El m¨¢s eficaz mecanismo de destrucci¨®n
El r¨¦gimen de Pinochet, en sus 13 a?os de dictadura, se ha constituido en el m¨¢s eficaz y despiadado mecanismo de destrucci¨®n. Sus logros son muchos: comenzando por derrumbar toda la institucionalidad, el Estado de derecho y el aniquilamiento de la democracia, ha humillado al pueblo, pisoteado sus derechos humanos y aplastado las libertades ciudadanas con una violencia que horroriza al pa¨ªs y almundo. A todo esto se suma la peor crisis econ¨®mica de la historia y la p¨¦rdida consiguiente de la calidad de vida de los sectores m¨¢s pobres, que se ha reducido a los niveles de hace 15 a?os.Los d¨ªas que se han vivido en los ¨²ltimos meses son un signo de barbarie a la que jam¨¢s se pens¨¦ que se podr¨ªa llegar. Un acto tan atroz como el de los j¨®venes quemados estremece las conciencias y es una muestra inequ¨ªvoca de la falta de moral en todos los campos.
Ante estos hechos, que han demostrado la extraordinaria paciencia de los chilenos y su abrumadora voluntad de lograr la democracia por medios pac¨ªficos, el pueblo desconf¨ªa de las aventuras, de la violencia y del oportunismo. Este pueblo agobiado por a?os de exclusi¨®n y olvido est¨¢ decidido a tomar en sus manos su destino para restablecer la totalidad de sus derechos atropellados, ejercer el m¨¢s elemental de ellos: el de la vida. Reclama la democracia para iniciar la reconstrucci¨®n del pa¨ªs en forma participativa, responsable y solidaria, Se organiza y crea la Asamblea de la Civilidad, que re¨²ne a la totalidad de las organizaciones sociales del pa¨ªs, y proclama la Demanda de Chile en el mes de mayo de este a?o.
Racionalidad diab¨®lica
El aparato destructivo de la dictadura, que ha inspirado al r¨¦gimen, ha tenido la diab¨®lica racionalidad de destruir el tejido social. En el plano pol¨ªtico, los partidos son declarados fuera de la ley o en receso, cerrando de esta forma un espacio de libertad a los chilenos y oblig¨¢ndoles a realizar sus actividades en forma clandestina.La Iglesia cat¨®lica ha sido objeto de numerosas persecuciones, y las organizaciones emergentes de pobladores han sido aniquiladas, y sus dirigentes, detenidos. Esta exclusi¨®n de la sociedad mediante el amedrentamiento y el terror es una caracter¨ªstica definitoria de los reg¨ªmenes dictatoriales.
En este contexto, la labor de los partidos dentro de los limita dos espacios que van ganando para su acci¨®n espec¨ªfica consiste en canalizar los diversos intereses y valores sociales, contribuir a crear m¨¢s claros de libertad para toda la sociedad, y alentar a participar a todos los chilenos en Ia soluci¨®n de sus problemas; las organizaciones de base deben ser estimuladas sin com prometer su autonom¨ªa. Los partidos deben redefinir sus relaciones con estas organizaciones y estar ¨ªntimamente ligados en su acci¨®n con los objetivos de la Asamblea de la Civilidad. Esto permitir¨ªa al pueblo un nuevo impulso de liberaci¨®n y cambio social.
Para reconstruir el tejido pol¨ª tico aplastado por la dictadura hemos puesto nuestro mayor empe?o en el reencuentro de los partidos, distanciados desde an tes de 1973. Buscar una soluci¨®n pac¨ªfica para salir del largo t¨²nel del horror. Desde el Manifiesto democr¨¢tico de 1983, la forma ci¨®n de la Alianza Democr¨¢tica la concurrencia al di¨¢logo, la carta de los comandantes en jefe, hasta la firma del Acuerdo Nacional nacido por iniciativa de cardenal Fresno, son ejemplo de esta acci¨®n.
No hay democracia sin parti dos, que son el s¨ªmbolo de ella. Su grado de organizaci¨®n expresa el nivel de desarrollo pol¨ªtico de un pa¨ªs. Por ello son necesarios, para la reconstrucci¨®n y gobernabilidad del Chile de ma?ana, partidos s¨®lides, ligados por una com¨²n aceptaci¨®n de valores ¨¦ticos y con un compromiso de limitar las disensiones.
La creaci¨®n de partidos
Construir partidos es tarea de estadistas; destruir partidos es tarea de tiranos. La necesidad de crear alianzas ser¨¢ inherente a la reconstrucci¨®n democr¨¢tica de Chile; para sacar adelante un pa¨ªs devastado, con una enorme ,deuda externa y un gran atraso social, se requerir¨¢ no s¨®lo de acuerdos de base, sino tambi¨¦n de Gobiernos de coalici¨®n que representen una fuierte mayor¨ªa electoral.
En 1980, el presidente Frei se?alaba que la voluntad de Pinochet era mantener a los chilenos en interdicci¨®n por casi un cuarto de siglo, y agregaba: "Su proyecto no es ni siquiera un intento de transici¨®n; es una prolongaci¨®n y consolidaci¨®n de su poder personal. ?ste fue el camino de los Batista y de los Sornoza. ?ste no puede ser el camino de Chile". La falta de condueci¨®n pol¨ªtica de un Gobierno a la deriva, sin ning¨²n norte, se suple desde el poder ¨²nicamente mediante el autoritarismo y la iritransigencia del general Pinochet para mantenerse en el poder a sangre y fuego hasta el fin de siglo.
El pa¨ªs necesita conocer la opini¨®n de las fuerzas armadas sobre el poder arbitrario. Ellas no pueden seguir confront¨¢ndose con su propio pueblo, que les dio espada, prestigio y honor.
Cuando estoy terminando estas l¨ªneas, me sorprenden las ¨²ltimas noticias de Chile, que dan cuenta del atentado perpetrado contra el general Pinochet. Una primera reflexi¨®n nos lleva a cons¨ªderar el gran favor que significa para la dictadura el hacerle el juego en el camino de la violencia. Ahora tendremos estado de sitio por tres meses, seguramente prorrogables.
Se iniciar¨¢ la caza de brujas contra los dirigentes pol¨ªticos. Ya han sido detenidos los primeros. Arreciar¨¢n los operativos contra los habitantes de las barriadas obreras. Se colmar¨¢n otra vez indignamente los campos de f¨²tbol y los focos de los interrogatorios permanecer¨¢n a¨²n m¨¢s horas encendidos. Los medios de comunicaci¨®n ser¨¢n m¨¢s severamente amordazados. Es de esperar que en esta hora la clase pol¨ªtica y las organizaciones sociales sepan encontrar el camino hacia una salida incruenta en la tormenta que se avecina.
El camino ha sido pedregoso y dif¨ªcil, muchos han pagado con su vida, el exilio o la tortura. En esta fecha amarga deberemos hacer un ¨²ltimo esfuerzo para levantar la l¨¢pida que nos aplasta. Hoy d¨ªa, el desaf¨ªo de salvar la unidad nacional es dram¨¢tico.
Como un rayo, nos golpean las palabras del alcalde Tierno Galv¨¢n, en el acto de solidaridad con Chile que ¨¦l presidi¨® el pasado septiembre, recordando la transici¨®n espa?ola: "Pero la generosidad predomin¨® al fin, y a¨²n m¨¢s que la generosidad, a¨²n m¨¢s que la virtud, el sentido com¨²n y el deseo de que la democracia llegase. Y as¨ª, las fuerzas pol¨ªticas responsables se unieron, convinieron, pactaron, regularon su acci¨®n de futuro y su acci¨®n de presente. Compa?eros que llevaban tiempo madurando, sobre todo en las bases, ideas revolucionarias de cambio profundo, se percataron de que no ten¨ªa gran sentido, que el cambio profundo se ten¨ªa que hacer, se deber¨ªa hacer, pero en colaboraci¨®n con el tiempo y con los acontecimientos.
Luis Risopatr¨®n Renard es representante de la Democracia Cristiana chilena para Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.