Caballos de refresco
Juan Antonio Bardem, en una noche de agosto, compitiendo con las horchatas en la terraza, los escarceos nocturnos y las discotecas playeras, lo tiene muy mal. Aunque, es a vez, Bardem casi se lo merece: despu¨¦s de haber asistido, hace escasas semanas, al nuevo pase porla peque?a pantalla de Muerte de un ciclista, la proyecci¨®n de La corrupci¨®n de Chris Miller dar¨¢ cuenta de la pronunciada pendiente por la, que se desliz¨® quien ayer fuera excelente cineasta y hoy irregular pe¨®n (a la espera de ver qu¨¦ saldr¨¢ del proyecto sobre Garc¨ªa Lorca). Aspir¨® Bardern, con La corrupci¨®n de Chris Miller, a lanza¨ª un producto internacional bien cosido y deudor de los mecanismos gen¨¦ricos hollywoodianos. Para ello se entreg¨® animoso a un thriller psicol¨®gico sobre sadismo y homosexualidad femenina y traumas por violaci¨®n infantil, con la seguridad de que los golpes de efecto y el destape que por aquel entonces (1972) coqueteaba con la censura har¨ªan el resto. La operaci¨®n se redondea con la adquisici¨®n de una actriz de m¨¢s all¨¢ de los Pirineos, Jean Seberg, y el nuevo lanzamiento feroz (de ni?a mocosa coraz¨®n de monja a corrupta violada, s¨¢dica y lesbiana) Marisol: si no se sufre trauma con la transformaci¨®n es porque la ni?a ingenua es ahora una mujer que est¨¢ de muy buen ver. En cualquier caso, La corrupci¨®n de Chris Miller, contentar, lo que se dice contentar, a muy poca gente contentar¨¢.La pel¨ªcula que ma?ana domingo, tambi¨¦n en sesi¨®n nocturna, emite el segunda canal de TVE ya es otra cosa. Del director de quien estos ¨²ltimos meses estamos revisando su filmograf¨ªa (Antoine et Antoinette, La evasi¨®n, No toqu¨¦is la pasta), Jacques Becker, veremos Falbalas (1945), que si no es de lo mejor suyo s¨ª tiene, en cambio, un alto inter¨¦s para el aficionado. Thriller tambi¨¦n, como La corrupci¨®n de Chris Miller, pero de registros m¨¢s pas¨ªonales y exentos de efecto alguno, Falbalas es un filme que inquieta. Por dos motivos. Por el tratamiento sin concesiones de su tema motor, la fatalidad, y por su desnuda y tersa puesta en escena, paradigina de la mano de uno de los m¨¢s grandes hombres del cine franc¨¦s y del cine de todas partes.
Los caballos de refresco de este fin de semana (y en agosto la televisi¨®n los necesita como en ninguna otra ¨¦poca del a?o) vienen con el western, por un westem muy peculiar, nada estridente ni llamativo pero funcional, agradable: La ciudad sin ley. Realizada por el hombre que nunca existi¨®, Allen Sm¨ªthee (Robert Totten la empez¨® y Don Siegel la termin¨®, pero ninguno de ellos firma en los cr¨¦ditos, La ciudad sin ley es la historia de un sherif inflexible y duro, a cuyo inevitable ca¨ªda asistimos durante hora y media de t¨®picos bien expuestos, Richard Widmark da estupendamente el tipo y lo acompa?a en el reparto una inusual Lena Horne, que como se comprender¨¢, no canta Smoke gets in your eyes.
La ciudad sin ley se emite hoy a las 16 horas por TVE-1. La corrupci¨®n de Chris Miller se emite hoy a las 22.50 por TVE-1. Falbalas se emite ma?ana a las 22.40 por TVE-2.
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