"Pinochet: le ofrezco mi vida. D¨¦me un arma"
Trece a?os despu¨¦s del golpe militar encabezado por el general Augusto Pinochet, que derroc¨® al Gobierno constitucional del presidente Salvador Allende, las calles de la capital, Santiago, y de las principales ciudades del pa¨ªs reviven los tr¨¢gicos acontecimientos con los que se inici¨® una de las dictaduras m¨¢s antiguas del continente: asesinatos, detenciones masivas, ocupaci¨®n militar de barrios enteros, clausura de medios de Prensa. La instauraci¨®n del estado de sitio tras el atentado del pasado domingo contra Pinochet parece apuntar hoy a la supresi¨®n de los espacios de actividad pol¨ªtica y movilizaci¨®n social alcanzados en los ¨²ltimos a?os por un ampl¨ªsimo arco de la oposici¨®n."Pinochet: le ofrezco mi vida. D¨¦me un arma", dec¨ªa uno de los carteles que exhibieron los cerca de 200.000 manifestantes que desfilaron durante siete horas en la concentraci¨®n ole apoyo al general que se realiz¨® el martes ante el palacio de la Moneda, sede del Gobierno. Era el ¨¢nimo de la multitud que, burl¨¢ndose de la consigna caracter¨ªstica de la oposici¨®n ("Y va a caer..."), gritaba: "Y no cay¨®...". El r¨¦gimen del general Augusto Pinochet lleva a cabo una ofensiva pol¨ªtica y militar desde el atentado del pasado domingo.
La convocatoria de un plebiscito para aplicar medidas m¨¢s duras contra el terrorismo, que Pinochet anunci¨® durante la concentraci¨®n, busca encauzar el rechazo al atentado en un apoyo al general. Sin embargo, la aprobaci¨®n de un plebiscito no es una tarea f¨¢cil, de acuerdo con la Constituci¨®n. Para realizarlo son necesarias la apertura de registros electorales y la existencia de un tribunal calificador de elecciones, para lo cual no han sido aprobadas las leyes oportunas. Adem¨¢s, se requiere la aceptaci¨®n del Parlamento. Como ¨¦ste no existe, del poder legislativo, es decir, la Junta de Gobierno.Pinochet deber¨¢ entonces contar con el apoyo de la Junta para conseguir el plebiscito. Seg¨²n medios jur¨ªdicos, ese respaldo significar¨ªa para ¨¦l tener m¨¢s abiertas las puertas para proclamarse candidato en 1989. Hasta ahora, tres de los cuatro integrantes de la Junta han rechazado esta posibilidad.
Pinochet intenta volcar el atentado, que muestra la debilidad de un Gobierno que en 13 a?os de represi¨®n no ha podido aplastar a los comunistas -son m¨¢s fuertes que antes-, en un apoyo al ejecutivo. Pinochet declar¨® ayer que los documentos encontrados junto con los arsenales demuestran que hay "una planificaci¨®n destinada a una guerra revolucionaria, para acabar no solamente con el Gobierno, sino tambi¨¦n. con ese mont¨®n de ingenuos que siguen creyendo que la democracia es la ¨²nica salida que tiene el pa¨ªs".
El estado de sitio es un obst¨¢culo serio para hacer cre¨ªble el anuncio que hizo el ministro de Exteriores, Jaime del Valle, de que se mantendr¨¢ el tr¨¢nsito hacia la democracia. Aunque el atentado contra Pinochet provoc¨® el repudio un¨¢nime de los partidos de la derecha e izquierda moderada y de la Iglesia cat¨®lica, esto no se traduce en apoyo al Gobierno.
La Conferencia Episcopal, que re¨²ne a los obispos chilenos, calific¨® ayer como "un acto de violencia homicida, reflido con el respeto a la vida" la emboscada. Pero, al mismo tiempo, pidi¨® que el estado de sitio "sea aplicado con moderaci¨®n, y cuanto antes se restablezca la plena normalidad del pa¨ªs" y que se aclare lo ocurrido con las personas "sacadas de sus hogares por grupos organizados y encontradas muertas".
El presidente de la Conferencia Episcopal, el obispo Bernardino Pi?era, puso adem¨¢s un signo de interrogaci¨®n sobre la visita que el Papa tiene previsto realizar en 1987, en vista del clima de violencia aue existe en Chile.
EE UU pide moderaci¨®n
M¨¢s efectiva puede ser, en todo caso, la presi¨®n norteamericana. La Embajada de Estados Unidos en Chile, adem¨¢s de lamentar el atentado y respaldar los esfuerzos del Gobierno para dar con los culpables, manifest¨® su preocupaci¨®n por la detenci¨®n de personas y el cierre de revistas sin que se haya demostrado judicialmente alguna relaci¨®n de ¨¦stas con el atentado. Pidi¨® adem¨¢s la "pronta eliminaci¨®n" de los poderes extraordinarios de censura y de tensi¨®n que tiene el r¨¦gimen.
[El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Bernard Kalb, se?al¨® ayer que Estados Unidos espera que el Gobierno chileno lleve a cabo "una investigaci¨®n exhaustiva" sobre el asesinato del periodista Jos¨¦ Carrasco. "Son necesarios ahora en Chile considerables esfuerzoas para poner fin a esta violencia pol¨ªtica y para poder restaurar un clima que conduzca a una transici¨®n pac¨ªfica hacia la democracia", dijo.
La posibilidad de que la situaci¨®n chilena se radicalice a¨²n m¨¢s es vista con temor en c¨ªrculos pol¨ªticos moderados. El atentado y la respuesta represiva del r¨¦gimen, que no ha discriminado dentro de la izquierda para arrestar a los dirigentes, pueden exarcerbar los ¨¢nimos, seg¨²n estos c¨ªrculos.
En sus publicaciones, los extremistas del Frente Patri¨®tico Manuel Rodr¨ªguez (FPMR), a quien el Gobierno culp¨® del atentado y de los arsenales hallados, plantean la tesis de un alzamiento generalizado contra el r¨¦gimen, combinado con una huelga general. La violencia reinante cleja poco espacio a los partidos de oposici¨®n democr¨¢tica. A¨²n as¨ª, para demostrar que todav¨ªa tiene vigencia, el pasado martes 9 el Acuerdo Nacional firm¨® el documento Bases de sustentaci¨®n del r¨¦gimen democr¨¢tico, aunque sin el apoyo de dos de los partidos que lo integran: el derechista Uni¨®n Nacional y la izquierda cristiana.
[Por otra parte, Hortensia Arizt¨ªa, madre del joven C¨¦sar Bunster, acusado por la polic¨ªa chilena de implicaci¨®n en el atentado contra Pinochet, ha negado las acusaciones contra su hijo, del que dijo ,les un dem¨®crata, pero no un terrorista", informa Jos¨¦ Antonio Fr¨ªas desde M¨¢laga].
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