Siete juristas de profesiones no judiciales ser¨¢n los primeros magistrados que no habr¨¢n necesitado opositar
Cuatro abogados, un fiscal, un profesor de universidad y un jur¨ªdico militar ser¨¢n los siete primeros "juristas de reconocida competencia y con m¨¢s de 10 a?os en el ejercicio profesional" que ingresar¨¢n en la carrera judicial, en la categor¨ªa de magistrado, sin pasar por la de juez ni someterse al tradicional sistema de oposiciones ni superar un curso en el Centro de Estudios Judiciales. Este sistema de acceso directo a la magistratura fue introducido por la ley org¨¢nica del Poder Judicial (LOPJ) y muy, criticado desde sectores conservadores.
A este primer concurso del llamado cuarto turno [porque mediante ¨¦l se cubre una de cada cuatro vacantes de magistrado] se presentaron 142 aspirantes, de los que s¨®lo 11 eran mujeres. Por profesiones, el 70% eran abogados en ejercicio, el 23% secretarios judiciales y el 5% profesores de universidad. Fueron seleccionados 34 aspirantes y s¨®lo siete obtuvieron plaza, por lo que ha quedado sin cubrir la mitad de las 14 convocadas. Como curiosidad, gan¨® el concurso el ¨²nico fiscal de carrera presentado.De acuerdo con la calificaci¨®n alcanzada, el orden por el que han sido obtenidas estas siete plazas de magistrado es el siguiente: Manuel D¨ªaz de R¨¢bago, abogado; Juan Miguel Torres, abogado; Jos¨¦ Luis Gilolmo, abogado; Juan Manuel Fern¨¢ndez del Torzo, fiscal; Antonio Millar Garrido, jur¨ªdico militar; Alberto Rodr¨ªguez Carretero, profesor de universidad; Luis Mar¨ªa Tovar, abogado.
Entre otros objetivos, seg¨²n la LOPJ, este nuevo sistema pretende incorporar a la funci¨®n judicial a juristas que han demostrado en otros campos jur¨ªdicos estar en condiciones de ofrecer capacidad y competencia, as¨ª como aportar a la carrera judicial perspectivas diferentes y distintas sensibilidades. Algunos de los concursantes, incluidos varios de los que han obtenido plaza, consultados por este peri¨®dico, recordaron que la primera finalidad de la LOPJ, objetivo que se ha logrado, era favorecer por este nuevo sistema de acceso a la magistratura, la provisi¨®n de vacantes imposible por el sistema cl¨¢sico de las oposiciones.
Excesivo rigor
Estas fuentes consideran que varias de las preguntas realizadas por el tribunal en la entrevista con el aspirante para valorar los m¨¦ritos alegados convert¨ªan el concurso en un concurso-oposici¨®n, aunque desprovisto del tradicional car¨¢cter memor¨ªstico de las oposiciones. Asimismo, estiman que el rigor ha sido excesivo, tal vez para evitar las cr¨ªticas que desde la derecha se dirigen contra este sistema de acceso.
Fuentes pr¨®ximas al tribunal admitieron que podr¨ªan haberse, cubierto algunas plazas m¨¢s y que en algunos casos los aspirantes pudieran sentirse dolidos o incluso humillados por algunas preguntas. A?aden que, sin embargo, el nivel medio era bajo. A t¨ªtulo anecd¨®tico, se?alaron que no es admisible que un aspirante a magistrado no sepa lo que es una cuesti¨®n de inconstitucionalidad [la que plantea el juez al Tribunal Constitucional cuando se le suscitan dudas sobre la constitucionalidad de una normal o que quien alega una especializaci¨®n en Derecho Mercantil desconozca las novedades legislativas, por ejemplo, en materia concursal. Estas fuentes se?alaron que fueron los dos catedr¨¢ticos del tribunal los que se mostraron m¨¢s exigentes.
El tribunal lo presid¨ªa el magistrado del Tribunal Supremo Paulino Mart¨ªn, y lo integraban tambi¨¦n el magistrado D¨¢maso Ruiz Jarabo, el fiscal Jes¨²s Vicente Chamorro, los catedr¨¢ticos Carlos Palomeque y Lorenzo Mart¨ªn- Retortillo, el abogado Emilio Torres y el abogado del Estado Joaqu¨ªn de Fuentes.
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