Frank Sinatra convirti¨® un fracaso econ¨®mico en un ¨¦xito personal
La incertidumbre sobre el recital se mantuvo hasta el ¨²ltimo momento
Frank Sinatra convirti¨® anoche un fracaso econ¨®mico, el de los organizadores de su recital en Madrid, en un ¨¦xito art¨ªstico personal. Entre 25.000 y 30.000 personas aclamaron en el estadio Bernab¨¦u al cantante norteamericano, que interpret¨® un repertorio de los mejores a?os de su carrera, con algunas concesiones Parte de los asistentes acudi¨® al estadio con 16.000 entradas regaladas por el cantante a ¨²ltima hora, ante el temor de unas gradas semivac¨ªas por c¨¢lculos econ¨®micos err¨®neos de los organizadores: hab¨ªan esperado reunir a 65.000 personas. Las p¨¦rdidas de los promotores, seg¨²n diversas fuentes, pueden rondar los 150 millones de pesetas. Sinatra comenz¨® con Fly me to the moon y atronadores fuegos de artiricio le despidieron despu¨¦s de My way (A mi manera).
Un tiempo suave y agradable acompa?¨® a Sinatra durante la hora y veinticinco minutos de su recital, aunque en cierto momento ¨¦l se quej¨® de calor: su cielo no era el despejado sobre el estadio, con una docena de d¨¦biles estrellas, sino uno de focos bien manejados por su equipo. Acompa?ado de 42 m¨²sicos de la Orquesta Filarm¨®mica de Londres, Sinatra, La Voz, interpret¨® 23 temas, de los que tres eran propinas. Par¨® tras la novena canci¨®n, Granada, concesi¨®n reforzada por tres vivas a Espa?a que el p¨²blico ovacion¨®.Armado algunos momentos con una copa de la que beb¨ªa a peque?os sorbos, el cantante explic¨® que ten¨ªa desde tiempo atr¨¢s muchos deseos de cantar en Espa?a pero no hab¨ªa podido hacerlo hasta ayer. Mencion¨® el rodaje de Orgullo y pasi¨®n, y se refiri¨® a "Sof¨ªa" (Loren), que le acompa?¨® en aqu¨¦l sonado rodaje en Castilla a finales de los a?os cincuenta.
El tipo de p¨²blico -en su mayor parte en torno a los 40 a?os-, se reparti¨® de acuerdo con los precios de las entradas. En la platea, esto es, la mitad del c¨¦sped recubierta por una lona, se pod¨ªa oler la mezcla de perfumes de las se?oras, muchas de las cuales iban vestidas como para una gala. El p¨²blico de platea, cuyas localidades costaban te¨®ricamente entre 12.000 y 50.000 pesetas, aunque hab¨ªa muchas invitaciones y pases de prensa, se sentaba en sillas de tijera. Un acomodador hizo levantar de un asiento a una fot¨®grafa de prensa para situar all¨ª a un se?or que llevaba entrada. "?No se da usted cuenta", dijo el acomodador, "de que ¨¦ste se?or ha pagado 50.000 pesetas y usted es una fot¨®graf¨¢?"
En las gradas, separados por las rejas que en los estadios de f¨²tbol impiden desmanes de furia o entusiasmo, se encontraban quienes hab¨ªan pagado entre 5.000 y 2.000 pesetas, estos ¨²ltimos en clara mayor¨ªa. El p¨²blico era all¨ª m¨¢s joven. Rosa Sanrom¨¢n, una rubia estudiante de derecho de 20 a?os, dijo estar all¨ª por encantarle "la m¨²sica de esa ¨¦poca". Se refer¨ªa a los a?os cuarenta y cincuenta. Reconoci¨® que nadie de su pandilla, salvo V¨ªctor Alonso, el muchacho que estaba con ella, la hab¨ªa querido acompa?ar a escuchar a quien consideran "un vejestorio".
Era visible la presencia de extranjeros, especialmente anglosajones. Una se?ora alemana mir¨® desconfiada al periodista que recababa su opini¨®n, y no quiso darla. En cambio, Lliyoshi Yamashita, japon¨¦s, encontr¨® suficientes recursos en su rudimentario espa?ol aprendido en seis meses para explicar su matizado aprecio por Sinatra: fuerte por el de hace a?os, y no tanto por el de ahora. Hablaba antes del recital. Eso s¨ª, dijo sonriente que en Jap¨®n nunca se habr¨ªa producido el desorden de la organizaci¨®n.Suspendida la venta
La incertidumbre sobre la celebraci¨®n del concierto de Sinatra se mantuvo hasta el ¨²ltimo momento, al haberse suspendido la venta de localidades. El Corte Ingl¨¦s hab¨ªa mantenido la exclusiva en sus almacenes hasta el mi¨¦rcoles por la noche, cuando rescindi¨® el contrato con los organizadores. ?stos llegaron a un acuerdo con el Real Madrid, que abri¨® sus taquillas del estadio Santiago Bernab¨¦u sobre las tres de la madrugada de ayer jueves. Manuel Fern¨¢ndez Trigo, gerente del club, declar¨® a Efe que la pretensi¨®n de abrir las taquillas de madrugada les pareci¨® "un disparate", pero accedieron porque el alquiler del estadio -38 millones de pesetas- inclu¨ªa el de las taquillas. Se acercaron pocos compradores.
El Real Madrid cerr¨® las taquillas a las 9.15 de la ma?ana, cuando comenzaba a formarse una d¨¦bil cola que habr¨ªa de cre cer hasta las 500 personas hacia la mitad de la ma?ana. Estos compradores no pudieron adquirir localidades en taquilla. Horas antes del recital, algunos revendedores ofrec¨ªan entradas a precios de saldo.
La falta de informaci¨®n prim¨® durante todo el d¨ªa. Al cabo, se supo que el Real Madrid se hab¨ªa negado a rebajar dr¨¢sticamente los precios de las entradas -se trataba de las m¨¢s baratas-, pretensi¨®n de los organizadores en un recurso de ¨²ltima hora para evitar lo que se anunciaba como un desastre econ¨®mico: Juan Herrero, jefe de ventas de El Corte Ingl¨¦s confirm¨® ayer que s¨®lo se hab¨ªan vendido 8.000 localidades en esos grandes almacenes.
Los organizadores hab¨ªan pretendido rebajar los precios de las entradas de 12.000 pesetas a 4.000; las de 5.000 a 2.000, y las de 2.000, a 1.000 pesetas.
La falta de informaci¨®n provoc¨® rumores y algunas escenas de dramatismo. La madre de Rosa de Santiago, uno de las patrocinadores junto con Arsenio Marcos, se present¨® en busca de su hija en el Bernab¨¦u y en el hotel Ritz, y declar¨® entre sollozos que "esto es la ruina", y que su hija "no deb¨ªa haberse metido en esto, pues viv¨ªa como una reina". El periodista Luis del Olmo, de la cadena COPE, fingi¨® por el micr¨®fono la retransmisi¨®n de un supuesto ensayo de Sinatra con su orquesta, ante 20.000 personas. Numerosos seguidores se desplazaron al estadio para escucharlo, y no pudieron. Algunos j¨®venes acudieron por la noche con la esperanza de que regalaran entradas, seg¨²n dijo un grupo de chicas, pero no hab¨ªan podido entrar mediado ya el recital.Prism¨¢ticos y balcones
Sinatra no ensay¨®. Fue al estadio sobre las seis de la tarde, vestido con una zamarra clara, salud¨® alegre al p¨²blico que rondaba por all¨ª y se ensimism¨® en el escenario con el repaso de unas partituras. En la representaci¨®n, a la que lleg¨® minutos antes de las 9 de la noche, se hab¨ªa de ayudar con m¨¢s de un monitor situado en el suelo. Una gigantesca pantalla reprodujo en todo momento a Sinatra en primer y medio planos, y ah¨ª, a juzgar por las direcciones de las miradas, le sigui¨® la mayor parte del p¨²blico. En las gradas abundaban los prism¨¢ticos. En los pisos altos de la calle Concha Espina se hab¨ªan montado improvisados balcones. El sonido lleg¨® perfectamente a todas partes, a trav¨¦s de unos aparatos que un t¨¦cnico diferenci¨® con los habituales de recitales parecidos como "la misma diferencia que hay entre un 600 y un Rolls".La informaci¨®n del concierto de Frank Sinatra ha sido elaborada por Alfonso Armada, Emma Roig y Pedro Sorela.
Babelia
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