Si. En mi familia hubo y hay muchos pilotos. "Mi padre lo era, tambi¨¦n mi hermano y numerosos primos que tambi¨¦n vuelan. Comenc¨¦ a pilotar aviones en Ir¨¢n a los 13 a?os. A?os despu¨¦s, tras un curso de un a?o de duraci¨®n, obtuve mi licencia de piloto militar. Tambi¨¦n poseeo la licencia civil, de la Federal Aviation Administration nortamericana. He p¨ªlotado F-5, toda clase de aparatos de la Boeing, Myst¨¦re y otros aviones, incluso monoplazas. Sin embargo lamento lo dif¨ªcil que me resulta conseguir volar, por obvias razones de seguridad y de las que derivan de mi actividad pol¨ªtica, que me restan tiempo para hacerlo.
P. En septiembre de 1980, se ofreci¨® para participar como piloto, junto a las Fuerzas Armadas de Ir¨¢n, en la guerra contra Irak. ?Mantendr¨ªa hoy su promesa?
R. Mi oferta de entonces nunca encontr¨® una respuesta por parte del r¨¦gimen isl¨¢mico. Quiero reafirmar que mantendr¨¦ mi oferta mientras un solo soldado iraqu¨ª quede sobre el suelo de mi patria. Sin embargo, no protagonizar¨¦ nunca una querella fuera de las fronteras de Ir¨¢n. Desgraciadamente, el prop¨®sito del r¨¦gimen isl¨¢mico es el de derrocar al presidente de Irak, Saddam Hussein. Pienso que Ir¨¢n e Irak son v¨ªctimas de una confrontacion personal entre Jomeini y Saddam. Jomeini tiene inter¨¦s en continuar la guerra para sobrevivir pol¨ªticamente, ya que la contienda es una forma de mantener a las fuerzas armadas en las fronteras. Es una excusa para ello.
"Versiones fant¨¢sticas"
P. Se asegura que posee una de las; fortunas m¨¢s grandes del mundo.. Vuestro pueblo atraviesa graves; dificultades derivadas de la guerra. ?En qu¨¦ condiciones estar¨ªa. dispuesto a poner su fortuna personal al servicio del pueblo iran¨ª?
R. El r¨¦gimen isl¨¢mico ha propalado versiones fant¨¢sticas sobre el dinero de mi familia, sobre fortunas escondidas y otras cosas. Ello forma parte de una campa?a de propaganda iniciada hace seis a?os. Jam¨¢s se ha demostrado ninguna de esas fantas¨ªas. Tengo medios para vivir correctamente. De mi bolsillo, muchas veces he destinado sumas para la causa que defiendo. Sin embargo, todos aquellos iran¨ªes responsables que cuenten con medios econ¨®micos deben aportar recursos para conseguir nuestra meta. Muchos de ellos, que tienen mucho dinero, aportan en realidad muy poco para esta causa. Si estas personas, se desentienden de su responsabilidad, jam¨¢s podr¨¢n ser perdonadas.
P. Se dice que no le gusta la pol¨ªtica. ?Qu¨¦ piensa sobre ella?
R. Si a un hombre honesto se le pregunta qu¨¦ piensa de la pol¨ªtica, desde el fondo de su coraz¨®n dir¨¢ que la pol¨ªtica "no tiene ni padre ni madre". Es una palabra que a las gentes sencillas les da miedo, porque el ciudadano de a pie cree que la pol¨ªtica sirve para que los pol¨ªticos juegen con ¨¦l. Esta pol¨ªtica a m¨ª no me parece pura, ni sincera. Si, por el contrario, se entiende la pol¨ªtica como algo necesario para la gobernacion de un pa¨ªs y los hombres que la ejercen son honrados y sinceros, su sentido cambia. Cuando un pa¨ªs cuenta con buenos pol¨ªticos, nunca caminar¨¢ hacia la ruina. Si sus pol¨ªticos no valen y carecen de talla, se puede esperar de ellos todo lo malo.
Personalmente, no me considero un hombre pol¨ªtico, sino m¨¢s bien corno el s¨ªmbolo de una instituci¨®n con un cometido preciso y definido a desempe?ar. El pol¨ªtico puede cambiar de opini¨®n, pero el s¨ªmbolo de la monarqu¨ªa, el Rey, debe permanecer imparcial. La persona. del rey pertenece a todos los ciudadanos de todos los niveles sociales. Debe estar por encima de la pol¨ªtica.
P. ?Cu¨¢les son los pasos que seguir¨ªa para restaurar la. monarqu¨ªa en su pa¨ªs?
R. Primero, el retorno a la Constituci¨®n. de 19,06. Segundo, la aplicaci¨®n de esa Constituci¨®n. Tercero, el restablecimiento del orden y de la seguridad en todo el territorio nacional. Cuarto, un Gobierno provisional que convocara elecciones parlamentarias. Y en quinto lugar, recuperar el pulso normal del pa¨ªs. Lo m¨¢s importante de todo ser¨¢ la garant¨ªa del libre juego democr¨¢tico, de la actividad de los partidos y de la participaci¨®n pol¨ªtica del pueblo, por parte de la monarqu¨ªa, que quedar¨ªa al margen de la pol¨ªtica gubernamental y partidista.
El mejor ejemplo es para m¨ª el del Re, de Espa?a y la monarqu¨ªa espa?ola. Su Majestad el Rey Juan Carlos ha velado por la aplicaci¨®n de la Constituci¨®n, sin interferir en los asuntos de Gobierno ni en los de los partidos. Esta es la raz¨®n por la cual la monarqu¨ªa espa?ola se mantiene como una instituci¨®n que protege y, garantiza el juego pol¨ªtico. Ustedes tienen un Primer Ministro socialista. Ello es significativo. Pienso que en Ir¨¢n debemos hacer exactamente lo mismo que ustedes, los espa?oles, han hecho.
P. ?C¨®mo ver¨ªan Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica una restauraci¨®n mon¨¢rquica en Ir¨¢n?
R. Es un asunto que tendr¨ªa que plantearles a ellos. Por mi parte debo decir que, por encima de todo, no deseo que Ir¨¢n se convierta en una expresi¨®n de la confrontaci¨®n entre norteamericanos y sovi¨¦ticos. Ni la Uni¨®n Sovi¨¦tica ni Estados Unidos deben inquietarse por una restauraci¨®n mon¨¢rquica constitucional en mi pa¨ªs. Nuestro r¨¦gimen democr¨¢tico no ir¨¢ ni contra los intereses sovi¨¦ticos ni contra los norte americanos. Un mismo pa¨ªs puede mantener alianzas diferentes en virtud de sus intereses. Si nosotros encontramos cualquier Estado que sea capaz de respetar nuestras leyes y el inter¨¦s de la voluntad expresa del pueblo, nosotros, como Estado, al Aicaremos una pol¨ªtica de reciprocidad y mantendremos las mejores relaciones posibles con ese Estado, sobre todo si se trata de un pa¨ªs vecino. Quiero recordar, por otra parte, que las mejores relaciones entre la URSS e Ir¨¢n se desarrollaron a lo largo de los ¨²ltimos 50 a?os, coincidiendo con la etapa en la que la monarqu¨ªa estuvo al frente de mi pa¨ªs. Los rusos tiene muchos m¨¢s motivos para inquietarse con la presencia en Ir¨¢n de un r¨¦gimen republicano isl¨¢mico que por la presencia de un r¨¦gimen mon¨¢rquico democr¨¢tico.
P. ?Y los pa¨ªses ¨¢rabes e Israel?
R. Un Ir¨¢n estable y pr¨®spero conviene a todos los pa¨ªses del Oriente Medio, por que ser¨ªa una garant¨ªa de estabilidad para toda la regi¨®n.
P., Si usted se encontrara ahora frente a frente con el ayatollah Jomeini, ?qu¨¦ le dir¨ªa?
R. ?Que se puede decir a un hombre como ¨¦l? Es una persona que no comprende o no quiere comprender nada. Yo le dir¨ªa: "Usted no puede hacer funcionar el pa¨ªs de la manera en que lo est¨¢ dirigiendo. Si sabe Usted lo que hace, no puede seguir haci¨¦ndolo y, si no lo sabe, tampoco puede continuar. Mi pa¨ªs avanza hacia su destrucci¨®n. V¨¢yase antes de que sea demasiado tarde". Si ¨¦l cree en la libertad, en la soberan¨ªa y popular, debe aceptar retirarse. El niega completamente la soberan¨ªa del pueblo. Es como si nuestro pa¨ªs se encontrara secuestrado y los ¨²nicos que apoyaran al poder fueran los movimientos terroristas que sostienen al r¨¦gimen. La ¨²nica soluci¨®n que cabr¨ªa ser¨ªa la de discutir con ¨¦l, pero no es este el caso. Por ello, no nos queda otra soluci¨®n que neutralizarle, destruirle. Yo hubiera preferido otra soluci¨®n, pero no tengo otra opci¨®n que la de combatirle.
P. ?Por qu¨¦ triunf¨® entonces la revoluci¨®n?
R. Aquello no fue una insurrecci¨®n contra la monarqu¨ªa, sino un movimiento a favor de la aplicaci¨®n de la Constituci¨®n democr¨¢tica de 1906. Jomeini cometi¨® un grave error: no retirarse tras el triunfo de la revoluci¨®n. Fue el principio del fin. ?l pens¨® que Ir¨¢n se puede dirigir como un pueblo de 500 habitantes en el siglo X, y ello no es posible. Por eso gobierna ¨²nicamente mediante la coerci¨®n, la represi¨®n y la violencia. En siete a?os de gobierno, la mitad del pa¨ªs ha quedado destruida. No ha solucionado un solo problema interior de mi pa¨ªs. Ha dejado una pesada y devastadora herencia a las j¨®venes generaciones. La econom¨ªa iran¨ª no funciona. La guerra ha desangrado a Ir¨¢n.
P. ?Cree que Jomeini es un hombre inteligente?
R. Es mucho menos inteligente de lo que se piensa.
Una atm¨®sfera de amnist¨ªa
P. ?Llevar¨ªa a Jomeini, ante los tribunales?
R. No s¨¦ lo que pasar¨¢. Jomeini es el jefe de la orquesta, si bien no se puede decir que toda la responsabilidad de lo sucedido sea exclusivamente suya. Pese a todo, s¨®lo bajo una atm¨®sfera de amnist¨ªa ser¨¢ posible la transformaci¨®n de mi pa¨ªs. A los criminales habr¨¢ que juzgarlos, pero yo espero que este episodio sea muy corto, para que la reconciliaci¨®n, la paz y la tranquilidad lleguen cuanto antes a Ir¨¢n.
P. ?De qu¨¦ forma acabar¨ªa la guerra contra Irak: por procedimientos militares, pol¨ªticos o mediante una combinaci¨®n de ambos?
R. La mejor f¨®rmula es atenernos a los acuerdos de Argel de 1975, firmados por el propio Sadam Hussein. S¨®lo as¨ª podemos llegar a una paz razonable entre Ir¨¢n e Irak. Las tropas de ambos bandos deben regresar a las fronteras internacionales.
P. ?Ser¨ªa capaz de regresar a Ir¨¢n como un ciudadano normal?
R. S¨ª, si esa fuera la voluntad popular. Nuestra lucha se encamina a restablecer la soberan¨ªa popular y la democracia en nuestro pa¨ªs, por la v¨ªa de la Constituci¨®n de 1906. Todo partido que respete las reglas del juego democr¨¢tico podr¨¢ tener representaci¨®n parlamentaria y desplegar sus actividades pol¨ªticas. En esa. Constituci¨®n hay dos cla¨²sulas que no cambian, la monarqu¨ªa y el respeto a la religi¨®n. Sin embargo, yo acepto la voluntad popular y si se cambia la Constituci¨®n y mi pueblo no me aceptara como Rey, estar¨ªa dispuesto a regresar a Ir¨¢n como un ciudadano m¨¢s.
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