El Parlamento argentino comienza a debatir el proyecto de ley de divorcio
La C¨¢mara de los Diputados del Parlamento argentino inici¨® ayer el debate sobre las reformas a la ley de Matrimonio Civil vigente desde 1888, reformas que introducen la figura del divorcio vincular. La sesi¨®n fue retransmitida en directo, hasta las 22.00 horas, por la primera cadena de televisi¨®n estatal. A esa hora todav¨ªa quedaban por intervenir unos 20 de los casi 50 diputados que hab¨ªan pedido la palabra. Se espera que el proyecto sea aprobado ma?ana por amplia mayor¨ªa.La C¨¢mara baja enviar¨¢ la ley de forma inmediata al Senado, donde los sectores antidivorcistas, agrupados alrededor de la Iglesia, conf¨ªan en retrasar la aprobaci¨®n definitiva de la ley. En todos los peri¨®dicos se publicaron anuncios de supuestos movimientos en defensa de la familia que hasta ahora no se sab¨ªa que existieran y que cuentan con apoyo de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica. En ellos se insiste en la ley divina, que, se dice, consagra la indisolubilidad del matrimonio. Adem¨¢s se recuerda a los legisladores que pueden llegar a ser excomulgados por votar contra la ley de Dios.
A pesar de las amenazas y advertencias de grupos ultracat¨®licos, el debate se inici¨® en un clima de enorme expectativa pero de absoluta tranquilidad. La Iglesia se hab¨ªa jugado ya la ¨²ltima carta el pasado 5 de julio, cuando convoc¨® una marcha en defensa de la familia que s¨®lo reuni¨® a 50.000 personas, a pesar de la intensa campa?a desarrollada en todas las parroquias de Argentina durante los 15 d¨ªas anteriores, y de la recomendaci¨®n de asistir con los padres que se hizo a los alumnos en todos los colegios cat¨®licos.
Era la primera vez que la Iglesia organizaba una marcha de este tipo, para la que fue tra¨ªda especialmente de su santuario, situado a 60 kil¨®metros del centro de Buenos Aires, la Virgen de Luj¨¢n. Las organizaciones defensoras de los derechos humanos se preguntaron entonces, p¨²blicamente: "?D¨®nde estaba la Iglesia cuando las fuerzas represivas de la dictadura hicieron desaparecer a miles de j¨®venes, hijos de familias argentinas?".
La Iglesia ha actuado de forma directa con los senadores, cargo para el que generalmente se designa a viejos l¨ªderes pol¨ªticos de provincias. Las entrevistas de los obispos con cada uno de ellos se suceden para convencerles de que voten no o al menos demoren la sanci¨®n de la ley hasta despu¨¦s de la visita del papa Juan Pablo II, prevista para abril del pr¨®ximo a?o. El Senado tiene plazo hasta el pr¨®ximo 30 de septiembre para discutir y aprobar la ley. En esa fecha concluye el per¨ªodo ordinario de sesiones, que se volver¨¢ a abrir en mayo del pr¨®ximo a?o, y no es probable que el Ejecutivo incluya una ley de divorcio en el paquete de proyectos que env¨ªa a debate en sesiones extraordinarias. El Senado tiene que discutir adem¨¢s, en este mes de plazo, la nueva ley de Defensa y el Presupuesto General de 1986, que a¨²n no ha sido aprobado.
Los partidos mayoritarios han dejado en libertad a sus diputados para que voten a conciencia. Radicales y peronistas tienen fan¨¢ticos antidivorcistas en sus filas, aunque la cuesti¨®n no ha provocado, hasta ahora, enfrentamientos internos serios. Es m¨¢s delicada y menos p¨²blica la discusi¨®n sobre la nueva ley de Defensa, en la que las Fuerzas Armadas pretenden imponer un art¨ªculo que autorice su intervenci¨®n en el caso de un rebrote subversivo. Los diputados han descartado esa posibilidad, que legalizar¨ªa la nefasta Doctrina de la Seguridad Nacional aplicada por la dictadura militar.
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