En el desierto

En varias de las cartas recogidas por Garc¨ªa Blanco insiste don Miguel en la significaci¨®n espec¨ªficamente espa?ola de su Cristo de Vel¨¢zquez. Cuando avanza en su composici¨®n, como record¨¢ndoselo a s¨ª mismo, en varios lugares del bloc anota: "Referencias a cosas de Espa?a, Gredos, Duero, Tajo, Ebro, Moncayo, Guadarrarna"; "recuerdo de Teresa, Ignacio, Domingo, ect¨¦tera". El otro d¨ªa recog¨ª el borrador del Env¨ªo que don Miguel no se decidi¨® a incluir en la edici¨®n: "Mira, mi Espa?a, t¨² has nacido adrede / para erguir en tu cielo este tu Cristo / para llevarlo al Maladeta altivo / y all¨ª plantarlo cara a Europa...". En realidad, en la misma hoja, con nerviosa caligraf¨ªa -pluma y tinta diferentes- garabatea m¨¢s tarde: "...la enarbola en la diestra y, tremol¨¢ndola, / grita con voz como de aqu¨¦l que clama/ en el desierto: / ... don Quijote descalzo, romero del amor,/ por yelmo la bac¨ªa en la cabeza / con guimalda de burlas coronada / ( ... ) conchas de Santiago sobre el peto. / ( ... ) ?sta es mi fe, por ella he padecido". En un papel suelto leeremos despu¨¦s: "Que ha de subir un d¨ªa Don Quijote / del Maladeta a la encumbrada cima / con su mesnada de divinos locos: / Domingo, el perro del Se?or, e Migo, / su zorro fiel, y Teresa la flechada, / Juan de la Cruz, escalador del Monte, / y al asalto del cielo, el de los ?ngeles, / los dos Luises, dos r¨ªos de dulzura, / y Sancho de ranchero".En la versi¨®n definitiva optar¨¢ Unamuno por prescindir de esas referencias espa?olas espec¨ªficas y concentrar¨¢ la energ¨ªa en la construcci¨®n del gran s¨ªmbolo aleg¨®rico que es el Cristo de Vel¨¢zquez. A la concentraci¨®n y coherencia de ese discurso sacrifica don Miguel -estoy convencido de que con gran dolor de su alma- una enorme cantidad de versos, estrofas y fragmentos, que recojo puntualmente en mi pr¨®xima edici¨®n cr¨ªtica. Espigo aqu¨ª tan s¨®lo algunos fragmentos que reflejan diversas perspectivas de enfoque en la creaci¨®n del poema.