Presiones dipl¨®maticas de Chirac a favor de Par¨ªs
Las presiones ejercidas por el primer ministro Jacques Chirac, para conseguir cotos en la elecci¨®n de la ciudad sede de los Juegos Ol¨ªmpicos de Verano de 1992 intentan ensombrecer el favoritismo que parece tener Barcelona sobre Par¨ªs en la carrera ol¨ªmpica. Chirac, que adem¨¢s de primer ministro, el alcalde de Par¨ªs, est¨¢ utilizando su poder para ganar una batalla que, pol¨ªticamente, le ser¨ªa muy rentable
Seg¨²n fuentes del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI), Chirac ha efectuado diversas llamadas a altos mandatarios de otros pa¨ªses -africanos, especialmente para que ex¨ªjan a sus miembros respectivos el voto favorable a la capital francesa. La independencia tradicional de los congresistas ol¨ªmpicos se encuentra en esta ocasi¨®n gravemente amenazada. Esa independencia, aunque nunca ha estado garantizada en su totalidad, est¨¢ favorecida por el sistema de cooptaci¨®n (especie de elecci¨®n a dedo de los miembros del COI, seg¨²n sus m¨¦ritos personales y deportivos). En los pa¨ªses del Tercer Mundo resulta dif¨ªcil sustraerse a los deseos pol¨ªticos gubernamentales y menos a¨²n si ¨¦stos provienen de una presi¨®n de una gran potencia. Togo, por ejemplo, recientemente salido con la ayuda francesa de un golpe de Estado, tiene un miembro en el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional. El togol¨¦s es Anani Matthia y fue, precisamente, uno de los 26 propuestos por Juan Antonio Samaranch tras ser elegido presidente del COI en 1980. Uno de ellos, el surcoreano Chong Kyu. Park, ha fallecido. Del resto cabr¨ªa pensar en su reconocimiento al presidente del COI por el cargo. Sin embargo, seg¨²n todos los indicios, la mayor¨ªa de los elegidos pronto se olvida de agradecer la deferenciaVoto de castigo
Por otro lado, aunque los miembros del COI pertenecientes a los pa¨ªses del Este deber¨¢n votar, en una primera ronda del escrutinio, a la candidatura de Belgrado (Yugoslavia), no est¨¢ descartado un posterior voto de castigo a Juan Antonio Samaranch por haber intentado un avance demasiado r¨¢pido hacia el profesionalismo.
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