El pa¨ªs m¨¢s grande
En el mundo viven 2.500 millones de fantasmas que trabajan mucho. Son las mujeres, a las que los planificadores les prestan la atenci¨®n que precisamente se les dispensa a los fantasmas, dice el articulista; por eso reciben una d¨¦cima parte de la renta mundial y se les atribuye tan s¨®lo el 1 % de la propiedad.
Hay un pa¨ªs enorme y sin fronteras donde viven 2.500 millones de fantasmas que trabajan mucho. Tanto como dos tercios de las horas que se trabajan en el mundo entero, sobre todo en el campo; y producen m¨¢s de la mitad de los alimentos que consume la humanidad. Pero, como son fantasmas, no est¨¢n encuadrados en la econom¨ªa monetaria, por lo que los planificadores los ignoran por completo.Tal es la realidad de la mujer, reflejada en un informe del decenio de la ONU para la mujer, titulado Igualdad, desarrollo y paz, que revela que su contribuci¨®n a la sociedad no se refleja en modo alguno en su condici¨®n social y econ¨®mica. "Las mujeres", dice el informe, "reciben una d¨¦cima parte de la renta mundial y poseen menos del 1% de la propiedad"
M¨¢s a¨²n. Un estudio desarrollado por la Organizaci¨®n de la ONU para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO) se?ala que gran parte de los trabajos agr¨ªcolas efectuados por la mujer no est¨¢n encuadrados en la econom¨ªa monetaria establecida, por lo que la mujer ha sido ignorada por los planificadores agr¨ªcolas. "En algunos casos esto ha significado la exclusi¨®n de la mujer de los programas de desarrollo; en otros, la ha dejado en una situaci¨®n peor que la que ten¨ªa antes".
Las mujeres trabajan en todas las fases de la labor agr¨ªcola, y en algunos lugares de Africa llegan a contribuir con el 90% del suministro rural de alimentos, seg¨²n el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNIUD).
Un trabajo realizado por el experto E. Boserup sobre el papel de la mujer en el desarrollo econ¨®mico se?ala, a su vez, que en las regiones de elevado ¨ªndice de propiedad de la tierra -Am¨¦rica Latina, partes del Sureste asi¨¢tico, ?frica del Norte y Oriente Pr¨®ximo- las mujeres son el 40% de la fuerza de trabajo asalariada y, por lo general, est¨¢n mucho peor pagadas que los hombres.
La mujer, adem¨¢s, desempe?a un importante papel en la comercializaci¨®n. Seg¨²n la investigaci¨®n de Boserup, en ?frica occidental el 80% del trabajo en todos los aspectos del comercio Beg¨® a ser femenino. En Ghana, por ejemplo, el 97% de los encargados de la venta del pescado son mujeres.
Y m¨¢s: un informe publicado por la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo dice que, dado que la jornada de la mayor¨ªa de las mujeres es muy larga, si por alguna raz¨®n sus tareas aumentan , la familia puede tropezar
"Con graves dificultades". As¨ª, en Alto Volta, por ejemplo, la nutrici¨®n de la familia declina. durante la estaci¨®n de lluvias porque las mujeres adultas est¨¢n demasiado cansadas a causa de sus labores agr¨ªcolas como para cocinar. Y aunque las mujeres producen la mayor parte de los alimentos en el Tercer Mundo, pueden es tar peor nutridas que los hombres. Dice la FAO que en ciertas ¨¢reas de Bangladesh el n¨²mero de ni?as que sufren de malnutrici¨®n grave es hasta tres veces superior al de ni?os.
Destacado
Como se ve, no son datos los que faltan ni tampoco organizaciones que se hayan venido ocupando del asunto. Y aun cuando se han logrado algunos avances, y siempre salvando las especificaciones de cada regi¨®n, la situaci¨®n de la mujer es a¨²n precaria. Para la FAO, la conclusi¨®n general es que en los programas de poblaci¨®n de la organizaci¨®n la mujer recibe una atenci¨®n particular, proporciona? a su destacado papel en la planificaci¨®n familiar y la salud.
Al respecto, se ha comprobado que la mejora de la condici¨®n de la mujer es uno de los medios m¨¢s eficientes que se conoce para lo grar una importante reducci¨®n de los ¨ªndices de natalidad y mortalidad que afectan a buena parte del Tercer Mundo, en especial a ?frica. Y es, sobre todo, el mejor me dio para lograr un desarrollo sano de los hijos, acompa?ado de la elevaci¨®n del nivel de vida familiar y comunitario. Ante esto, la jefatura de la FAO para problemas de la mujer en la producci¨®n agr¨ªcola y de desarrollo rural ha optado por una serie de proyectos que tienden a incorporar cada vez m¨¢s el componente demogr¨¢fico, con atenci¨®n a la condici¨®n de la mujer.
Lo mismo se piensa hacer en lo que respecta a los programas de nutrici¨®n, a trav¨¦s del Programa Mundial de Alimentos, que patrocina la misma FAO. En este caso lo que se intenta es poner en marcha una serie de proyectos con miras a mejorar los niveles nutricionales de la mujer.
Por ¨²ltimo, algunos miembros de esta organizaci¨®n han notado que persuadir progresivamente a la sociedad rural para que se eleve y mejore la condici¨®n de la mujer tambi¨¦n como fuente de ingresos es un medio sumamente eficaz hacia un cambio en la actitud, sobre todo de los hombres.
Dios oiga a estos funcionarios de la FAO.
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