Francisco Guiti¨¢n
La pintura con las manos, o el arte como terapia
Francisco Guiti¨¢n Garre se cri¨® entre pinceles. Ahora, a sus 27 a?os, prescinde de ellos para ense?ar a vivir el arte a los muchachos de un centro dependiente de la Direcci¨®n General de Protecci¨®n Jur¨ªdica del Menor. Ellos plasman sus fantasmas en una tabla o en la piedra fr¨ªa con la sola ayuda de sus manos. ?l, a caballo entre el arte y la educaci¨®n, intenta descifrar el lenguaje oculto de aquellas obras. Una galer¨ªa madrile?a expone actualmente una singular muestra de este aprendizaje mutuo.
"No hay mejor forma de sentir la pintura que deslizando los dedos por el lienzo". Las manos de Francisco Guiti¨¢n hacen sombra a sus palabras y trazan c¨ªrculos en un cuadro imaginario. As¨ª explica la dactilopintura, una t¨¦cnica que le ha servido para dialogar con los muchachos a trav¨¦s del lenguaje del arte.Un cuadro de la exposici¨®n muestra la superposici¨®n indefinida de pisadas de diferentes colores. El t¨ªtulo no pod¨ªa ser otro que Huellas. Su autor, "un gitanito que crey¨® que la mejor forma de expresarse era bailar con los pies descalzos, untados en pintura, sobre una tabla desnuda".
Cada cuadro es como una estaci¨®n en el tiempo, que tiene su propia historia: "Aqu¨¦l, por ejemplo, lo pintaron con las manos dos chicos que no se llevaban nada bien; el orgullo de haber realizado la obra juntos les hizo sentirse m¨¢s amigos que nunca".
Guiti¨¢n no puede renunciar a su origen isle?o y tiene que volver de cuando en cuando a su Tenerife natal. All¨ª creci¨®, junto a sus 13 hermanos, en medio de un ambiente que labr¨® su camino: "Nuestra principal diversi¨®n era tirarle de la paleta a mi padre o intentar emularle dibujando en cualquier papel".
Guiti¨¢n tiene una familia tan unida como itinerante. Tenerife, La Coru?a, Melilla, ahora Madrid.... Sus hermanos, algunos de los cuales son tambi¨¦n artistas, est¨¢n dispersos por la geograf¨ªa espa?ola. Casado y sin hijos, quiere seguir profundizando en los caminos de la dactilopintura con ayuda de su mujer, Mamen, estudiante de Psicolog¨ªa.
El arte es un laberinto de caminos diversos y Guiti¨¢n se adentra en ¨¦l sin temor a perderse. El ¨®leo, el m¨¢rmol, el corcho o las telas son algunos de los materiales que recrean su mundo. En ¨¦l se superponen con incre¨ªble versatilidad mitos, elementos marinos y figuras ambiguamente femeninas. Aqu¨ª el pincel o la esp¨¢tula son elementos imprescindibles.
"Siempre he sentido atracci¨®n por las personas marginadas", afirma. A sus espaldas, la figura desnuda y castigada de una mujer: "Me inspir¨¦ para hacer el cuadro en una prostituta real. Me hubiera apetecido, no s¨¦..., tomar un caf¨¦ con ella y conocer sus problemas".
Estudi¨® Ciencias Empresariales "como un mero tr¨¢mite" y empez¨® a trabajar como contable. Pero la tentaci¨®n por lo marginal le apart¨® pronto de la rutina y le trajo hasta Madrid. Era el a?o 1982. Por aquel entonces ya hab¨ªa participado en concursos de pintura y realizado varias portadas de libros y murales.
El paso siguiente fue entrar en contacto con el Consejo Superior de Protecci¨®n de Menores. Comenz¨® a trabajar con muchachos conflictivos aplicando la t¨¦cnica de la dactilopintura.
Las ansias de libertad, la agresividad contenida, la pasi¨®n por la velocidad o la autoafirmaci¨®n del yo son algunos de los fantasmas que salen a relucir en las obras de los muchachos. Guiti¨¢n explica de mil formas el secreto de su relaci¨®n con ellos: "Cuando conseguimos contactar lo pasamos en grande; a veces terminamos todos por los suelos".
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