Riesgos incalculables

( ... ) Es verdad que el caso del submarino sovi¨¦tico nos hace palpar cu¨¢ntos riesgos corre la humanidad cada d¨ªa sin saberlo. Desde los tiempos del Doctor Strangelove hasta hoy se han multiplicado hasta el infinito las posibilidades de un error, de un incidente, de una distracci¨®n o de un momento de locura.(...)?Qui¨¦n controla los botones? ?Los sofisticados elaboradores de los que ahora depende todo? Son pocos centenares de personas en cada pa¨ªs que, por la misma naturaleza de su labor delicada y secreta, tienen un ¨²nico punto de referencia: la m¨¢xima autoridad pol¨ªtica o militar de la que dependen. Obviamente, las misiones y objetivos de su trabajo no pueden propalarse ni ser controlados de ning¨²n modo por fuerzas que no pertenezcan al circuito restringido y exclusivo de lo militar. El presidente de EE U lleva siempre consigo el signo emblem¨¢tico del superpoder que es la clave de todas las combinaciones ofensivas y defensivas que solamente ¨¦l puede poner en marcha. Lo mismo sucede con Gorbachov y aquellos jefes de Estado o de Gobierno de los pa¨ªses pertrechados con armamento nuclear.

Hasta hoy, y a pesar de las continuas alarmas, escondidas a la opini¨®n p¨²blica, no ha sucedido lo peor. Las aver¨ªas, los errores humanos y t¨¦cnicos, no han provocado nada irreparable. Hasta ahora se ha le¨ªdo con inteligencia el pensamiento del adversario y no ha habido lugar a equ¨ªvocos. Pero ?estamos seguros de que siempre ser¨¢ as¨ª? Antes de Chernobil tambi¨¦n olamos palabras tranquilizadoras de famosos expertos, y m¨¢s tarde lleg¨® la cat¨¢strofe.