Jenofonte
La expedici¨®n catalana a la Argentina, encabezada por el honorable Jordi Pujol, est¨¢ dando mucho que hablar. Los m¨¢s moderados apuntan un n¨²mero de 1.500 expedicionarios y los m¨¢s exagerados 3.000. No se sabe qu¨¦ parte de ese s¨¦quito se paga el viaje y a qu¨¦ parte se lo paga el erario p¨²blico. Lo cierto es que se trata de la primera expedici¨®n transoce¨¢nica de la pol¨ªtica catalana, sin que se sepa qu¨¦ Eldorado est¨¢ en juego. Ni los argentinos est¨¢n como para invertir en Catalu?a, ni los catalanes como para hacerlo en Argentina y hasta ahora las expediciones de relaciones p¨²blicas de Pujol han tenido un claro norte econ¨®mico.Tampoco se sabe el porqu¨¦ de la abundancia de la expedici¨®n, ni qu¨¦ criterios se han seguido para componer tan plurirrepresentativa expedici¨®n. Por ejemplo, no ha sido invitado, ni est¨¢ en condiciones de pagarse el viaje, Copito de Nieve, el orangut¨¢n blanco del Zoo de Barcelona, y nadie le discutir¨¢ a Copito de Nieve el ser una de las se?as de identificaci¨®n de la Catalu?a moderna, sector l¨²dico. Tambi¨¦n se desconoce si en el conjunto de ese gent¨ªo va alg¨²n relator ¨¦pico que deje constancia para la historia del sentido de esta pac¨ªfica invasi¨®n catalana de Buenos Aires. M¨¢s de 1.000 expedicionarios ya es n¨²mero apa?ado para una cr¨®nica ¨¦pica y no hay proyecto hist¨®rico nacional que se precie sin un Jenofonte en la plantilla.
Con ser abundante la colonia catalana en Buenos Aires y merecer, sin duda alguna, un respaldo la catalanidad ejercida a tantas millas de distancia, no lo es tanto como para justificar este alboroto. Aqu¨ª hay m¨®vil oculto, aqu¨ª hay gato encerrado. O quiz¨¢ no. Quiz¨¢ se trate de una corte movida porque s¨ª, para que Pujol pueda comprobar con sus propios ojos que Corrientes tres cuatro ocho, segundo piso ascensor no existe, que en Buenos Aires hay tantos chimichurris como cocineros y tantos tangos como desgracias. Tal vez haya ido a Buenos Aires en busca de un tango por si lo de Banca Catalana... Lo hay. Cuando many¨¦s que a tu lado se prueban la ropa que vas a dejar... /?Te acordar¨¢s de este otario que un d¨ªa cansado se puso a ladrar! Y es que en toda historia, en toda literatura, detr¨¢s de cada Jenofonte cabe un Enrique Santos Disc¨¦polo, y viceversa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.