Un clamor que de todas partes nace
El D¨ªa Internacional de la Paz se celebra hoy en todo el mundo a iniciativa de las Naciones Unidas. Con tal motivo, el autor de este art¨ªculo hace un elogio del anhelo de paz que embarga hoy al mundo y que atribuye a la reci¨¦n adquirida conciencia de que la destrucci¨®n de la especie es posible. Este hecho es, en su opini¨®n, un fracaso hist¨®rico que debe ser objeto de an¨¢lisis.
Un clamor de paz recorre el mundo. Por todos se oye y de todas partes nace. Es un hondo anhelo que acompa?a a un fen¨®meno nuevo en la. historia de la humanidad: la conciencia de la posibilidad de la destrucci¨®n de la especie.Las nuevas armas nucleares, el dominio de las dos superpotencias sobre el universo, los nuevos poderes de destrucci¨®n, el hambre de pueblos enteros, las lluvias ¨¢cidas, los fanatismos nacionales, los enfrentamientos de intereses, los sentimientos de hostilidad violenta, dibujan un sobrecogedor horizonte que hace brotar en las gentes la conciencia de la proximidad del l¨ªmite, el temor al holocausto de la especie. A?¨¢dase a ello la evidencia del fracaso de los Estados, hasta ahora incapaces de alejar el peligro de un nuevo enfrentamiento b¨¦lico, que esta vez tendr¨ªa dimensiones y consecuencias incalculables, y el hecho, pre?ado de consecuencias, de que el desarrollo y bienestar de una parte de la sociedad humana se sustentan en buena medida en el subdesarrollo de numerosas regiones del mundo.
No cabe, pues, hablar de paz, de desarme o de distensi¨®n sin antes hacer un examen de conciencia, individual y colectivo, y sin antes admitir este enorme fracaso hist¨®rico y esta gran injusticia que divide al mundo en dos bloques econ¨®micos y sociales tan profundamente desiguales, produciendo, millones de muertes a causa del hambre y a causa de las guerras que alimentan intereses oscuros de la industria b¨¦lica.
En el D¨ªa Internacional de la Paz, instituido por la Organizaci¨®n de Naciones Unidas, que este a?o revista importancia singular por cuanto 1986 ha sido declarado A?o Internacional de la Paz, la ciudad de Madrid se une al llamamiento en favor de la paz que se alza desde todos los rincones del mundo y proclama su vocaci¨®n de paz y su deseo de permanecer al margen de las estrategias, de las t¨¢cticas y de los intereses b¨¦licos.
Madrid, unida entra?ablemente a la comunidad latinoamericana que lucha por conseguir un r¨¦gimen estable de libertades, de democracia, de justicia y de paz que haga posible su desarrollo, est¨¢ trabajando, de la mano de las restantes capitales de Latinoam¨¦rica, por consolidar un instrumento de cooperaci¨®n y de paz que convierta el ¨¢mbito latinoamericano, que no tiene ambici¨®n alguna de dominio del mundo, en raz¨®n moral del mundo, en un ¨¢mbito moral que sea modelo de convivencia pac¨ªfica y de desarrollo solidario entre los pueblos.
Los habitantes de cualquier ciudad del mundo aspiramos a que haya m¨¢s escuelas, m¨¢s jardines, m¨¢s bibliotecas, m¨¢s tranquilidad y en definitiva m¨¢s posibilidades de evoluci¨®n de nuestra condici¨®n de vecinos y de nuestra condici¨®n humana. As¨ª, al afrontar el problema de la paz debemos plantearnos el de? desarrollo y el problema del desarme como camino que nos permita corregir la historia en cuanto desarrollo para transformarla en historia, en cuanto progreso de la humanidad.
Con esta convicci¨®n, los municipios, que somos la instituci¨®n m¨¢s pr¨®xima a la convivencia comunitaria, venimos trabajando y defendiendo la paz de forma ya organizada y sistem¨¢tica y alzamos nuestra voz para protestar en¨¦rgicamente por la gran amenaza de guerra que pesa sobre todos. Pero no s¨®lo por la amenaza de guerra, sino tambi¨¦n por el aumento creciente de la violencia, que hace cada vez m¨¢s dif¨ªcil la convivencia humana y el entendimiento entre las naciones.
No olvidemos tampoco, al tratar del desarme instrumental o b¨¦lico, profundamente razonable y necesario, que existe un desarme anterior sin el cual este otro no se consigue: el desarme que consiste en deshacerse de los h¨¢bitos mentales y psicol¨®gicos de agresividad individual y colectiva y que es el fundamento de la convivencia pac¨ªfica.
Luchemos, pues, por conseguir el desarme mental y el desarme b¨¦lico, teniendo bien presente que, como reza un escrito que domina una de las plazas m¨¢s c¨¦ntricas de la Villa de Madrid, la paz no se consigue sin esfuerzo y que si queremos la paz hemos de trabajar por la paz incansablemente.
es alcalde de Madrid, presidente de la Uni¨®n de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI) y presidente de la Uni¨®n de Ciudades M¨¢rtires, Ciudades de Paz.
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