La 'petard¨¢' final en Zaragoza

Los toros de Marca remataron con la petard¨¢ final, una de las peores ferias que se conocen en la plaza de Zaragoza. Reses descastadas, blandas y mansas. Alguno burriciego corno fue el sexto, otro escurrido cornal¨®n, el tercero. Sospechoso de afeitado el cuarto; marrajo el segundo..., toda una muestra de c¨®mo acabar con la afici¨®n.Y el p¨²blico, indignado tambi¨¦n con un Ortega Cano (bronca en los dos) jindamoso en su primero y maula ante el quinto. Ha venido este diestro por Zaragoza avivando denuestos en sus dos tardes; la adversidad de sus lotes respectivos reclamaban otro comportamiento por su parte, pero Ortega Cano ha pasado, y mucho, de esta feria. Jos¨¦ Antonio Campuzano (ovaci¨®n y palmas), sin centrarse con su primero, de camalocheo inc¨®modo, tore¨® vistoso de capa al cuarto; toro soso y distra¨ªdo, embest¨ªa a oleadas, ante la voluntad desangelada del torero.

Con el feo cornal¨®n tercero Roberto Bermejo (aplausos en su lote) soport¨® ga?afones. El sexto, orgullo de la manada, se iba echando por la plaza, ante el incordio del matador, que le obligaba a levantarse. La invalidez de los toros ha sido la nota negra de la feria. Tan s¨®lo tres astados de Manolo Gonz¨¢lez salvaron en la tarde del pasado mi¨¦rcoles la honrilla y esto es un mediocre balance de un ciclo taurino, ¨¦ste de Zaragoza, anta?o importante y devaluado hoy por su p¨²blico verbenero.