La tromba oblig¨® a suspender media corrida
M. Elizondo / Machado, Carmelo, Bento
Novillos de Mart¨ªnez Elizondo, con trap¨ªo, encastados, bravos y nobles. Paco Machado: tres pinchazos, estocada enhebrada que asoma y descabello (palmas y tambi¨¦n protestas cuando saluda). Carmelo: pinchazo y estocada ca¨ªda (palmas). Rui Bento: pinchazo, otro hondo y dos descabellos.
Se suspendi¨® el festejo tras el tercer novillo, a causa de la tromba de agua que cay¨® sobre Madrid.
Plaza de Las Ventas, 11 de septiembre. Primera de la feria de oto?o
Compareci¨® Rui Bento y se hizo presente el viento. No es chiste, que es verdad. Rui Bento, a porta gayola, dio una larga de rodillas, y all¨ª fue ella: el novillo que arrollaba como un vendaval, el vendaval que arrollaba como un novillo rabioso. Chubasqueros y gabardinas flameaban violentos, paraguas vueltos del rev¨¦s, faldas arriba, y el agua que empezaba a caer. No mucha, si bien ya las gotas eran como boinas. Durante la faena de muleta sobrevino la tromba, se aneg¨® el ruedo y el presidente orden¨® la suspensi¨®n, o¨ªdos los empapados matadores, que deseaban continuar, a toda costa.Pues lo que estaba saliendo por los chiqueros sab¨ªa dulce. El primero, a¨²n m¨¢s. El primero era arrop¨ªa pura. No s¨®lo para el torero, pues lo era para la lidia toda, bravo en varas, codicioso en banderillas, nobil¨ªsimo en la muleta.
A ese, novillo excepcional, Paco Machado lo tore¨® muy bien por naturales, con sus pases de pecho y afarolados en ligaz¨®n, menos bien por derechazos, que aceleraba y le resultaban mediocres. En la confrontaci¨®n de calidades planteada en el ruedo gan¨® el novillo.
Al segundo, que tambi¨¦n ten¨ªa casta, Carmelo no consigui¨® hacerle florituras. Durante la lidia se levant¨® el espectador del otro d¨ªa y, se?alando al novillo con el dedo grit¨®: "?Pero si es mi cu?ado!". La afici¨®n fiel que le circundaba se manifest¨® esc¨¦ptica: .?No venga con historias, que eso ya lo dijo usted el lunes!". "Es que se trata de otro cu?ado", respond¨ªa el espectador; "el del lunes era berrendo, y este es c¨¢rdeno". Convenci¨® a la afici¨®n fiel circundante, que no volvi¨® a llamar novillo al novillo, sino "el cu?ado c¨¢rdeno de este se?or".
Carmelo, valiente y pundonoroso novillero siempre, ayer revalid¨® estos cr¨¦ditos, pues el cu?ado c¨¢rdeno de este se?or ten¨ªa genio. Por el pit¨®n izquierdo tomaba fuerte la muleta, mientras por el derecho se revolv¨ªa. Carmelo estuvo alerta, no le perdi¨® la cara, y cuaj¨® decoroso el toreo al natural.
Hubo, sin embargo, un detalle ins¨®lito en la lidia, que debe destacarse: los dos puyazos que el picador Manuel Mazo aplic¨® al mism¨ªsimo morrillo del cu?ado c¨¢rdeno de este se?or. Justo donde debe ser y nunca se hace. La afici¨®n fiel circundante quer¨ªa tirarse al ruedo para abrazar ,al picador e invitarle a tomar unas ropas, y si no lo hizo fue por respeto al reglamento, que proh¨ªbe semejantes efusiones.
El tercer c¨¢rdeno result¨® ser el m¨¢s bonito de todos: una musculatura plateada, una seriedad bajo los rizos del testuz. La acorazada de picar intervino para bajarle los humos, y lo machac¨®. Rui Bento reuni¨® dos cuarteos y convirti¨® el quiebro en un par a topa-carnero. Con la muleta, el portugu¨¦s ejecut¨® algunos redondos y naturales buenos y, se arrim¨® mucho. Demasiado se arrim¨®, pues ahogaba la embestida, y el precioso c¨¢rdeno, que ten¨ªa la arrancada corta, pretend¨ªa quit¨¢rselo de delante a testarazos. Dos veces lo volte¨®. Llov¨ªa, gotas como boinas, hasta que se juntaron todas y cay¨® la tromba. Anegado el ruedo, era imposible continuar y la presidencia suspendi¨® el festejo. Dentro quedaban tres c¨¢rdenos m¨¢s y los toreros y la afici¨®n lamentaron no verlos.
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