La Prensa acusa a Reagan de utilizar t¨¦cnicas de desinformaci¨®n similares a las de la URSS
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Un nuevo e inesperado frente de cr¨ªticas se abri¨® ayer para la Administraci¨®n de Ronald Reagan, acusada de utilizar t¨¦cnicas de desinformaci¨®n con la. Prensa norteamericana y extranjera similares a las que hasta ahora ha denunciado s¨®lo como patrimonio de la URSS. Seg¨²n los principales peri¨®dicos del pa¨ªs, el Departamento de Estado, el Consejo Nacional de Seguridad y la propia Casa Blanca autorizaron el pasado agosto una campa?a para diseminar hechos falsos y medias verdades dirigida a desestabilizar al l¨ªder libio, Muammar el Gaddafi, y a que ¨¦ste creyera que era inminente un nuevo ataque militar norteamericano.
La pol¨¦mica se produce en un momento delicado para el presidente Reagan, que acaba de sufrir una importante derrota de pol¨ªtica exterior en el Congreso, que ha revocado su veto a las sanciones contra Sur¨¢frica, y cuando lo que menos necesita es tina batalla con la Prensa s¨®lo una semana antes de entrevistarse con Mijail Gorbachov.El ¨²ltimo viaje del diplom¨¢tico Vernon Walters a las principales capitales europeas, incluida Madrid, con la. supuesta misi¨®n de suministrar datos que confirmaran una nueva campa?a terrorista a cargo de Gaddafi, formaba tambi¨¦n parte de la cobertura diplom¨¢tica de esta campa?a de enga?o. Lo mismo ocurri¨® con la llega da de un elevado n¨²mero de barcos de la VI Flota a la base espa?ola de Rota.
El director de The New York Times, Abe Rosenthal, afirm¨® ayer que es una de las historias m¨¢s importantes y deprimentes que ha conocido en mucho tiempo.
Todos los observadores coincid¨ªan ayer en se?alar que estas revelaciones, publicadas por The Washington Post, pueden da?ar gravemente la credibilidad de la Administraci¨®n y fuentes de la Casa Blanca admitieron que su efecto ser¨¢ muy negativo de cara a los aliados europeos. Reagan neg¨® ayer la existencia de un plan de desinformaci¨®n aprobado por ¨¦l, pero confirm¨® que EE UU quiere que Gaddafi "se vaya todas las noches a la cama pensando en lo que podemos hacer contra ¨¦l". Otras fuentes oficiales aceptaron virtualmente la existencia del plan, insistiendo en que el presidente no lo hab¨ªa autorizado "para los medios norteamericanos".
El secretario de Estado, George Shultz, responsable seg¨²n The Washington Post de empujar en el seno de la Administraci¨®n una pol¨ªtica de desestabilizaci¨®n de Gaddafi utilizando todos los medios, dijo en Nueva York: "No me plantea ning¨²n problema practicar un poco de guerra psicol¨®gica contra el dirigente libio". Citando a Winston Churchill, a?adi¨® que "en tiempos de guerra (EE UU asegura que est¨¢ al borde de un estado de guerra con Libia) la verdad es tan preciosa que debe estar rodeada por una protecci¨®n de mentiras". Shultz a?adi¨®: "Si hay una manera de poner nervioso a Gaddafi, ?por qu¨¦ no vamos a utilizarla?". "Si yo fuera un ciudadano privado y leyera que mi Gobierno trata de confundir a alguien que est¨¢ dirigiendo actos terroristas contra norteamericanos, dir¨ªa: espero que sea verdad", a?adi¨®.
Woodward, nuevamente
Todo comenz¨®, seg¨²n un documentado art¨ªculo de Bob Woodward en The Washington Post, uno de los periodistas que revel¨® el esc¨¢ndalo del Watergate (causante de la ca¨ªda de Richard Nixon), con un memor¨¢ndum secreto del almirante John Poindexter, consejero de Seguridad Nacional, enviado al presidente y aprobado el 14 de agosto en una reuni¨®n restringida del Gabinete. El documento ped¨ª una estrategia que "combinara elementos reales e inventados -a trav¨¦s de un programa de desinformaci¨®n- con el objetivo b¨¢sico de hacer creer a Gaddafi que tiene un alto grado de oposici¨®n interna, que sus colaboradores m¨¢s pr¨®ximos son desleales y que EE UU est¨¢ a punto de intervenir militarmente". No es la primera vez que la Administraci¨®n Reagan utiliza estas t¨¢cticas. El mismo d¨ªa de su reelecci¨®n, en 1984, filtr¨® que cazas sovi¨¦ticos Mig estaban siendo trasladados a Nicaragua por barco, lo que sab¨ªa perfectamente que era falso.
Este a?o manipul¨® una incursi¨®n de tropas sandinistas en Honduras, convirti¨¦ndola en una invasi¨®n de ese pa¨ªs por Nicaragua. En 1983, tras el derribo de un avi¨®n surcoreano por los sovi¨¦ticos, Reagan firm¨® una orden secreta para que se utilizara el caso para insistir en la intr¨ªnseca maldad del sistema comunista de la URSS, demostrado por una acci¨®n deliberada contra civiles inocentes. Pero el presidente ya sab¨ªa entonces, gracias a sus servicios de espionaje, como demuestra el libro de Seymour Hersh reci¨¦n aparecido The target is destroyed, que los sovi¨¦ticos hab¨ªan cometido un tr¨¢gico error.
Desconociendo que era objeto de una manipulaci¨®n, el prestigioso The Wall Street Journal public¨® el 25 de agosto, una historia que afirmaba que EE UU y Libia estaban en rumbo de colisi¨®n de nuevo, sugiriendo que una intervenci¨®n militar estadounidense era inminente. Ese mismo d¨ªa, el portavoz de la Casa Blanca, Larry Speakes, calificaba la historia de autorizada. Tirando de este hilo, el resto de los peri¨®dicos, todas las grandes cadenas de televisi¨®n estadounidenses y la Prensa europea, incluido EL PA?S, publicaron informaciones similares.
Los profesionales de la informaci¨®n han reaccionado con irritaci¨®n. El jefe de la oficina de Los Angeles Times en Washington, Jack Nelson, ha afirmado: "Creo que se trata de otro s¨ªntoma del desprecio que la Administraci¨®n tiene por la Prensa. Manipular¨¢n, mentir¨¢n, usar¨¢n desinformaci¨®n para colocar sus historias". Para su colega Ill Kovach, jefe de redacci¨®n del The New York Times en Washington, la posici¨®n del Gobierno es que "la verdad a trav¨¦s de canales no oficiales es un crimen, pero aceptar desinformaci¨®n a trav¨¦s de las v¨ªas oficiales es correcto".
Esta Administraci¨®n practica continuamente la t¨¢ctica de las filtraciones calculadas y, por otra parte, est¨¢ tratando de castigar a los peri¨®dicos que consiguen informaci¨®n confidencial. Como ocurri¨® hace unos meses con The Washington Post y la cadena de televisi¨®n ABC, a los que el jefe del Pent¨¢gono acus¨® de "poner en peligro la seguridad nacional" y amenaz¨® con procesar.
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