Esteban salv¨® al Barcelona del rid¨ªculo en Albania
ENVIADIO ESPECIAL Boquer¨®n Esteban, en una de sus cl¨¢sicas piller¨ªas, salv¨® del rid¨ªculo en el ¨²ltimo minuto al Barcelona, que ayer volv¨ªa a la Copa de la UEFA. En las estad¨ªsticas quedar¨¢ reflejado un empate, pero en la retina de los aficionados de Albania ser¨¢ pobre espect¨¢culo que ofreci¨® el equipo azul grana. Un conjunto modesto, lleno de currantes, puso en evidencia al Barcelona, que sobre el terreno reflej¨® una crisis de juego alarmante
El Flamurtari se sac¨® el complejo de encima a los 10 minutos, al comprobar que enfrente ten¨ªa a un rival con un esquema de juego in definido, sin nadie que pusiera orden en su centro del campo, con errores defensivos y una inoperancia total en ataque.
El Barcelona fue el equipo de los ¨²ltimos partidos: 11 jugadores totalmente desconcentrados, que ni siquiera aprovecharon su superioridad f¨ªsica para imponer su pressing en el centro del campo. S¨®lo Pedraza entendi¨® que el f¨²tbol hay que jugarlo con rapidez, pero sin prisas. ?l fue el ¨²nico que acarici¨® el bal¨®n y lo llev¨® hacia los espacios abiertos.
El Flamurtari, por el contrario, s¨ª entendi¨® lo que es el juego colectivo. Con cuatro defensas en l¨ªnea, cinco centrocampistas y tan s¨®lo un atacante, llev¨® de cabeza a la defensa azulgrana, en la que cada d¨ªa es m¨¢s evidente la falta de entendimiento entre Moratalla y Migueli. El equipo alban¨¦s, por si esto fuera poco, puso en pr¨¢ctica una de las m¨¢ximas que figuraban en las vallas de propaganda del estadio: Todos unidos como pu?os de hierro en torno al partido.
El Flamurtari y el Barcelona se fueron al descanso sin haber podido mover el marcador. Y es que el conjunto alban¨¦s careci¨® de capacidad de remate y el Barcelona ni siquiera lo intent¨®. Por eso el meta Letbello, muy parecido f¨ªsicamente a Cap¨®, guardameta del Sabadell, s¨®lo hizo un amago de palomita en remate de Hughes, que fue fuera y mereci¨® los aplausos de un p¨²blico que estaba ansioso por ver al Barcelona.
Ese p¨²blico, que se hab¨ªa acomodado en el estadio cuatro horas antes del comienzo del encuentro, se qued¨® con las ganas. Pero tuvo la oportunidad de ver un gran gol de Vasil Ruci, que le birl¨® el bal¨®n en las mismas narices a Moratalla y lo introdujo en la meta de Zubizarreta. Fue el delirio. Las gradas se poblaron de pa?uelos. Despu¨¦s s¨®lo Esteban puso el parche.
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