Desaprovechar los buenos toros para la muleta

El gran p¨²blico, en plan masivo, acude al reclamo por ver un concierto de rehiletes cuando en la feria se anuncia cartel de diestros banderilleros; luego, cuanto pueda suceder durante la lidia queda ya en un segundo plano, un tanto exento de atenci¨®n. A los toreros de ayer les pas¨® algo por el estilo y, volcada su concentraci¨®n ante tan publicitado tercio, se olvidaron del resto de la lidia.La evidente equivocaci¨®n ante tres excelentes toros para la muleta, como fueron el segundo, tercero y sexto del ganadero Manuel Gonz¨¢lez, expon¨ªa a las claras la flojedad de ¨¢nimo y condici¨®n de V¨ªctor Mendes y El Soro, quienes, despojados del n¨²mero de las banderillas, se quedan en manifiesta pobreza. art¨ªstica.

Diferente fue el caso de Luis Francisco Espl¨¢ que, adue?ado del peor lote de, la tarde, estuvo f¨¢cil en banderillas, en los pares por los adentros, aunque mon¨®tono en la preparaci¨®n. Sus toros, mansos, midiendo, embistiendo con la cara arriba y fren¨¢ndose en la suerte, fueron alhajas dif¨ªciles de lidiar en un momento, el actual de Espl¨¢, manifiestamente bajo.

El pit¨®n izquierdo del primer toro de V¨ªctor M¨¦ndes era de vitrina y la mano del diestro, de escayola. No est¨¢ a¨²n muy claro si el portugu¨¦s no pudo tomar la pa?osa en condiciones o ignor¨® tal virtud del astado; el caso quedar¨¢ para las conjeturas. Lo real fue ver irse a un gran toro sin ser toreado como merec¨ªa, ya que hasta en derechazos acab¨® templ¨¢ndose magn¨ªficamente a pesar de la muleta del diestro.

Distinto fue el caso del quinto al recortar el viaje y buscar las zapatillas con pel¨ªgro. Reba?ando al final de los muletazos, echaba la cara arriba y peligraba la integridad del diestro, salvada por su habilidad.

El toreo bufo de El Soro se estrella ante los buenos toros y as¨ª es como ¨¦stos se van hacia el desolladero v¨ªrgenes de lidia. El tercer astado de ayer, excelente para cuajar exquisiteces, podr¨ªa haber quedado reservado en los corrales para un mejor diestro. Despreciar la nobleza y condici¨®n de un toro de ensue?o, para ejercitar la ridiculez del destoreo, se hace motivo de lamentaci¨®n.

La acharlotada forma de andar de este torero por la plaza le depara resultados de triunfo como lo conseguido ayer en Zaragoza: tres orejas. Este p¨²blico, anta?o importante, ejerce fisonom¨ªa verbenera y a pulso lograr¨¢ que esta plaza no se tome en serio; pues bueno es ir a divertirse, pero se hace equivocado ignorar la tauromaquia que, de seguir as¨ª, en Zaragoza, terminar¨¢ en funci¨®n circense.

El cartel de esta tarde en Zaragoza lo componen Ra¨²l Aranda, Julio Robles y Joselito, con toros de Javier Molina.