Discrepancias sobre las recomendaciones
I. C., Las recomendaciones finales de la comisi¨®n interministerial reflejaban la opini¨®n de tres de sus cirleo integrantes -los representantes de Defensa e Industria y el experto, castrense-, mientras los otros dos -el de Exteriores, el catedr¨¢tico- se declararon reacios, en el debate que precedi¨® la redacci¨®n del documento, a la participaci¨®n espa?ola en la SDI es,tadounidense anunciada por Ronald Reagan hace mas de tres a?os.
El grupo mayoritario, que mostr¨® tener escasa confianza en el porvenir de Eureka, la alternativa civil europea a la guerra de las galaxias promovida por el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, argument¨® que las empresas punteras espa?olas no se pod¨ªan permitir el lujo de perderse esta revoluci¨®n tecnol¨®gica, con tanta mayor raz¨®n que sus descubrimienlos tendr¨ªan derivados muy positivos para la industria civil.
Aun en el supuesto de que la SDI no alcance todos, sus objetivos, se?alaban estos tres miembros de la comisi¨®n, sus hallazgos tendr¨¢n aplicaciones en sectores tan diferentes como los electrodom¨¦sticos, la inform¨¢tica y los transportes.
Aunque suscribi¨® en definitiva la tesis mayoritaria, el representante de Industria y sus asesores subrayaron en aquel debate preparatorio que era dificil determinar qu¨¦ papel pod¨ªan desempe?ar empresas nacionales en una guerra de la galaxias que, por, lo menos en su primera etapa, estaba dedicada a la investigaci¨®n fundamental, mientras las espa?olas s¨®lo pod¨ªan aportar algo en el ¨¢rea de la aplicada.
R¨¦plica minoritaria
Los minoritarios replicaron, por su parte, que, en el mejor de los casos, s¨®lo la industria rililitar podr¨ªa beneficiarse de los contratos de la SDI y que no era deseable para un pa¨ªs con las caracter¨ªsticas de Espa?a que ¨¦se fuese el eje de su imprescindible modernizaci¨®n tecnol¨®gica.
M¨¢s optimistas sobre el futuro de Eureka -empresas espa?olas participan en 13 de sus proyectos y encabezan seis-, recalcaban tambi¨¦n que los pobres recursos humanos, financieros 3, t¨¦cnicos, de los laboratorios de la Pen¨ªnsula hac¨ªan incompatible su cooperaci¨®n simult¨¢nea en el SDI y en el proyecto europeo, por lo que era preferible consagrar todas sus energ¨ªas a este ¨²ltirno.
Su investigaci¨®n ofrec¨ªa adem¨¢s la ventaja de ser sobre todo aplicada, como tambi¨¦n le, es la que se lleva a cabo en los programas Esprit, Race y Brite, patrocinados por la Comunidad Europea.
La argumentaci¨®n desarrollada entonces por el representante de Asuntos Exteriores prolongaba la de un anterior informe, tambi¨¦n confidencial, titulado Elementos para una toma de decisi¨®n sobre la SDI y elaborado para ese ministerio por Carlos Alonso Zald¨ªvar, jefe de estudios en el gabinete del ministro Francisco Fern¨¢ndez Ordo?ez, que se mostraba cr¨ªtico y esc¨¦ptico ante la iniciativa norteamericana.
Reagan esgrim¨ªa esa amenaza, seg¨²n el diplom¨¢tico, que fue expulsado del PCE en 1982 por su tendencia renovadora, para obligar a la Uni¨®n Sovi¨¦tica a negociar en profundidad la reducci¨®n de armas nucleares en el foro de Ginebra.
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