EE UU ofrece a los sovi¨¦ticos el canje del periodista detenido en Mosc¨² por un presunto esp¨ªa
Estados Unidos ofrecer¨¢ a la URSS el canje del periodista Nicholas Daniloff, detenido por el KGB (Comit¨¦ Estatal de Seguridad) en Mosc¨² bajo la acusaci¨®n de espionaje, por el funcionario sovi¨¦tico de la ONU Gennadi Zajarov, presunto esp¨ªa capturado por el FBI en agosto, informaron anoche fuentes de la Casa Blanca en California. El intercambio pondr¨ªa fin a un incidente cuya prolongaci¨®n puede poner en peligro la pr¨®xima cumbre entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, prevista para el oto?o, y las negociaciones sobre reducci¨®n de armas nucleares. Ni Washington ni, al parecer, Mosc¨² desean que esta historia de esp¨ªas bloquee la posibilidad de un segundo encuentro entre sus dos l¨ªderes.
Washington, a cambio de la inmediata libertad del periodista Daniloff, pondr¨ªa a Zajarov -un f¨ªsico sin inmunidad diplom¨¢tica que trabajaba para el secretariado de las Naciones Unidas-, a disposici¨®n del embajador de la URSS en Estados Unidos, con el compromiso de que no abandonar¨ªa el pa¨ªs mientras la justicia estadounidense ve su caso.Bastar¨ªa probablemente con una simple comparecencia de Zajarov ante el juez para que el presunto esp¨ªa sovi¨¦tico, que fue detenido con documentos secretos obtenidos mediante pago de un falso confidente que trabajaba para el FBI, regrese a su pa¨ªs. EE UU exige a cambio la salida de Daniloff de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, sin condiciones y sin ning¨²n tipo de juicio.
El presidente norteamericano, Ronald Reagan, que contin¨²a de vacaciones en su rancho de California, no se ha pronunciado sobre el caso, y su Administraci¨®n se limita a enviar se?ales a Mosc¨² de que la falta de soluci¨®n r¨¢pida al incidente tendr¨¢ un coste, no cifrado, en las relaciones. Pero el suceso, que los grandes medios de comunicaci¨®n han convertido en una bandera para explicar la ambig¨¹edad del cambio del nuevo r¨¦gimen de Gorbachov, ha provocado una guerra de nervios entre las dos superpotencias que originar¨¢ un "torrente de propaganda", reconoci¨® ayer la Casa Blanca.
El vicepresidente norteamericano, George Bush, declar¨® ayer que lo sucedido amenaza las relaciones entre los dos pa¨ªses, pero no ha llegado a decir que ponga en peligro la cumbre, prevista en principio para finales del oto?o. El presidente del Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado, Richard Lugar, ha ido algo m¨¢s lejos y ha afirmado que peligran las perspectivas de ese encuentro. Para Lugar, la situaci¨®n es "intolerable", y no puede compaginarse la preparaci¨®n de una cumbre con mantener en la c¨¢rcel al periodista. No existe, sin mbargo, un ultim¨¢tum de Washington a Mosc¨², y la Administraci¨®n se niega a decir c¨®mo responder¨¢ si se prolonga la detenci¨®n de Daniloff o si ¨¦ste es juzgado en la URSS, algo que no ocurre con un ciudadano norteamericano desde 1960.
El caso ha suscitado tambi¨¦n interrogantes sobre el control del aparato que ejerce Gorbachov, y se sugiere en algunos medios que el l¨ªder sovi¨¦tico parece tener problemas con el KGB. "La detenci¨®n de Daniloff obliga a preguntarse qui¨¦n manda en la URSS", afirm¨® el senador Lugar. "Si el KGB actu¨® por su cuenta, demuestra una alarmante independencia en un asunto que afecta a las relaciones con Estados Unidos", escrib¨ªa ayer en su editorial The New York Times. Las detenciones de Zajarov y Daniloff se han producido con los l¨ªderes de ambas superpotencias de vacaciones. Un portavoz norteamericano dijo ayer que la Casa Blanca no hab¨ªa dirigido la detenci¨®n del funcionario sovi¨¦tico, y que algunos miembros de la Administraci¨®n lo lamentan.
Momento delicado
El caso Daniloff, un hijo y nieto de emigrantes rusos y uno de los periodistas occidentales con mayor conocimiento de la URSS, en la que ha pasado casi 10 a?os de su vida profesional, llega en un momento muy delicado de las relaciones entre Washington y Mosc¨². En un plazo de dos semanas, los ministros de Exteriores de los dos pa¨ªses, George Shultz y Edvard Shevardznadze, se reunir¨¢n en Washington para reanudar el di¨¢logo interrumpido tras el ataque norteamericano a Libia el pasado abril y preparar la agenda de la cumbre. Este fin de semana, una delegaci¨®n sovi¨¦tica de expertos es esperada en Washington para continuar el di¨¢logo abierto en Mosc¨² el pasado agosto sobre reducci¨®n de los arsenales respectivos.
Todo en las ¨²ltimas semanas parec¨ªa indicar un progresivo deshielo y un nuevo realismo en las relaciones Este-Oeste, con el convencimiento de ambos Gobiernos de que la cumbre es algo que interesa tanto a Reagan como a Gorbachov. La Administraci¨®n de Reagan est¨¢ preparando una nueva propuesta que aceptar¨ªa una reducci¨®n menor del arsenal estrat¨¦gico sovi¨¦tico, sobre todo en lo relativo a los misiles intercontinentales con base en tierra y los cohetes de crucero lanzados desde aviones.
El resultado ser¨ªa el abandono de la idea de esa reducci¨®n del 50%, lo que permitir¨ªa a la URSS mantener un mayor n¨²mero de sus cohetes m¨¢s poderosos. En este contexto, la detenci¨®n de Daniloff es dif¨ªcil de explicar para los funcionarios norteamericanos, que insisten en que su liberaci¨®n no es una condici¨®n previa para la celebraci¨®n de la cumbre o el progreso en las negociaciones sobre armamentos, "en las que los dos pa¨ªses se juegan mucho".
En Washington est¨¢n convencidos de que Mosc¨² ha detenido a Daniloff como represalia por la captura de Zajarov, pero la Administraci¨®n rechaza tajantemente cualquier relaci¨®n entre los dos casos. A Daniloff -por cuya detenci¨®n el Instituto Internacional de Prensa (IPI) envi¨® ayer una en¨¦rgica protesta a Gorbachov- se le tendi¨®, seg¨²n afirma el Departamento de Estado, una trampa; y el sovi¨¦tico fue cogido con las manos en la masa mientras recib¨ªa dinero por documentos secretos.
[Por otro lado, los expertos de Estados Unidos y de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, reunidos en Mosc¨² para discutir sobre la ocupaci¨®n de Afganist¨¢n por las tropas de la URSS, finalizaron el an¨¢lisis de los puntos fijados. Ambas delegaciones intercambiaron el martes, "en una atm¨®sfera de trabajo", sus puntos de vista sobre la cuesti¨®n en el marco de las conversaciones preparatorias del encuentro entre Eduard Shevardnadze y George Shultz].
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