Karpov recurre a su primer descanso reglamentario en el Mundial
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El sovi¨¦tico Anatoli Karpov, ex campe¨®n mundial de ajedrez, utiliz¨® ayer el primero de los tres descansos que le otorga el re0amento de la revancha por el titulo que efect¨²a en Londres frente a su compatriota Gari Kasparov, actual campe¨®n. Seg¨²n los especialistas, Karpov necesita varios d¨ªas de relajamiento para recuperarse de su derrota por tiempo en la octava partida, tras haber dejado escapar una posici¨®n muy ventajosa en la s¨¦ptima. El marcador favorece a Kasparov por 4,5 puntos a 3,5. Karpovjugar¨¢ ma?ana con las piezas blancas en la novena de las 24 partidas previstas.Karpov, que en la pasada semana sum¨® dos tablas y una derrota en el Mundial, cancel¨® varias de las actividades que hab¨ªa programado para el s¨¢bado y el domingo, como un partido de tenis y una sesi¨®n de fotograf¨ªas para los periodistas sovi¨¦ticos.
El gran maestro holand¨¦s Jan Timman, que le visit¨® el domingo, coment¨® ayer, cuando se hizo p¨²blico el descanso de Karpov: "Me dijo que no tomar¨ªa la decisi¨®n hasta el ¨²ltimo momento, dependiendo de c¨®mo se sintiera al levantarse. No le vi muy triste, pero s¨ª bastante cansado. Creo que susnervios han sufrido mucho en las dos ¨²ltimas partidas".
Por el contrario, Kasparov parece estar muy relajado.- Ayer por la ma?ana visit¨® el parque de Kensington Gardens, donde pos¨®, mientras daba de comer a las ardillas, para un fot¨®grafo de la Prensa sovi¨¦tica. El d¨ªa anterior hab¨ªa jugado, y ganado, seis partidos de badminton.
Apuros de tiempo
La derrota de Karpov, por agotar su ti¨¦mpo de reflexi¨®n en la octava partida, pone de actualidad el controvertido tema del uso del reloj en la alta competici¨®n. S¨ª, se admite como v¨¢lido que el componente art¨ªstico del ajedrez supera al deportivo y al cient¨ªfico, no es l¨®gico que la creatividad del artista est¨¦ limitada por el tiempo.
Sin embargo, esta filosof¨ªa choca en la pr¨¢ctica con graves inconvenientes. A mediados del siglo anterior, muchos jugadores, al encontrarse en posicion inferior, retardaban enormemente sus jugadas. Por ejemplo, una partida entre Morphy y Lowenthal, jugada en Londres en 1958, dur¨® m¨¢s de 20 horas.
Casi medio siglo despu¨¦s en el torneo de Nurenberg de 1906, se estableci¨® una norma seg¨²n la cual hab¨ªa que hacer 15 jugadas en cada hora. A los ¨ªnfractores se les impon¨ªa una multa. El sistema fue un rotundo fracaso porque, pocos d¨ªas despu¨¦s, todos los participantes se declararon insolventes.
As¨ª se lleg¨® a la implantaci¨®n del actual reloj de ajedrez, dividido en dos esferas de funcionamiento independiente. En cada momento de la partida s¨®lo est¨¢ en marcha el reloj del jugador al que corresponde mover. Cuando ¨¦ste realiza su jugada, aprieta un boton que para su reloj y pone en marcha el del adversario.
Los torneos importantes se juegan a la velocidad de 40 movimientos por dos horas y media. Se dice que un jugador est¨¢ apurado de tiempo cuando el n¨²mero de minutos que le restan es inferior al de jugadas para llegar a la 40. El grado de tensi¨®n nerviosa que alcanza un ajedrecista en apuros de tiempo es dif¨ªcil de expresar en palabras. Todos los rasgos de su personalidad y su facultad de razonar quedan transformados al encontrarse en una situaci¨®n extrema. Ya no se buscan buenas jugadas; es suficiente con no hacer las malas,
Cuando el oponente est¨¢ apurado de tiempo, es un error acelerar el propio ritmo de juego porque, en ese caso, la posibilidad de equivocarse ser¨¢ igual para ambos. La mejor t¨¢ctica, sobre todo si la posici¨®n resulta complicada, es precisamente la que sigui¨® Kasparov frente a Karpov: invertir el tiempo necesario en calcular con antelaci¨®n las variantes de las pr¨®ximas jugadas para, a continuacion, efectuar ¨¦stas con gran rapidez. Si el c¨¢lculo ha sido exacto, cada jugada supone una descarga el¨¦ctrica para el rival, que, ante la presi¨®n del reloj, ni siquiera tiene tiempo para comprender el sentido de los movimientos y, a menudo, queda paralizado, como le ocurri¨® a Karpov.
Motivos peregrinos
El origen de los apuros de tiempo puede estar en una. falta de pr¨¢ct¨ªca, en carencias t¨¦cnicas o en problemas psicol¨®gicos. Pero, a veces, los motivos son mucho m¨¢s per egrinos. La historia del ajedrez est¨¢ llena de an¨¦cdotas sobre los apuros de tiempo.
Cuentan del gran maestro sovi¨¦tico David Bronstein que una vez invirti¨® 40 minutos en realizar su primer movimiento. Al t¨¦rmino de la partida, explic¨® el extra?o suceso: "No pod¨ªa comenzar el juego hasta que mi mente me aclarara d¨®nde hab¨ªa puesto las llaves de casa".
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