Margaret Thatcher, recibida en Noruega con violentas protestas
La visita oficial de dos d¨ªas que la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, concluy¨® ayer en Oslo ha estado marcada por violentos enfrentamientos entre fuerzas policiales y manifestantes, que pusieron en evidencia su descontento por la pol¨ªtica de apoyo desarrollada por el Reino Unido ante el r¨¦gimen de segregaci¨®n racial de Sur¨¢frica y los graves perjuicios que generan para los bosques, lagos y fauna noruegos los desechos sulfarosos y altrogenados -la lluvia ¨¢cida- procedentes de las f¨¢bricas brit¨¢nicas.
Margaret Thatcher mantiene sobre estos dos problemas -la situaci¨®n en Sur¨¢frica y los desechos qu¨ªmicos- puntos de vista radicalmente opuestos a los de su colega noruega la socialdem¨®crata Gro Harlem Bruntland. Esta ¨²ltima -y la mayor parte de la opini¨®n p¨²blica noruega- es la m¨¢s firme partidaria, entre los pa¨ªses n¨®rdicos, de la aplicaci¨®n de sanciones econ¨®micas a Sur¨¢frica, mientras que Thatcher es una firme portavoz de la posici¨®n opuesta.La pol¨¦mica sobre la lluvia ¨¢cida se prolonga desde hace a?os y es particularmente sensible para los pa¨ªses n¨®rdicos, donde los movimientos ecologistas, adem¨¢s de ser muy din¨¢micos, tienen gran influencia porque responden a un sentimiento generalizado en la poblaci¨®n.
El hecho de que la visita de Thatcher coincidiera con el anuncio de que su Gobierno destinar¨¢ 600 millones de libras (unos 1.200 millones de pesetas) para lograr la reducci¨®n, en los pr¨®ximos 11 a?os, de los desechos contaminantes de sus industrias en un 14%, no fue suficiente para aplacar los ¨¢nimos de la opini¨®n p¨²blica noruega. En parte, porque la propuesta sig¨²e manteniendo asu pa¨ªs muy retrasado respecto a los del denominado club de los 30, en cuanto a las metas de reducci¨®n de los desechos" y en parte porque su pol¨ªtica intenla tampoco es del agrado de los noruegos, que han manifestado su solidaridad con los trabajadores brit¨¢nicos cuando ¨¦stos han tenido conflictos.
Los disturbios iniciados a la llegada de Thatcher a la ciudad de Troniso prosiguieron por la noche en Oslo, donde la cena de bienvenida que le ofrec¨ªa su hom¨¢loga noruega tuvo que ser pospuesta en aproximadamente una hora porque las airadas protestas de unos 1.500 manifestantes impidieron que los principales comensales llegaran a tiempo al acto. Polic¨ªas a caballo y con perros hicieron uso de gases lacrim¨®genos contra los manifestantes, que lanzaban piedras.
Personalidades del Partido Laborista y de otros partidos de izquierda con cargos en el Ayuntamiento, as¨ª como el rector de la universidad de Oslo, se unieron a los j¨®venes ecologistas y antirracistas que constitu¨ªan el grueso de los manifestantes para boicotear la cena de agasajo a Thatcher. Seg¨²n la Prensa noruega, Thatcher no perdi¨® la tranquilidad, y durante la cena, mientras se o¨ªa en la calle el sonar de tambores de los manifestantes, coment¨® con iron¨ªa: "Ustedes me han hecho sentir como en casa, hasta el punto de que la mayor¨ªa de las consignas de los manifestantes son las mismas. Y al escuchar el golpeteo de lo que podr¨ªan ser tambores de la jungla cre¨ª que estaba m¨¢s cerca del Ecuador que del c¨ªrculo polar".
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