El embrollo de las cifras del paro
LA RECIENTE pol¨¦mica en torno a la cifra real de parados se ha configurado con una mezcla de elementos estad¨ªsticos y criterios pol¨ªticos de dif¨ªcil deslinde. El que m¨¢s y el que menos posee su propia cifra de desempleados, que maneja seg¨²n la conveniencia pol¨ªtica del momento. Por su parte, la indigencia de nuestro aparato estad¨ªstico alimenta cualquier tipo de especulaci¨®n, de tal manera que es cada vez m¨¢s dif¨ªcil saber cu¨¢ntos parados hay realmente en Espa?a.Los datos recientemente publicados por el Ministerio de Trabajo sobre la variaci¨®n del paro registrado en el mes de julio arrojan una disminuci¨®n del orden de unas 7.000 personas. Como de costumbre, no se precisa que esta disminuci¨®n se transforma en aumento si se toman en consideraci¨®n los factores estacionales, propicios al empleo en esta ¨¦poca del a?o. Sin embargo, cuando la estacionalidad es desfavorable para el empleo suele explicarse con detalle esta circunstancia; el tratamiento asim¨¦trico que da el Ministerio de Trabajo a las cifras de paro registrado hace perder credibilidad a los an¨¢lisis del mismo y previene en contra de los cambios de criterio en la confecci¨®n de sus estad¨ªsticas, incluso si ¨¦stos est¨¢n justificados.
El segundo problema que se ha planteado estos d¨ªas es de naturaleza distinta y afecta al Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Este organismo acaba de modificar al alza todas las cifras de la encuesta de poblaci¨®n activa. La raz¨®n de ello estriba en la comparaci¨®n de los datos de la encuesta con los del censo de poblaci¨®n de 1981, que arroja una infravaloraci¨®n sistem¨¢tica de todas las magnitudes estimadas trimestralmente en la encuesta de poblaci¨®n activa. Hay, pues, en Espa?a m¨¢s poblaci¨®n activa, m¨¢s empleados y m¨¢s parados de los que dec¨ªa la primitiva encuesta. Las razones de esta infravaloraci¨®n son de car¨¢cter t¨¦cnico y han sido denunciadas en m¨¢s de una ocasi¨®n por analistas privados. En cualquier caso cabe preguntarse por las razones que han motivado una espera tan larga para modificar las cifras de la encuesta, puesto que los resultados del censo de 1981 hace ya varios a?os que fueron publicados.
El procedimiento utilizado por el Ministerio de Trabajo al relacionar las cifras de paro registrado con las nuevas cifras de poblaci¨®n activa es, pues, correcto en la medida en que los servicios del Inem solamente eval¨²an una parte de la estad¨ªstica, la correspondiente al n¨²mero de parados, y no la que afecta al otro t¨¦rmino de la comparaci¨®n, la poblaci¨®n activa, estimado por el INE. La modificaci¨®n de este dato implica, l¨®gicamente, la alteraci¨®n del porcentaje de paro registrado en relaci¨®n con la poblaci¨®n activa. No habr¨ªa costado ning¨²n trabajo explicar esta cuesti¨®n con un m¨ªnimo de rigor en el momento de la presentaci¨®n de los datos.
El ¨²ltimo elemento de la cuesti¨®n est¨¢ formado por las declaraciones del ministro de Econom¨ªa, seg¨²n el cual el porcentaje de parados en relaci¨®n con la poblaci¨®n activa es del 15% y no del 22% como dice la encuesta del INE. Aparentemente, esta afirmaci¨®n se basa en un estudio confidencial de sus servicios sobre la econom¨ªa sumergida en Espa?a. Si tal es la raz¨®n, urge la publicaci¨®n de dicho estudio, pues lo que est¨¢ en juego tiene la suficiente importancia como para sacar a la luz del d¨ªa cuantos datos fidedignos se posean sobre la cuesti¨®n. En apoyo de las tesis del ministro puede aducirse la experiencia cotidiana de todos aquellos ciudadanos que necesitan hacer alguna reparaci¨®n en su casa: cada d¨ªa es m¨¢s dif¨ªcil encontrar un especialista cualquiera que realice el trabajo, lo cual no deber¨ªa suceder si el n¨²mero de desempleados fuese tan elevado como dicen las estad¨ªsticas. Aparentemente, las situaciones de fraude en la percepci¨®n del subsidio de desempleo son lo suficientemente numerosas como para que todo el mundo tenga su ejemplo que comentar. Pero todo esto son apreciaciones subjetivas que, l¨®gicamente, deben desvanecerse ante los criterios fr¨ªos e imparciales del an¨¢lisis estad¨ªstico. Por eso es de la mayor importancia que el Ministerio de Econom¨ªa explique las razones que justifican sus afirmaciones. Tambi¨¦n ser¨ªa aconsejable revisar a fondo los criterios y m¨¦todos de la encuesta, pues, ajuzgar por una pol¨¦mica reciente, es probable que no recoja con precisi¨®n las variaciones del n¨²mero de empleados, al menos en el sector p¨²blico de la econom¨ªa. En cualquier caso, lo que est¨¢ en juego es la credibilidad del aparato estad¨ªstico de nuestro pa¨ªs. Mejorarlo es una de las asignaturas pendientes de este Gobierno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.