El Gobierno franc¨¦s ofrece est¨ªmulos a la natalidad
El partido de los beb¨¦s acaba de conseguir una importante victoria en Francia. U ministra de la Salud y de la Familia, Michel Barzach, acaba de presentar un conjunto de medidas destinadas a favorecer el nacimiento de un tercer hijo y a proteger la familia. Las madres que se decidan a poner un tercer ni?o en el mundo van a cobrar a partir de ahora un sueldo de 2.400 francos (unas 48.000 pesetas) al mes, algo m¨¢s de la mitad del salario m¨ªnimo.
El santo que hay que desvestir para el est¨ªmulo al tercer hijo hay que buscarlo en las familias de baja natalidad y en las parejas no casadas, que se ver¨¢n desfavorecidas con estas medidas. Un 78% de los franceses eran partidarios de estos est¨ªmulos al tercer hijo, seg¨²n una encuesta publicada el 21 de marzo pasado, cinco d¨ªas despu¨¦s de las elecciones. El presidente dela Rep¨²blica, el socialista Francois Mitterrand, ha manifestado desde hace a?os sus posiciones natalistas. "?Qu¨¦ me impedir¨ªa ser natalista? S¨ª, lo soy, y creo que el problema demogr¨¢fico deber¨ªa estar situado en primer plano de las preocupaciones de los franceses". Corr¨ªa el a?o 1961 cuando hizo estas declaraciones. M¨¢s recientemente, en octubre: de '1985, Mitterrand cre¨® un Consejo Superior de la Poblaci¨®n y de la Familia, presidido por ¨¦l mismo. Las ayudas a las familias beneficiadas por la ministra Barzach van a costar 6.350 millones de francos (unos 127.000 millones de pesetas). Una parte muy importante, 5.000 millones, en deducciones fiscales que dejar¨¢ de ingresar la Hacienda francesa para favorecer la natalidad y la familia. El resto, en gastos a cargo de la Seguridad Social.
La medida m¨¢s espectacular es el sueldo para el tercer hijo, que de hecho contin¨²a e intensifica una pol¨ªtica emprendida ya por el anterior Gobierno socialista. El sueldo para la mujer con tres hijos se cre¨® en enero de 1985 y hasta ahora en unos 1.500 francos. Ten¨ªa una duraci¨®n de dos a?os, que ahora se extienden a tres. Se otorga a las madres que hubieran trabajado dos a?os en los tres anteriores a la maternidad, y ahora se extiende a todas las mujeres que hayan trabajado dos a?os en los ¨²ltimos 10. Si antes eran 52.000 las familias con dos hijos, como contrapartida, ver¨¢n limitadas las peque?as ayudas a la natalidad existentes, de forma que se ver¨¢n empujadas tambi¨¦n a aumentar el censo familiar.
Est¨ªmulos fiscales
Otra medida espectacular es el est¨ªmulo fiscal a la contrataci¨®n de cuidadores de ni?os. El 75% de las cargas sociales ocasionadas por el empleado dom¨¦stico correr¨¢n a cargo del Estado. Las familias humildes, que no pueden pagar un empleado dom¨¦stico y han de acudir a la guarder¨ªa o a la contrataci¨®n en el mercado sumergido, no saldr¨¢n beneficia das. En cambio, no se descarta que esta ayuda se desv¨ªe en sus objetivos y se convierta en un est¨ªmulo al servicio dom¨¦stico. La ministra calcula que, para alivio del ministro de Trabajo y del propio Gobierno, esta medida puede crear 150.000 peque?os puestos de trabajo. El resto de las medidas est¨¢n destinadas a favorecer a las parejas casadas (en detrimento de las parejas no casadas o de los padres solteros) y a las familias numerosas. No se trata tanto de proteger gen¨¦ricamente a las familias o a los m¨¢s desfavorecidos, como de estimular a las familias fecundas. El salario para la madre de un tercer hijo constituye, de a?adidura, un est¨ªmulo a la deserci¨®n profesional de las mujeres casadas. La ministra Barzach ha justificado esta medida "`por razones sociales". Seg¨²n sus c¨¢lculos, el tercer hijo cuesta casi 300 francos m¨¢s (6.000 pesetas) que cualquiera de los anteriores; una familia con tres hijos goza de un nivel de vida un 50%. inferior a una familia sin hijos; y la tasa de actividad femenina cae bruscamente cuando se pasa del segundo al tercer hijo, de forma que s¨®lo un 35% de las madres conservan su empleo, frente al 61% de las que tienen dos hijos, o el 71 % de las que s¨®lo tiene uno.
Pero, seg¨²n sus palabras, "no hay que esconder tampoco que detr¨¢s de esta ayuda hay consideraciones demogr¨¢ficas". Francia tiene una tasa de fecundidad (n¨²mero de hijos por mujer en edad f¨¦rtil) inferior a la necesaria para conseguir el relevo de generaciones (estabilizaci¨®n de la cifra de poblaci¨®n). La tasa de fecundidad necesaria en Europa para el relevo generacional es de ,2, 1. Francia, como casi todos los pa¨ªses europeos, a excepci¨®n de algunos socialistas, est¨¢ por debajo, en 1,8, pero todav¨ªa en una posici¨®n de ventaja, no ya respecto a Alemania Occidental, que est¨¢ en 1,2, sino incluso a Espa?a, cuya tasa de fecundidad es inferior a la francesa ya desde 1982.
Las posiciones natalistas tienen en la opini¨®n p¨²blica francesa una larga tradici¨®n. Su aparici¨®n se atribuye, entre otras cosas, a la evidencia de que el primer pa¨ªs europeo en registrar un envejecimiento de la poblaci¨®n fue Francia a finales el siglo XVIII. La angustia demogr¨¢fica empez¨® propiamente a finales del siglo XIX, despu¨¦s de la derrota en la guerra franco-prusiana y con la gran rivalidad francoalemana, cuando se dec¨ªa que hab¨ªa que "hacer muchos francesitos para vencer a Alemania" y, se viv¨ªa con la obsesi¨®n de que "Francia produce m¨¢s ataudes, que cunas". La nueva derrota de 1939 frente a la Alemania hitleriana se atribuy¨® tambi¨¦n a la decadencia demogr¨¢fica de Francia.
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