Branko Bruckner
Presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Naturismo
Branko Bruckner iba en su seiscientos camino de Ginebra cuando lleg¨® por casualidad al centro naturista Cap d'Agde, en el sur de Francia. Entr¨® haci¨¦ndose el despistado y se agazap¨® en un rinc¨®n. Varias personas que jugaban desnudas con un bal¨®n le invitaron: "Aqu¨ª no se puede estar solo y aburrido, juega con nosotros". Han pasado 23 a?os, y Bruckner, ingeniero agr¨®nomo en la Direcci¨®n Provincial de Agricultura en Almer¨ªa, saca tiempo de donde puede para llevar las riendas de la Federaci¨®n Espa?ola de Naturismo.
Con el tiempo, el centro de Cap d'Agde fue algo as¨ª como el centro de reuni¨®n de los naturista espa?oles en la clandestinidad All¨ª formaron un n¨²cleo de cerca de un centenar de personas que poco a poco fueron fraguando la Federaci¨®n Espa?ola de Naturis. mo (FEN). La pr¨¢ctica del naturismo qued¨® legalizada en Espa ?a por un decreto de marzo de 1978. Ese mismo a?o se creaba el primer camping naturista espa?ol en Las Palmeras (Almer¨ªa)."Si todo el mundo fuera naturista, las guerras ser¨ªan imposi bles, porque ?c¨®mo ibas a reco nocer a tu enemigo?". A Bruckner le gusta recordar esta frase, de cosecha propia, para sintetizar en pocas palabras los "innumerables beneficios" del naturismo.
"El modo natural de desenvolverse es la desnudez total. La vestimenta es una forma de protegerse de las inclemencias del tiempo", explica. "El naturismo es mucho m¨¢s que tumbarse al sol desnudo; es m¨¢s bien una filosof¨ªa que tiende a la relaci¨®n natural con el medio ambiente".
Bruckner naci¨® en Zagreb (Yugoslavia) en 1932. Abandon¨® su pa¨ªs natal cuando ten¨ªa 10 a?os, durante la II Guerra Mundial. Tras una breve estancia en tierras italianas, su familia lleg¨® hasta
Madrid, donde estudi¨® la carrera de ingeniero agr¨®nomo. Antes, en 1950, se hab¨ªa nacionalizado espa?ol.
"En 1969 creamos entre un grupo de amigos el club El Girasol. Nos reun¨ªamos para practicar el naturismo en un cortijo de una explotaci¨®n agr¨ªcola en la que trabajaba. El due?o me dijo un d¨ªa: 'Me he enterado de que tus amigos hacen unas cosas muy raras en el cortijo'. Alguien le hab¨ªa contado que jugaban al f¨²tbol en pelotas. Perd¨ª aquel trabajo y El Girasol se disolvi¨® poco a poco".
Bruckner comenz¨® a trabajar en 1961 en el Ministerio de Agricultura y se traslad¨® en 1973 a la Direcci¨®n Provincial de Almer¨ªa.
All¨ª conoci¨® a su mujer, Matilde, con quien tiene una ni?a de dos a?os, Irina. "La unidad b¨¢sica en un club naturista es la pareja", se?ala Bruckner. "Tambi¨¦n se pueden inscribir mujeres y hombres solos, pero ¨¦stos han de venir recomendados por parejas de socios. Esta medida discriminatoria tiene su explicaci¨®n: se trata de evitar situaciones originadas por un claro desequilibrio a favor de los hombres".
La FEN cuenta en la actualidad con cerca de 5.000 socios, agrupados en ocho asociaciones regionales. La Asociaci¨®n Naturista de Andaluc¨ªa y Murcia (ANA), de la que Bruckner es tambi¨¦n presidente, tiene m¨¢s de 2.200 socios. Su domicilio social est¨¢ en la calle de Castell del Rey, 99, en Almer¨ªa.
La ANA ha recibido en el ¨²ltimo a?o una subvenci¨®n de 200.000 pesetas de la Junta de Andaluc¨ªa como entidad promotora de turismo. Yugoslavia, su pa¨ªs de origen, es precisamente definido por Bruckner como "un emporio del naturismo", una actividad que mueve al a?o millones de turistas, la mayor¨ªa de ellos alemanes y franceses. Aunque para Bruckner el ejemplo a imitar es el de Finlandia: "All¨ª no hace falta formar asociaciones naturistas porque todo el mundo lo es".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.