Deshielo en oto?o
?Acuerdo hist¨®rico o compromiso que anuncia nuevas dificultades entre Oriente y Occidente? Algo hay de ambas cosas en el acuerdo con que se acaba de cerrar en Estocolmo la Conferencia sobre Desarme en Europa.A primera vista, es de rigor mostrarse esc¨¦pticos. Ciertamente, en el futuro, inspectores occidentales podr¨¢n no s¨®lo asistir a las maniobras militares del Pacto de Varsovia, sino tambi¨¦n visitar o supervisar cualquier concentraci¨®n de tropas aun sin haber sido invitados. Pero estas inspecciones ser¨¢n num¨¦ricamente limitadas: no m¨¢s de tres en un mismo a?o a un solo pa¨ªs.
Pero sentado esto, este acuerdo adquiere una significaci¨®n absolutamente distinta si se lo coloca en su contexto. Desde 1976, fecha de la firma de los acuerdos SALT II, ( ... ) el proceso de la negociaci¨®n de armamentos no hab¨ªa alcanzado ning¨²n resultado concreto. Este primer acuerdo concluido entre Gorbachov y Reagan constituye, pues, un avance y, a pesar del "caso Daniloff", la celebraci¨®n de una segunda cumbre apairece como probable.
El acuerdo, por otra parte, es importante porque rompe con una doctrina constante de los sovi¨¦ticos en materia de control y verificaci¨®n de armamentos. ( ... )
Este compromiso es tambi¨¦n un paso hacia eventuales reducciones de fuerzas en Europa. Hasta ahora, los sovi¨¦ticos manten¨ªan que las medidas de verificaci¨®n no pod¨ªan adoptarse m¨¢s que como consecuencia de un acuerdo previo sobre desarme. Hoy, parecen admitir que el procedimiento inverso es m¨¢s racional. Si todo va bien, es posible esperar que las medidas de confianza decididas en Estocolmo sirvan para la puesta a punto de otros acuerdos que limiten el n¨²mero de tropas y no s¨®lo sus actividades.
Par¨ªs, 24 de septiembre
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