Un matrimonio 'contra natura'
LE MONDELo m¨¢s extra?o de la uni¨®n entre Marruecos y Libia no es que ¨¦sta se haya roto, sino el que en alg¨²n momento llegase a ser establecida. Todo parec¨ªa separar a ambas partes: por un lado, un soberano de derecho divino que ha anclado firmemente a su pa¨ªs en la esfera de Occidente, hasta el punto de solicitar su ingreso en la Comunidad Europea; de otra parte, un militar que pretende que el poder que detenta se lo han otorgado las masas populares, bajo cuyo control afirma actuar siempre, especialmente cuando desafia a los Estados Unidos.Contrariamente a todo pron¨®stico, este matrimonio contra natura ha durado algo m¨¢s de dos a?os. En efecto, cada uno de los dos pa¨ªses encontraba ventajas en el tratado y pensaba poder enga?ar al otro. Mientras que T¨²nez y Argelia comenzaban a entenderse para llegar a la creaci¨®n de un gran Magreb ¨¢rabe, el coronel Gaddafi se sent¨ªa excluido de los reagrupamientos de naciones que se estaban produciendo en la regi¨®n, lo que era el colmo para un hombre como ¨¦l, que persigue el sue?o de la gran naci¨®n ¨¢rabe. ( ... )
Hassan II, por su parte, tras haber explorado todas las posibilidades de reconciliaci¨®n con Argelia, hab¨ªa llegado a la conclusi¨®n de que su vecino no renunciar¨ªa jam¨¢s en su ayuda al Frente Polisario con vistas a la creaci¨®n de una Rep¨²blica Saharaui en el Sahara Occidental. La consecuencia m¨¢s importante del tratado de Uxi:la fue frenar el apoyo libio al Frente Polisario. ( ... )
La actitud libia facilitaba, por otro lado, la acci¨®n diplom¨¢tica de Marruecos. Si bien la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica ha sido admitida como miembro de pleno derecho en la Organizaci¨®n para la Unidad Africana, nunca ha podido penetrar en las instancias ¨¢rabes. Argelia ha percibido r¨¢pidamente el partido que pod¨ªa sacar de las inquietudes norteamericanas sobre el tratado de Uxida. En los meses posteriores a la firma del tratado, numerosas personalidades estadounidenses viajaron a ese pa¨ªs, hasta entonces considerado como una naci¨®n poco amistosa. ( ... )
Por otra parte, los marroqu¨ªes se esforzaban en convencer a los americanos de las dificultades por las que atravesaba el rey. A pesar de su malhumor, Washington no hab¨ªa condenado nunca oficialmente el tratado de Uxda. Pero en Rabat se sab¨ªa que la partida era arriesgada. A medida que aumentab¨¢n las dudas sobre la actitud libia con respecto al Polisario, la guerra del Sahara evolucionaba a favor del Ej¨¦rcito real. El rey Hassan dio la sorpresa al anunciar su, uni¨®n con el coronel Gaddari. Ahora, da otro golpe al romperla en el momento en que los Estados Unidos acent¨²an su presi¨®n contra este aliado inc¨®modo.
1 de septiembre
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