El instituto sueco para la Paz pide mayor control sobre armas qu¨ªmicas y biol¨®gicas
El Instituto de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI) present¨® ayer el resultado de una veintena de trabajos de investigadores del Oeste y del Este sobre el avance del armamento qu¨ªmico y biol¨®gico, con la conclusi¨®n general de que es urgente reforzar el control mundial sobre este tipo de armas.
Los autores del libro, titulado Armas biol¨®gicas y t¨®xicas hoy, sostienen como premisa general que ya no es v¨¢lido el concepto de que las armas qu¨ªmicas y biol¨®gicas tienen escasa importancia militar, si se except¨²an acciones de sabotaje o terror. Y que dicho cambio es consecuencia del desarrollo de la ingenier¨ªa gen¨¦tica y otros campos de la biotecnolog¨ªa que aportan m¨²ltiples posibilidades para su aplicaci¨®n con fines militares.
Adem¨¢s de las investigaciones que respaldan esta afirmaci¨®n, el libro recuerda que en 1984 el secretario de Defensa de Estados Unidos, Caspar Weinberger, declar¨® que "a los efectos de la guerra biol¨®gica, la ingenier¨ªa gen¨¦tica puede abrir amplias posibilidades. Ellas (las armas qu¨ªmicas y biol¨®gicas) pueden ser modificadas y volverse extremadamente t¨®xicas y producir enfermedades para las cuales el individuo atacado, no tiene ninguna posibilidad de cura o defensa. Otros agentes, hasta ahora considerados demasiado inestables para ser almacenados o utilizados en aplicaciones b¨¦licas, pueden ser manipulados y volverse agentes efectivos". Seg¨²n los expertos del SIPRI, ya se est¨¢ trabajando en esa l¨ªnea.
La convenci¨®n de 1972
El desarrollo y producci¨®n de las armas biol¨®gicas y t¨®xicas fue prohibido por una convenci¨®n en 1972, que entr¨® en vigencia tres a?os m¨¢s tarde y fue ratificada por 103 Estados en diciembre de 1985, lo que represent¨® un verdadero desarme negociado. Las prohibiciones de la convenci¨®n incluyen los nuevos progresos realizados en el campo de la biolog¨ªa y previenen, al menos en teor¨ªa, la utilizaci¨®n del desarrollo biot¨¦cnico en la producci¨®n de nuevas armas biol¨®gicas con fines militares.La convenci¨®n no proh¨ªbe los trabajos con bacterias y otros agentes biol¨®gicos, en tipos y cantidades que puedan justificarse por motivos de profilaxis u otros finos pac¨ªficos; pero como la l¨ªnea divisoria entre fines defensivos y ofensivos no est¨¢ muy claramente definida, ha habido ya denuncias concretas de violaci¨®n de estos l¨ªmites en los organismos internacionales.
De ah¨ª la importancia, se?alada en el libro, de que la convenci¨®n sea reforzada en la conferencia que tendr¨¢ lujar este mes en Ginebra. Es por ello que, en el cap¨ªtulo final, cient¨ªficos eminentes de distintos pa¨ªses formulan una serie de conclusiones y recomendaciones destinadas a los Gobiernos participantes en la convenci¨®n.
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