Ilustre turismo de inc¨®gnito en Trujillo
James Callaghan y lord Carrington, entre los visitantes de la hist¨®rica poblaci¨®n extreme?a
Muy pocos en Trujillo saben de las continuas visitas de ilustres personalidades brit¨¢nicas a esta hist¨®rica localidad cacere?a. Descansar rodeados de un casi eterno silencio, adem¨¢s de disfrutar del ya m¨ªtico sol espa?ol, es lo que les ofrece su anfitriona y amiga Fleur Cowles, asidua en Trujillo desde hace 14 a?os. Por el bello palacete propiedad de Fleur Cowles, ex diplom¨¢tica, pintora y escritora, han pasado, entre otros, el ex primer ministro brit¨¢nico James Callaghan; el secretario general de la Alianza Atl¨¢ntica, lord Carrington, y la viuda del presidente norteamericano Lyndon B. Johnson. Una habitaci¨®n en tonos azules, los preferidos por Grace de M¨®naco, esperaba casi cada a?o la llegada de la princesa.
"Son amigos m¨ªos y vienen ¨²nicamente a descansar", afirma Fleur Cowles, ya relajada, despu¨¦s de la primera sorpresa ante el descubrimiento por la prensa de las asiduas visitas a su mansi¨®n de personajes ilustres. Fleur ofrece a sus invitados un descanso de verdad. Ning¨²n extra?o entra en su propiedad, y all¨ª Callaghan o lord Carrington encuentran algo quiz¨¢ desconocido o ins¨®lito en tierras extreme?as: una agradable temperatura, un jard¨ªn exuberante con piscina incluida y una bonita mansi¨®n reconvertida de unas ruinas.Y por encima de todo, el sue?o de los grandes pol¨ªticos: el anonimato y la ignorancia del vecindario sobre su estancia veraniega. Este, s¨ª que lo consigue Fleur Cowles, resistiendo a las peticiones de 10S periodistas. El d¨ªa que se produjo la conversaci¨®n de este peri¨®dico con Fleur Cowles, un ex ministro brit¨¢nico descansaba en su casa, pero ella se neg¨® en rotundo a decir su nombre.
Fleur, que no quiere decir su edad, es pintora y escritora. Las amistades de los pol¨ªticos brit¨¢nicos le vienen de su ¨¦poca de diplom¨¢tica, carrera que ejerci¨® durante su ¨¦poca juvenil. Protegida de los pies a la cabeza de los rayos del sol matinal de Trujillo -gafas, sombrero y un ligero toque de polvos sobre las partes expuestas-, explica, en una mezcla de castellano e ingl¨¦s, que conoci¨® Trujillo hace 14 a?os gracias al matrimonio formado por Xavier y Carmen Salas. Xavier Salas, agregado cultural de la Embajada espa?ola en Londres desde 1946 a 1962, comenz¨® su amistad con Fleur Cowles a ra¨ªz de que ¨¦sta le pidiera datos sobre el pintor catal¨¢n Salvador Dal¨ª para escribir un libro.
Cuando el matrimonio Salas se hizo asiduo de la localidad cacere?a y comenz¨® su labor de compra de edificios hist¨®ricos desde la Asociaci¨®n de Amigos de Trujillo, se acord¨® de Fleur Cowles. ?sta no se lo pens¨® dos veces y adquiri¨®, a un precio que no quiere especificar, dos torres ruinosas, que cuatro a?os y medio m¨¢s tarde se convirtieron en una bonita edificaci¨®n, dentro del respeto a los c¨¢nones y la historia de Trujillo.
Las visitas de Grace
Es una perfecta anfitriona. Adem¨¢s del ofrecimiento de su casa para los descansos veraniegos, piensa en los gustos y preferencias de sus invitados. Buen ejemplo de ello es la decoraci¨®n de una de las habitaciones que disfrut¨® la ya faHecida princesa Grace de M¨®naco. Las colchas y alfombras de la estancia en tonos azules -"los preferidos de Grace"- fueron dise?adas por Fleur s¨®lo pensando en su aristocr¨¢tica invitada.
Pero no s¨®lo son los pol¨ªticos ilustres los extranjeros amantes de la cuna de grandes descubridores, como Francisco Pizarro y Francisco Orellana. Tambi¨¦n personas m¨¢s de a pie, como el brit¨¢nico Juan Garton y el decerador portugu¨¦s Duarte Pinto Coelho, se han instalado entre las tan tra¨ªdas y llevadas hist¨®ricas piedras.
Juan Garton, un bnt¨¢nico de 40 a?os, casado y con cuatro hijos, ha encontrado en Trujillo sus antiguas ra¨ªces. De madre peruana y padre brit¨¢nico, Juan Garton consigui¨® hace ocho a?os la propiedad de la casa natal de Orellana, propiedad que hace las delicias de su madre, quien ha ido descubriendo entre los restos del edificio el ¨¢rbol geneal¨®gico de su familia, entroncada con la del descubridor. La familia Garton pasa todos los veranos en su casa de Trujillo -no quiere decir el precio que pag¨® por ella- por "la tranquilidad, el buen clima y la vida aut¨¦nticamente familiar" de la que puede gozar all¨ª.
Duarte Pinto Coelho es quiz¨¢ el restaurador por antonomasia del lugar. Decorador, posee un espl¨¦ndido palacio, el de Chaves -antiguo hospital municipal y convento-, con una magn¨ªfica y singular capilla, del que tampoco quiere dar cuenta de su precio.
Lleg¨® a Trujillo, invitado por los condes de Romanones, hace 18 a?os, y su profesi¨®n le llev¨® primero a decorar el palacio de Chaves, entonces propiedad de unos amigos norteamericanos, y posteriormente a hacerse con ¨¦l. Desde entonces, muchos personajes conocidos, como el actor Luis Escobar, asisten a las grandes fiestas que organiza cada verano Pinto Coello, que se ha convertido en el experto en restauraciones de Trujillo y a quien los nuevos propietarios se acercan a pedir consejo.
Esta llegada de for¨¢neos a Trujillo es acogida sin reservas por su alcalde, el socialista Benigno Fern¨¢ndez Rubio, de 33 a?os, a pesar de que muestra su preocupaci¨®n por el futuro de los monumentos -un 75% de los edificios enclavados dentro de La Villa o el recinto amurallado son de propiedad privada-, aunque no le queda mas remedio que reconocer que sin la llegada de tan expertos y entendidos personajes las ruinas del municipio, declarado conjunto hist¨®rico-art¨ªstico en 1962, no ser¨ªan en la actualidad m¨¢s que eso, ruinas. Son muchos extranjeros quienes han escogido las tierras extremef¨ªas para su descanso y solaz pero, como dice Carmen Salas, "nunca vendr¨¢n tantos extranjeros aqu¨ª como trujillanos a Am¨¦rica".
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