Cine multiling¨¹e como prueba de realismo
Los cineastas, cada vez de una manera m¨¢s clara, tienden a respetar la exigencia de verosimilitud ling¨¹¨ªstica que hace conveniente que cada cual se exprese en el idioma de su pa¨ªs, como se ha puesto de manifiesto en este Festival de Cine de Venecia, con la clara excepci¨®n de Oviri, una biografia de Paul Gauguin.
As¨ª, Fatherland, de Ken Loach, hace coexistir el franc¨¦s, el ingl¨¦s y el alem¨¢n. Angelopoulos juega con el griego y el franc¨¦s, aunque ha tomado como protagonista a un actor italiano.
Peter Lilienthal deja el hebreo como tel¨®n de fondo para poner en primer t¨¦rmino el alem¨¢n de la comunidad germana de Tel-Aviv. Tavernier presenta un filme con un t¨ªtulo doble: Round midnight Autour de minuit.
Y ¨¦sos son s¨®lo unos pocos ejemplos de unas ficciones que aprovechan los distintos idiomas para parecer m¨¢s reales. Por ejemplo, Rohmer, en Le rayon vert, incluye una secuencia. directamente basada en esta situaci¨®n y protagonizada por una actriz que se expresa c¨®modamente en franc¨¦s, ingl¨¦s, alem¨¢n, sueco, espa?ol y qui¨¦n sabe qu¨¦ m¨¢s.
La presentaci¨®n del filme dan¨¦s Oviri, dirigido por Henning Carlsen y protagonizado por Donald Sutherland, supone una excepci¨®n frente a la gran mayor¨ªa de t¨ªtulos vistos hasta ahora. Oviri, que es una biograf¨ªa de Paul Gauguin, est¨¢ ¨ªntegramente hablada en ingl¨¦s, sin que importe que la acci¨®n transcurra en Par¨ªs, Copenhague o cualquier otro sitio, ni que los personajes sean suecos, tahitianos, daneses o franceses.
Mercado sin fronteras
Detr¨¢s de esta peque?a Babel en la que hay mezcla, pero no confusi¨®n, est¨¢ tanto el inter¨¦s europeo por ampliar mercados, por producir pensando en todos los pa¨ªses de la CEE, como una evidente sumisi¨®n al ingl¨¦s como idioma dominante, como lat¨ªn que soluciona los problemas de las fronteras. Casi han desaparecido las pel¨ªctilas abiertamente nacionalistas, que cuentan grandes epopeyas patri¨®ticas, quedando esa voluntad de historiar lo colectivo como algo que s¨®lo atafle a los sovi¨¦ticos. Claro que las, razones de orden ast¨ªstico, esa voluntad de verosimilitud ya citada, tambi¨¦n son importantes, pero quiz¨¢ tengan m¨¢ peso los otros argumentos.En Oviri, ese unificarlo todo a trav¨¦s del ingl¨¦s le hace da?o, mucho da?o a la pel¨ªcula, puesto que no se trata de una biograf¨ªa con la potencia de ficci¨®n de la minnelliana de El loco del pelo rojo o del Modigliani de Jacques Becker.
El color, la nitidez de la fotograf¨ªa y del sonido, la libertad con que se pueden afrontar los temas y mostrar los comportamientos, est¨¢n re?idos con ese hablar uniforme. Tal y como suced¨ªa en muchas de las pel¨ªculas dobladas al espa?ol y estrenadas en nuestro pa¨ªs, los matices de relaci¨®n se evaporan cuando l¨®gicas dificultades de expresi¨®n se obvian. La pel¨ªcula, por lo dem¨¢s, adolece de un planteamiento muy convencional.
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